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Criptopolítica: comienza el juicio de Impeachment al chivo expiatorio Donald Trump


Todo el embrollo de falsos antagonismos, o mejor dicho de antagonismos pre-manufacturados por los que atraviesa la humanidad mientras transcurre la demolición controlada del ya no tan vigente sistema occidental, en realidad forma parte de una gran escenificación criptopolítica que las élites dirigen desde las sombras para engañar a las masas usando como chivos expiatorios a personajes como Donald Trump, mientras ellas mismas se lavan las manos e imponen su agenda globalista mediante la estrategia del orden a través del caos y la síntesis dialéctica en el sentido hegeliano.

En Occidente no existen facciones verdaderamente antagónicas, o al menos su grado de antagonismo no es tan relevante, pues todas ellas trabajan en contubernio para engañar y esclavizar al ser humano de un modo u otro. 

En diciembre de 2019 vimos a los tres proyectos globales occidentales —la Nueva Jerusalén cabalista (Londres), la Nueva Babilonia talmudista (Nueva York-Washington-Silicon Valley) y el Vaticano jesuita— refrendar de manera pública su alianza para impulsar la operación de bandera falsa del Gran Reseteo, a la que también suelen llamar “alianza por el capitalismo inclusivo”, “Gran Reajuste” o “Gran Transición”. 

Como se puede observar en el siguiente diagrama, estas tres facciones de la criptocracia tienen una relación de larga data, y a menudo se sintetizan o actúan como antagonistas entre sí con tal de confundir a las masas e impulsar sus agendas.





El historiador revisionista, Dr. Michael Hoffman, describió así el juego dialéctico a dos y hasta tres bandas que practican estas tres facciones del poder parasitario que controla a Occidente:

“En la historia del auge de la banca de usura en Occidente, los judaicos son chivos expiatorios para ocultar los crímenes financieros inaugurales de las dinastías bancarias papales Fugger, Strozzi y Medici. Para encubrir la asociación papal renacentista con las fuerzas talmúdicas y cabalistas, los enemigos protestantes implacables del judaísmo, como Lutero y Calvino, se traducen como judaizantes. 

La historia revisionista auténtica investiga audazmente estas imposturas. […] 

Hace años, me di cuenta de que se había sembrado desinformación sobre la Cábala, la ilusión de una fisura entre el talmudismo y el cabalismo se sembró deliberadamente, utilizando la figura de Moisés Maimónides para pretender que estos dos ‘pilares’ de apoyo del Tercer Templo son enemigos. Sin embargo, busqué en los textos de Maimónides simpatías cabalistas ocultas, y encontré evidencia clara de la doctrina cabalística. […]

 Cuando un investigador informado documenta que el judaísmo es ‘A’, entonces se convierte en ‘B’. Cuando ‘B’ es comprendido por el público como una antítesis de la tesis del judaísmo ‘A’, entonces el «judaísmo se transforma en la síntesis ‘C’, y así sucesivamente, en una metamorfosis histórica interminable y desconcertante que ha engañado y desgarrado generaciones. Por lo que yo he tratado de hacer añicos este juego recurrente de sombras.” (1)

En este contexto es vital recordar que el impeachment que hoy inicia contra Donald Trump en realidad es una escena más de una de estas grandes escenificaciones dialécticas prescritas por las élites. 

De eso se trata el juego de la criptopolítica. Y aunque sea esta una escenificación muy real, un reality show con golpes y consecuencias reales, esencialmente se basa en un guión predefinido que sin embargo debe ser lo suficientemente realista y estar dotado de la convicción, consistencia y solidez necesarias para cumplir los requisitos que se necesitan para que un acontecimiento pase a los anales de la historia.

En conclusión, y por paradójico que parezca, el objetivo real del sacrificio de chivos expiatorios que inicia hoy somos nosotros, y no Donald Trump. 

Él ya ha demostrado ser un antagonista controlado que fue sembrado en parte por los jesuitas y aprovechado por ellos mismos para impulsar esta historia de acuerdo a sus intereses (escuchar este audio con atención). 

En el guión definido por la criptocracia, las verdaderas víctimas de este sacrificio son los ciudadanos del mundo occidental y de sus zonas de infuencia. Donald Trump sólo JUEGA el papel de opositor al establishment en toda esta escenificación dialéctica.

Y si sirviera de consuelo, pueden estar seguros que este no será el fin de la historia. Porque, como los grandes narradores, la criptocracia nunca elimina a sus protagonistas de un borrón mientras le sigan sirviendo para impulsar la trama que desean fijar a través del conflicto y la tensión, pues una historia sin conflicto no es una historia. 


Stephen King resumió así la gran paradoja del héroe, que como Trump, lucha contra su sino mientras cumple una función narrativa y estética dentro de una estructura literaria:

“Sube a tu héroe a un árbol, arrójale piedras, arrójale piedras más grandes, arrójalo al suelo. La base de nuestro drama son las piedras que le tiramos. Nos interesó el juicio a O.J. Simpson por la misma razón por la que vemos una película de Harrison Ford: hay lucha, una gran cantidad de obstáculos que pasar, y porque el equilibrio entre la vida y la muerte es delicado. Tal como Jack Benny dijo una vez: ‘Si es siempre interesante, es siempre bueno’. El conflicto hace las cosas interesantes.” (2)

Es por eso que, para lograr sus objetivos, las élites implementan el orden a través del caos y el conflicto permanente capaz de tensionar y manipular las emociones y la percepción humanas.


Notas

1. Dr. Michael Hoffman, textos diversos citados en “Chivos expiatorios: agentes comodín de la criptocracia para confundir y desinformar”.
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2. Stephen King — Mientras escribo.


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