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| Ghislaine Maxwell y Elon Musk |
Personas como Elon Musk, dueño de Tesla, la mayor compañía de automóviles eléctricos, piensan que nacieron con el derecho a codiciar los recursos naturales de otras naciones y de involucrarse con arrogancia en su vida política.
El 24 de julio de 2020, Musk escribió en Twitter que un segundo “paquete de estímulos del gobierno de los EE.UU. no era lo mejor para la gente”.
Poco después, alguien le respondió: “¿Sabes lo que no era lo mejor para la gente? Que el gobierno de los Estados Unidos organizara un golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia para quedarse con el litio que hay en ese país”. Musk contestó: “¡Golpearemos a quien queramos! Asúmelo.”
En este artículo, el Profesor Vijay Prashad y Alejandro Bejarano documentan el carácter tóxico del gobierno de Áñez, respaldado totalmente por el gobierno de los Estados Unidos y Elon Musk.
por Vijay Prashad, Alejandro Bejarano
[En su tuit] Musk se refiere al golpe de estado contra el presidente Evo Morales Ayma, quien fue destituido ilegalmente de su cargo en noviembre de 2019. Morales acababa de ganar una elección para un mandato que debía comenzar en enero de 2020.
Incluso si hubiera un desafío contra esa elección, el mandato de Morales debería haber continuado legítimamente hasta noviembre y diciembre de 2019.
En cambio, el ejército boliviano, a instancias de la extrema derecha de Bolivia y el gobierno de los Estados Unidos, amenazó a Morales; Morales se exilió en México y ahora está en Argentina.
En ese momento, la “evidencia” de fraude fue ofrecida por la extrema derecha y por un “informe preliminar” (img) de la Organización de los Estados Americanos; sólo después de que Morales fue destituido, los medios liberales reconocieron de mala gana que no había evidencia de fraude. Era ya demasiado tarde para Bolivia, que ha sido condenada a un gobierno peligroso que ha suspendido la democracia en el país.
Golpe de litio
Durante sus 14 años en el cargo, Morales luchó para usar la riqueza de Bolivia para el pueblo boliviano, que vio, después de siglos de opresión, avances notables en sus necesidades básicas. Las tasas de alfabetización aumentaron y las tasas de hambre disminuyeron.
El uso de la riqueza de Bolivia para promover los intereses del pueblo en lugar de las corporaciones multinacionales de América del Norte fue una abominación a la embajada de Estados Unidos en La Paz, que había incitado a los peores elementos de las fuerzas armadas y la extrema derecha para derrocar al gobierno. Esto es justo lo que sucedió en noviembre de 2019.
Por moderada que sea, la admisión de Musk al menos es honesta. Su compañía Tesla siempre ha querido acceder a precios bajos a los grandes depósitos de litio en Bolivia; el litio es un ingrediente clave para las baterías.
A principios de este año, Musk y su compañía revelaron que querían construir una fábrica de Tesla en Brasil, que sería abastecida por litio desde Bolivia; cuando escribimos sobre eso titulamos nuestro informe “Elon Musk actúa como un neoconquistador para obtener el litio de América del Sur”.
Todo lo que escribimos en ese artículo está condensado en su nuevo tweet: Personas como Musk piensan que la arrogancia hacia la vida política de otros países y la codicia hacia los recursos son su derecho.
Musk borró su tweet. Después dijo: “obtenemos nuestro litio de Australia”. Pero esto no resolverá el problema, pues en Australia ya están levantando las cejas con respecto al daño ambiental de la minería de litio.
Suspensión de la democracia
Después de que Morales fue removido, una insignificante política de extrema derecha llamada Jeanine Áñez dejó de lado el proceso constitucional y tomó el poder.
Mostró el carácter de su política cuando firmó un decreto presidencial el 15 de noviembre de 2019, que le daba a los militares el derecho de hacer lo que quisieran; incluso sus aliados advirtieron que esto había ido demasiado lejos y derogaron el decreto el 28 de noviembre.
Los arrestos e intimidación de activistas del Movimiento por el Socialismo (MAS), el partido de Morales, comenzaron en noviembre de 2019 y aún continúan.
