Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

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Nicaragua: Tranqueros de saco y corbata


La orden llegó y la policía y militancia sandinista salieron de nuevo a las calles, limpiaron de tranques y tranqueros ciudades, pueblos, carreteras y caminos. La población y el país poco a poco van retomando sus vidas y el paso a la normalización de la economía y la paz, paz que durante tres largos meses estuvo secuestrada por los que creyeron que dar un golpe de Estado era solo un asunto de propaganda, mentiras, intimidación, violencia, secuestro, tortura y muerte. 

Al menos a lo interno de nuestra patria, la pesadilla ha llegado a su fin. Logro alcanzado exclusivamente por la convicción y valentía del sandinismo y sus dirigentes, muy a pesar de los patrocinadores, patrones y activistas del fallido golpe, pero que aún hoy no cejan en su vil empeño. 

La derrota del golpe se patentiza con la falta de coherencia, liderazgo y convocatoria de la llamada Alianza Opositora (cabeza visible de la intentona golpista), del distanciamiento de cámaras y micrófonos de los obispos “mediadores” del CEN, de la estampida o encarcelamiento de los líderes armados más violentos y criminales que asediaron y asolaron varias ciudades y carreteras del país, del “raquitismo” y desolación de las ultimas marchas y plantones convocados por los aprendices de golpistas, en Managua y algunas pocas localidades del interior, debido a que la población se ha cansado de sus mentiras y manipulación y se ve obligada a enfrentar la realidad de seguir en paz con el curso de sus vidas.


También son causales de esta derrota inapelable, el empoderamiento de las calles y Redes Sociales de la militancia sandinista y el pueblo conciente y responsable, la conducción serena y responsable de nuestra dirigencia, la falta de planes y programas de gobierno que sean creíbles alternativas a la probada responsabilidad y eficacia de nuestro gobierno constitucional; el debilitamiento de los medios y propaganda infame de la derecha, la encarnizada lucha por protagonismos, posiciones de poder, candidaturas y los recursos financieros públicos y secretos proporcionados a la cúpula golpista por la oligarquía interna y organizaciones foraneas y gobiernos desafectos.

Está claro que este intento de golpe contra un gobierno constitucional, fue fraguado, dirigido y financiado desde el exterior, desde los Estados Unidos, sus Agencias intervencionistas, sus Fundaciones, Centros de Pensamiento ultraderechistas, tristemente célebres por patrocinar golpes de Estado alrededor del mundo.

 Así que la derrota de los golpistas a lo interno, no han significado un abandono de sus planes intervencionistas, antes bien han potenciado una febril actividad de políticos, congresistas y la diplomacia gringa (con el servil concurso de las Cancillerías ultraconservadoras de América Latina) para- como siempre- instrumentalizar a la OEA y otros Organismos extra-regionales en la búsqueda de consensos para apoyar desde allí a los golpistas, darles un segundo aire, condenando y criminalizando a nuestro gobierno.

Esto no es nuevo. La OEA y otros instrumentos regionales ya obsoletos (como el TIAR), fueron creados por los EE UU en el contexto de la Guerra Fría y acordes con la Doctrina Monroe, para precisamente tener bajo control a América Latina, explotar sus recursos con exclusividad e imponer su política y cosmovisión imperialista. 

Luego de aplicar la aplanadora y “condenar” el 18 de Julio a nuestro gobierno, basados en supuestos de una CIDH mentirosa y parcializada, la OEA se prepara para seguir presionando a Nicaragua a que capitule ante los dictados de los gringos, los verdaderos golpistas. Busca crear una Comisión Especial, que incluya a los países del área más desafectos al sandinismo para “dar seguimiento” (léase, obligar) a nuestro gobierno para “volver a la senda de la democracia”, es decir tratar de revertir la derrota interna de sus patrocinados.

 Quieren incluir un “combo” que además del chantaje político, contenga sanciones económicas como la paralización de importantes partidas por parte del BID para el financiamiento de proyectos en marcha de vital importancia para el desarrollo del país.

Si esto no “asustara” a los tercos sandinistas, pues se invocaría la Carta Democrática, instrumento que, aunque relativamente nuevo en el arsenal del chantaje (2001), ya probo su ineficacia en Honduras. Expulsar a nuestro país de la OEA (con la esperanza de que un país del área o los mismos EE UU, nos ataquen “preventivamente” o nos invadan) es el gran sueño de “nuestra” oligarquía ( la misma que trajo al pais a William Walker) y la derecha criolla, nuestros enemigos y vecinos. 

Un futro cercano intimidante. ¿Verdad? 

Pues si…pero no para los sandinistas y el pueblo nicaragüense. 

Ya no estamos en 1954, cuando los EE UU y su ministerio de colonias, la OEA podía deponer un gobierno legítimo como el de Jacobo Arbenz en Guatemala. 

El mundo ha cambiado y todo tiene consecuencias. Nicaragua es factor de estabilidad y seguridad en Centroamérica, no es emisor de oleadas de migrantes hacia los EE UU, es un tapón de contención del narcotráfico, es un país socio comercial, más que un enemigo. 

Una guerra perjudicaría por décadas la paz regional y amenazaría los procesos de globalización e integración y a nivel político, como dijo (¡increíble!) el mismo presidente colombiano Juan Manuel Santos: “Alejaría por décadas a los Estados Unidos de América Latina”.

La expulsión del Organismo, no significaría el acta de defunción del país o el gobierno. Cuba es la prueba fehaciente. Y si creen que la falta de financiamiento externo o cualquier otro tipo de medida restrictiva estrangularía nuestra economía, pues ya vivimos cosas peores en los años ochenta. 

 Seria duro, pero sobreviviríamos al más extremo de los ataques a nuestra Soberanía y dignidad. Nos obligarían a radicalizarnos y las primeras víctimas serian el Sistema capitalista criollo y “su” Democracia Occidental. 

Condenarnos a la autarquía, el aislamiento, la crisis y el sacrificio económico no resolvería sus pretensiones. Resistiríamos. Venceríamos el "tranque" de los encorbatados extranjeros y de seguro, nos volverían…aún más sandinistas.

La sensatez, la real politik, los “cuatro dedos de frente”, como diría mi mama, aconsejan dejar que Nicaragua resuelva sus propios problemas, que la Ley y nuestra Constitución imperen.

Edelberto Matus.

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