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La carne orgánica puede ser tan contaminante como la que no lo es


El costo del daño climático causado por la producción de carne orgánica es tan alto como el de la carne producida de forma tradicional. Así lo revela una investigación publicada en Nature, la revista científica, después de analizar las emisiones de gases de efecto invernadero que producen ambas.

El análisis demostró, por ejemplo, que producir pollo orgánico causa mayores daños al medio ambiente que el pollo tradicional. La ternera y el cordero tendrían el mismo impacto, independientemente de cómo se produzcan. Sin embargo, con el cerdo orgánico ocurre que su producción es menos dañina para el entorno.

Las emisiones del ganado convencional provienen del estiércol y, en el caso de las vacas y ovejas, del metano que eructan. El grano con el que se alimentan también puede resultar en altas emisiones. Eso sucede especialmente si proviene de producción asociada a la deforestación, como ocurre en América del Sur.

¿POR QUÉ LA CARNE ORGÁNICA CONTAMINA TANTO Y CÓMO FRENARLO?

El ganado orgánico no se alimenta con forraje importado. Generalmente, se alimenta con pasto, pero esto significa que crece más lentamente, por lo que pasa más tiempo emitiendo gases de efecto invernadero.

El análisis mostró una necesidad urgente de políticas públicas entorno a la regulación de la industria cárnica para frenar su impacto negativo en el planeta. También señala que se deberían fijar impuestos para esta industria, nociva para el medio ambiente. Así mismo, sugirieron que los Estados aumenten los precios para desincentivar el consumo de carne.

La investigación calculó los aumentos presupuestales que debería tener la industria de la carne para cubrir los costos climáticos: alrededor del 40% en los precios de mercado de la carne convencional y del 25% para la orgánica. Pero, ¿hace falta crear daño para luego tener que repararlo?

Esta situación que se vive con la carne es lo opuesto que sucede con las huertas orgánicas. Las plantas cultivadas orgánicamente tienen la mitad de los costos climáticos de los productos de las plantaciones convencionales. Esto sucede ya que no dependen de fertilizantes químicos. Además, todas las plantas tienen emisiones mucho más bajas que los productos animales.

NUESTRA ALIMENTACIÓN DURANTE LA PANDEMIA

La pandemia del Covid-19 propagó consigo un mal hábito alimentario que podría afectar a la salud de forma más grave de lo que se piensa: el consumo de comida chatarra. Hamburguesas, nuggets y papas fritas por todos lados, todo el tiempo.

Durante los meses de confinamiento, distintos especialistas han señalado en numerosas ocasiones que alimentarse precariamente con comida procesada aumenta la vulnerabilidad frente al Covid-19. Se obtienen menos nutrientes, las defensas bajan y los índices de obesidad se disparan, como ha ocurrido en distintas partes del mundo.

Ahora también se suman los efectos ambientales que tiene comer este tipo de comida. Aunque comamos unos nuggets vegetarianos o la mítica Whopper de Burger King en su formato vegano, también vamos a contaminar el medio ambiente.

Para frenar el consumo de este tipo de productos varios países del mundo están tomando medidas. Por ejemplo, una de las últimas iniciativas más sonadas es la de Reino Unido: planea prohibir totalmente la publicidad digital de comida basura.

El país es uno de los que enfrenta una creciente crisis de obesidad desde que inició el aislamiento social. Investigaciones también demostraron que uno de cada tres niños que terminan la escuela primaria tiene sobrepeso o es obeso.

Es momento de comer mejor. No sólo para que nos haga bien a nosotros: también al medio ambiente.

https://www.playground.media/news/carne-organica-contaminante-cambio-climatico-95266-95266

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