El 7 de julio de 2020, siete senadores estadounidenses publicaron una declaración que decía: “Estamos cada vez más preocupados por el creciente número de violaciones de los derechos humanos y restricciones a las libertades civiles por parte del gobierno interino de Bolivia”.
“Sin un cambio de rumbo por parte del gobierno interino”, escribieron los senadores, “tememos que los derechos civiles básicos en Bolivia se erosionen aún más y la legitimidad de las próximas elecciones cruciales se ponga en riesgo”.
No hay que preocuparse por eso, pues el gobierno de Áñez parece no estar dispuesto a celebrar elecciones. Según todas las encuestas, es probable que Áñez sea derrotada en las elecciones generales.
Una encuesta reciente realizada por El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) dice que Áñez obtendrá un 13.3 por ciento, muy por detrás del Luis Arce del Movimiento por el Socialismo (41.9 por ciento) y el centroderechista Carlos Mesa (26.8 por ciento).
Se suponía que las elecciones tendrían lugar en mayo, pero se reprogramaron para el 6 de septiembre; ahora se han pospuesto una vez más, esta vez para el 18 de octubre. Por lo que Bolivia prácticamente no habrá tenido un gobierno electo durante casi todo el año.
Luis Arce, de MAS, dijo recientemente a Oliver Vargas: “Nos enfrentamos a la persecución, nos enfrentamos a la vigilancia … nos enfrentamos a una campaña muy difícil”. Pero, dijo, “estamos seguros de que ganaremos estas elecciones”. Si se permite que haya elecciones.
El estudio de CELAG muestra que 9 de cada 10 bolivianos han visto disminuir sus ingresos debido a la recesión del coronavirus. Debido a esto, y al ataque de este gobierno al MAS, el 65,2% de los bolivianos tiene una valoración negativa de Áñez.
Es importante tener en cuenta que debido a las políticas positivas del MAS de Morales, existe un amplio apoyo para una orientación socialista; el 64.1 por ciento de los bolivianos apoya los impuestos contra los ricos, y los bolivianos en general apoyan el socialismo de recursos del MAS y Morales.
El corona-shock y Bolivia
El gobierno de Áñez ha sido completamente incompetente con respecto al coronavirus. El número de casos confirmados de COVID-19 en este país de 11 millones de personas es de 66.456; aunque como la taza de pruebas es baja, es probable que el número sea mucho mayor.
Musk vuelve a nuestra historia. A principios de este año, el 31 de marzo, la ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, Karen Longaric, escribió una carta obsequiosa a Musk preguntándole sobre la “oferta de cooperación publicada por usted con respecto a los ventiladores listos para ser enviados a los países donde más se necesitan”.
Longaric dijo: “Si no es posible enviarlos a Bolivia, podemos organizar su recibo en Miami, FL. y transportarlos desde allí lo más rápido posible”. Nuncna llegaron los ventiladores.
En cambio, el gobierno compró ventiladores de un proveedor español por $ 27,000 por cada uno de los 170 dispositivos; los productores bolivianos habían dicho que podían suministrar ventiladores a $ 1,000 por unidad.
El ministro de salud del gobierno de Áñez, Marcelo Navajas, fue arrestado por este escándalo.
Morales
Evo Morales leyó el tweet de Musk y respondió asñi: “Elon Musk, dueño de la mayor compañía de automóviles eléctricos, dice sobre el golpe de estado en Bolivia: ‘Nosotros golpearemos a quien queramos’. Otra prueba más de que el golpe fue por el litio boliviano; dos masacres como saldo.
¡Defenderemos siempre nuestros recursos!”
La referencia a las masacres es importante. En noviembre, desde la Ciudad de México, Morales observó cómo el gobierno de Áñez soltó a los perros de guerra contra el pueblo de Bolivia desde Cochabamba hasta El Alto.
“Están matando a mis hermanos y hermanas”, dijo Morales en una conferencia de prensa. “Este es el tipo de cosas que solían hacer las antiguas dictaduras militares”.
Ese es el carácter tóxico del gobierno de Áñez, respaldado totalmente por el gobierno de los Estados Unidos y Elon Musk.
Las protestas en Bolivia comenzaron el 27 de julio por la restauración de la democracia.
Fuente:
Vijay Prashad, Alejandro Bejarano / The Bullet — Elon Musk and the Overthrow of Democracy in Bolivia.
