Pablo Gonzalez

Bolivia vive


Lo acontecido este domingo en Bolivia va más allá de unas elecciones. Lo primero que está demostrado es que Evo Morales nunca dejó de ser el líder indígena que lo puso a la altura de los Andes; que jamás hubo fraude en las elecciones de hace once meses que revalidaron su mandato; que sí hubo un descarado golpe de estado que asaltó el poder en Bolivia por el poder de las cañas huecas; que una minoría de corrompidos políticos con tal de tener aunque sea un año de fama, y qué fama, se trajo al suelo en todo ese tiempo la Bolivia que por más de una década lideraba a los países en desarrollo en América Latina; que la Organización de Estados Americanos es un organismo fallido que solo opera para descarrilar democracias; que Luis Almagro es un sinvergüenza corrupto y mercenario que debería, si algo de dignidad tiene, renunciar a su cargo y que detrás de toda la perversidad contra el pueblo boliviano siempre estuvo el maligno imperio norteamericano, al final, el más apaleado de los apaleados.

Hoy Bolivia vive y nosotros los latinoamericanos con ella porque con esta elección, abrumadoramente ganada por Luis Arce, amen de lo que le robaron, América Latina empieza a reanudar la senda que ya había decidido caminar y ahora con más fuerza, con más moral, con más razón, con más legitimidad y en fila veo a Ecuador, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, El Salvador y otras naciones que tendrán en sus manos su propia transformación porque aquí la evolución arrollará a los trogloditas que no tienen idea del peso específico de los pueblos cuando deciden enfrentar imperios que como Estados Unidos no son otra cosa que agresores de las libertades que nos tomamos aquellos para construir nuestras democracias, pero con nuestros propios ingredientes, no con los que usa MacDonald o BurguerKing, sino que como en nuestro caso con el achiotito, nuestra yerba buena, nuestra naranja agria, nuestra propia sal y todo con la magia de nuestro toque y sabor.

Estamos entusiasmados con Bolivia. Nunca dudamos de los resultados del Domingo porque la razón siempre estuvo del lado del Movimiento al Socialismo desde el golpe de estado que el imperio, con la complicidad de la O.E.A y Luis Almagro, le propinaron a Evo Morales, que menos mal evitó su asesinato, pero de lo que aun dudamos es que la mona y los gorilas que ejecutaron el golpe de estado intenten hacer una locura en medio de su desesperación.

Yo dudo mucho que después del inmenso daño que los golpistas le hicieron a Bolivia y repito de lo que Luis Almagro es responsable directo, las facturas queden sin cobrarse. En este caso no se trata de que una parte del pueblo se lance contra otra parte del pueblo porque el resultado de las elecciones, donde muchos votos a favor del oficialismo fueron cargados en las urnas y otros arrebatados por guardias y policías a fiscales que los trasladaban al centro de cómputos, no refleja la total contundencia de la victoria, pero como aquí se trata de una victoria inmensamente popular, contra una minoría, impresionantemente inexistente, el camino a la institucionalidad en Bolivia pasa por el ejército, la policía, la cúpula empresarial, los zancudos y los traidores que se prestaron a esta mascarada que por la misma sanidad de América Latina deben ser investigadas para que situaciones tan tristes y dolorosas como las que vivió Bolivia hace casi un año no se repitan otra vez.

A Evo Morales un ejército al frente de generales que fueron comprados por la embajada americana en La Paz le consumaron un golpe de estado del que no hay duda y Luis Almagro es el gran hechor y el pueblo indígena de Túpac Katari lo sabe. En todo ese año de indignación la Revolución Plurinacional pretendió ser borrada de la historia Boliviana y en ese intento acabaron con el desarrollo y crecimiento económico de Bolivia y Bolivia vio como suyo ya estaba siendo desmantelado por los cheles del norte cuando su litio entre otras riquezas era desmantelado por los bárbaros del norte.

Decir, lo que vivió la patria de Evo Morales, no es fácil porque hay detrás de todo un gran dolor para ese pueblo y los nicaragüenses podemos sin duda alguna comprenderlo, porque aquí lo intentaron y lo siguen intentando, pero a diferencia de Bolivia, aquí ni pudieron ni podrán y por lo que siempre referiremos los acontecimientos de abril de 2018 como el fallido golpe de estado.

Allá el Bolivia la pasada de cuenta fue enorme, considerando la represión que sufrió el MAS, la persecución en ausencia que decidieron contra su líder histórico Evo Morales, la negación del Tribunal Electoral para inscribir al mismo Evo como candidato a la presidencia y después como diputado y al que le abrieron causa judicial y lo condenaron prácticamente en un juicio sumario, el afloro racista contra los indígenas que son los más y por supuesto la desintegración institucional que hicieron para reacomodar los centros de decisión a favor del poder fáctico apoyado desde adentro por los gorilas y desde afuera por Luis Almagro, la O.E.A y por supuesto el imperio.

Todo eso que sufrieron los bolivianos determinó la factura que desde ahora comienzan a pagar los golpistas en ese país y si eso fue allá, donde el secuestro, la tortura, la violación, el asesinato, la quema de instituciones y el terrorismo en su conjunto, no fue tanto como el que sufrimos aquí, entonces imagínense ustedes, miserias humanas, cómo estamos deseando que llegue noviembre del 2021, para sepultarlos bajo una montaña de votos y extinguirlos.

Uno de estos ridículos oposicionistas, por cuya brutalidad y estupidez no puede uno ponerse de tu a tu porque de pronto te embarras, me escribía en tonos de insulto que si nosotros los que apoyamos el proyecto político y social que vivimos estamos tan seguros de ser mayorías por qué no nos vamos ya a una elecciones libres y transparentes y antes de bloquearlo, lo cual hago con profunda y sobrada satisfacción, le respondí que aquí es la constitución la que decide cuando y que mientras tanto lo estábamos asando a fuego lento para que la aplastante derrota que les viene les sepa mejor y nosotros la celebremos mejor.

Aquí en Nicaragua los dados ya fueron tirados. Las elecciones serán tan libres como siempre para que cada quien decida votar por quien le plazca y serán tan transparentes como un cristal porque es nuestro interés que no exista una mácula de duda porque hoy más que nunca queremos gritar nuestra victoria al mundo y así como los Bolivianos decirle al mundo que somos más fuertes que el imperio y que sus lacayos y porque en nosotros habita la razón, la verdad, el orgullo de ser nicaragüenses y jamás la traición de aquellos que son capaces de vender a su propia madre.

Salados los oposicionistas que apostaron por un resultado ajustado que cuestionara las elecciones de Bolivia, pero que va, junto a ellos lloran otros también, menos mal lejos de Nicaragua, pero al final parte del mismo fracaso imperial.

Que bien por Bolivia, que bien por los Bolivianos, que bien por Evo Morales, que bien por Luis Arce y por América Latina porque tenemos más luz para el camino que andar y porque el Supremo no nos abandona, nos hace pasar pruebas que traducidas en fe nos devuelve no solo esperanzas sino la certeza de un futuro distinto para pueblos que ya decidieron romper las cadenas de la colonia.

Por: Moisés Absalón Pastora.

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