El expresidente de Honduras Manuel Zelaya (2006-2009) fue uno de los primeros en recibir una de las 2.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V enviadas a Venezuela por el Gobierno ruso. De regreso a su país, conversó con Sputnik y elogió la labor científica y política de Rusia en tiempos de pandemia.
El Gobierno de Vladímir Putin envió 2.000 dosis de la vacuna Sputnik V para COVID-19 a Venezuela, y uno de los primeros voluntarios en recibir la dosis fue nadie más y nadie menos que el expresidente de Honduras Manuel Zelaya (2006-2009).
El exmandatario es uno de los participantes de los ensayos clínicos de fase 3 de la vacuna en América Latina, que también se están realizando en países como India y la propia Rusia.
Días después de recibir la dosis, que le fue dada el 19 de octubre, Zelaya ya había manifestado que se encontraba en "perfectas condiciones". Ahora, en entrevista con el programa radial Telescopio, de Sputnik, contó detalles sobre la experiencia a la que pudo acceder gracias al aporte de Rusia con las dosis entregadas a Venezuela.
"Los efectos son mínimos realmente, tuve un leve sueño, una sensación que dura dos o tres horas, como de somnolencia, pesadez, pero leve realmente, que rápidamente se quitó", relató a Sputnik.
A cuatro días de haber recibido la dosis, reiteró que se encuentra en perfectas condiciones, que no siente "absolutamente nada", y calificó de "exitosa" su prueba.
El exmandatario destacó la labor científica y política rusa y sostuvo que no es casual que las pruebas a Latinoamérica hayan sido enviadas a Venezuela. Eso fue lo que lo "motivó a escribir a Nicolás Maduro para ser el primero en la lista de los 2.000 latinoamericanos que iban a aplicarse la vacuna".
"Es un asunto de servicio, de cooperación, de solidaridad humana. Un país con científicos como Rusia, que ha desarrollado un proceso que tiene el gesto inmensamente internacionalista de enviar a Latinoamérica 2.000 muestras para el proceso experimental a través de Venezuela, donde hay un proceso revolucionario bolivariano por el que ha sido bloqueado, es algo que tenemos que valorar", aplaudió.
A su entender "eso también motiva a los diferentes y valientes seres humanos que luchan en diferentes partes del mundo, pero especialmente en Venezuela", y destacó la solidaridad rusa con Nicaragua, Cuba y Venezuela: "Hay una causa justa", que surgió en el siglo XXI y "generó todo un proceso de América Latina de explosiones sociales, la década ganada, luego vino la restauración conservadora de los halcones de Washington y hoy sentimos la respuesta de los pueblos. De eso se trata la solidaridad rusa con Nicaragua, Cuba y Venezuela".
El 15 de octubre, Maduro aseguró a la prensa que luego de finalizadas las pruebas, "se procederá, con la autorización de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OPS (Organización Panamericana de la Salud) a la vacunación masiva", lo que dará inicio a la fase 4 de la vacuna.
Varios países de América Latina han puesto sus expectativas en la vacuna elaborada por los científicos rusos. En Ecuador, por ejemplo, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, sostuvo en conferencia de prensa que "existe un esfuerzo notable para contar con la vacuna en el menor tiempo posible" y que su Gobierno se encuentra en diálogo con sus pares de Rusia para realizar las gestiones a la brevedad.
Por otro lado, países como Guatemala, República Dominicana, Colombia, Argentina y Paraguay se encuentran entre el medio centenar que, además, están interesados en el Areplivir, fármaco ruso basado en favipiravir para tratar COVID-19, según el director ejecutivo de la farmacéutica rusa Promomed que se encarga de la producción del medicamento.
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