Miles de británicos se apresuraron a abandonar la capital del Reino Unido para escapar de las nuevas restricciones anunciadas por el primer ministro, Boris Johnson. Las duras medidas se impondrán debido a la aparición de una nueva cepa del SARS-CoV-2, fuera de control y un 70% más contagiosa, según el Gobierno.
La decisión del primer ministro británico, Boris Johnson, de endurecer las restricciones durante las fiestas navideñas no gustó a los residentes de las regiones donde se impondrán las medidas más duras. Y es que se registraron enormes colas en las estaciones de tren. Los ciudadanos trataron de salir de Londres antes de la medianoche, momento en el que las nuevas medidas entraron en vigor.
El Gobierno ha prohibido a los británicos viajar dentro y fuera de la zona en la que está incluido Londres y las regiones del sureste de Inglaterra, donde fue establecido un nuevo nivel máximo de restricciones.
Los viajes internacionales ya no están permitidos a menos que sea por motivos laborales, y se han anulado las exenciones a las restricciones sociales y de viaje que iban a estar en vigor del 23 al 27 de diciembre en todo el país. La nueva situación epidemiológica echa por tierra los planes de Navidad de muchos británicos.
Los internautas criticaron a los londinenses por intentar salir de la capital, ya que ello puede representar un peligro para el resto del país, mientras que otros dirigieron sus críticas al Gobierno por provocar "la primera evacuación desde 1939". Algunos usuarios mencionaron el "último tren de Saigón", refiriéndose a la guerra en Vietnam, o compararon el "éxodo" con la situación propia de las películas de zombis.
Una cepa "fuera de control"
Johnson anunció el drástico endurecimiento de las restricciones en el sureste de Inglaterra, incluido el gran área metropolitana de Londres. De esta manera canceló la Navidad para millones de residentes de la capital y del sureste del país a escasos días de la señalada fecha. Se trata de un tercio de la población de Inglaterra.
Anteriormente, el primer ministro celebró una rueda de prensa de emergencia en la que situó varios condados, incluido Londres, en un nuevo nivel máximo de restricciones, el 4, equivalente en la práctica al confinamiento domiciliario. Entra en vigor el 20 de diciembre en las regiones más afectadas por el virus.
La decisión se debe a la elevada transmisibilidad de una nueva cepa del SARS-CoV-2, mucho más peligrosa según la prensa británica. Se detectó en el condado de Kent, se propagó con rapidez por el resto del sureste y ha llegado a penetrar en otras zonas del país, según los asesores científicos del Gobierno británico.
El secretario de Salud, Matt Hancock, explicó a Sky News que el Gobierno no quería establecer medidas más estrictas pero que era su deber. Los habitantes de aquellas regiones donde fueron impuestas las restricciones del nivel 4 deben vivir como si ya estuvieran infectados con el virus.
"La nueva cepa estaba fuera de control. Tuvimos que volverla a controlar", comentó Hancock durante la entrevista.
Estas medidas implican el cierre de tiendas secundarias y restricciones de viaje, incluida la orden de quedarse en casa el 24 de diciembre. Al mismo tiempo, hace solo unos días Johnson insistió en que las vacaciones navideñas de cinco días no se verían afectadas por las restricciones. La decisión de revisar los planes navideños se produjo días después de que el propio Johnson acusara al líder laborista, Keir Starmer de querer, "cancelar la Navidad".
"Johnson, el secuestrador de la Navidad"
La decisión de Johnson causó indignación entre las familias que ya habían hecho sus planes, organizado sus viajes y hecho las compras navideñas. Muchos de los usuarios utilizan las redes sociales para expresar su rabia. "Lo siento mucho, pero mi familia gastó dinero en comida para mis familiares, que vendrán en los próximos días. Veo a mi familia dos veces al año y estoy absolutamente devastado, ya que no puedo explicar lo frustrante y decepcionante que es", explicó un británico.
Otro usuario explicó que ya había hecho planes, que había gastado dinero para visitar a la familia y que no iba a quedarse solo en casa el día de Navidad por recibir un aviso con cuatro días de antelación.
La mayoría de los usuarios manifestó no querer cumplir con las nuevas limitaciones. Llegaron a comparar al premier con el conocido protagonista de la famosa película de Hollywood El Grinch, y llamaron a Johnson "secuestrador de la Navidad".
La decisión del primer ministro provocó el pánico y el caos en las tiendas de regalos y de productos navideños. Debido a su inminente cierre, se vieron abarrotadas el 19 de diciembre por la noche por aquellos que aún no habían hecho los deberes. Las fotos de Oxford Street en Londres muestran a grandes multitudes inundando el centro de la capital para hacer sus compras en el último momento y antes de que se activase el nivel 4 de restricciones.
Una nueva cepa
La nueva variante del coronavirus en el Reino Unido es un "70% más transmisible", según señaló Boris Johnson en rueda de prensa. Se cree que es un 50% más contagiosa que cualquier cepa detectada anteriormente. Causa los mismos síntomas que el COVID-19 normal —como tos, fiebre y pérdida de gusto y olfato—, pero podría causar un fuerte aumento en el número de casos, según los datos del Servicio Nacional de Salud.
El ministro de Salud británico aseguró que no hay nada que sugiera a día de hoy que la variante del virus sea más dañina o invulnerable a las vacunas desarrolladas hasta la fecha.
Actualmente el total de infectados en el Reino Unido sobrepasa los dos millones desde finales de enero. Han fallecido ya 67.177 personas, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
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