El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lamentó que "los traficantes siguen mintiendo a sus clientes".
Alrededor de 50 personas fallecieron en dos barcazas que naufragaron en aguas de Mauritania y el Sahara, en el océano Atlántico, en su intento por llegar a las Islas Canarias, España.
Una de las dos embarcaciones, conocidas como pateras en España, habría zarpado desde las costas de Naudibú, Mauritania, mientras que la otra habría salido de Marruecos.
Diez fallecieron en Dajla, en el Sahara, y otros 40 en la costa de Nuadibú (Mauritania), según fuentes de seguridad citadas por medios de comunicación españoles.
Los emigrantes fallecidos provenían de países subsaharianos, de acuerdo con el relato de varios sobrevivientes.
De la primera barcaza naufragada fueron rescatadas con vida 11 personas, mientras que de la segunda, solo hubo un sobreviviente, originario de Gambia, quien dijo no recordar cuántos días estuvieron en alta mar.
El sobreviviente relató a las autoridades de Mauritania que el barco en el que viajaban rumbo a las Islas Canarias sufrió un desperfecto mecánico y quedó a la deriva. Sus compañeros decidieron tirarse al mar, ahogándose todos.
En un mensaje colocado en su cuenta de Twitter, el enviado especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para el Mediterráneo Central, Vincent Cochetel, lamentó que "los traficantes siguen mintiendo a sus clientes".
Resaltó que el ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en coordinación con las autoridades mauritanas y otros socios "están tratando de intensificar los esfuerzos para prevenir tales tragedias".