VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

¿VACUNA RUSA? ¡NOOOO...!


El pasado 29 de junio, el presidente Donald Trump llegó a un acuerdo con la empresa estadounidense Gilead Sciences, para reservar 500.000 dosis de Remdesivir, un fármaco que se supone efectivo para combatir el covid-19. 500.000 dosis era la totalidad de la producción de Remdesivir en julio y el 90% de la producción de agosto y septiembre.

Temiendo otra guerra de material médico-sanitario, la Unión Europea encargó 30.000 dosis

Las acciones de Gilead se dispararon. Como la empresa es de EEUU, pocos fueron los que pusieron en duda la efectividad del medicamento. 

Lo cierto era que estudios de revistas científicas evidenciaban que el Remdesivir no tiene efecto alguno y otros estudios indicaban que producía un leve mejoramiento, y nada más

Pero la empresa es estadounidense y eso, en última instancia, es lo que importa.

El remdesivir recuerda el caso del Tamiflú, objeto del artículo de El País que traigo a colación, pues, en 1999, el Tamiflú, fue fabricado por Roche, otra gran multinacional farmacéutica.

 El Tamiflú se presentó como la gran medicina contra la amenaza de una pandemia del H5N1 o gripe aviar. 

Decenas de gobiernos compraron millones y millones de dosis que, luego, caducaron en los almacenes. 

Hay otros casos similares, citados por el diario. Luego se descubrieron nexos entre expertos de la OMS y las transnacionales Glaxo y Roche. 

Traigo esto a colación de la vacuna contra el covid-19, registrada hoy en Rusia, y que está mereciendo ataques notables desde medios de Europa y EEUU, así como comentarios dudosos de la OMS (la misma que, sin base científica, apoyó el Tamiflú y otros medicamentos de farmacéuticas occidentales)

No dejan, siquiera, margen para la duda, y la pregunta que corresponde hacer es ¿por qué esa actitud destructiva? Apuntaría algunas respuestas.

 Veamos.

La vacuna es rusa, primer pecado

Si la hubiera sacado una farmacéutica europea o estadounidense, tendríamos a los gobiernos occidentales dándose puñaladas por obtenerla. 

Que sea rusa es inadmisible. ¡Yanqui sí, rusa noooo! ¿Cómo pueden llevarse el mérito esos bolcheviques llenos de misiles hipersónicos?

La vacuna salió de un laboratorio público y, según parece, se pondrá al alcance de las poblaciones de los países que la recibirán (entre ellos Nicaragua) a precios accesibles o, simplemente, serán gratuitas. 

Esto significa un golpe mortal para las grandes farmacéuticas, que sueñan con uno de los mayores negocios de su historia a costa de la población mundial.

¿Qué se creen esos rusos? ¿A santo de qué amenazan nuestro gran negocio con la salud?

El prestigio mundial. Con el que siguen soñando en EEUU y Gran Bretaña, donde, dicen ellos mismos, están los más avanzados ensayos de vacunas, aunque todavía no hayan presentados pruebas fiables de que eso sea así.

 Los rusos deben presentarlas, obvio, siempre están bajo sospecha.

 ¿Ellos? Nunca, son occidentales, gozan del beneficio divino de estar siempre por encima de toda sospecha.

En fin. El caso me recordó esa joyita literaria que es El Principito. 

El asteroide del principito lo descubrió un astrónomo turco, que presentó su descubrimiento vestido de turco y nadie le creyó. 

Entonces se vistió de occidental, con saco y corbata, dijo lo mismo y entonces sí, todos le creyeron...

Por Agusto Zamora Rodriguez

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