David Romero fue condenado a 10 años de prisión por los delitos de injuria y difamación contra la exfiscal Sonia Inés Gálvez. Tras conocerse la orden de captura, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) emitió una resolución para suspender la sentencia. Sin embargo, el Juzgado de Ejecución la declaró sin lugar.
El periodista aseveró el pasado martes que su detención responde a sus denuncias sobre actos de corrupción del Gobierno de Juan Orlando Hernández. "Simplemente hemos tratado de decir la verdad", expresó.
Luego de superar dos paros respiratorios el pasado fin de semana, aun en estado crítico, ayer el periodista David Romero Ellner fue sometido a un segundo proceso de diálisis a causa de la falla renal provocada por la infección de Covid-19, su familia y amigos siguen sin respuestas sobre cómo se contagió a pesar de estar aislado en la celda de un batallón militar y se preguntan ¿por qué aún no es puesto en libertad?
Desde hace unas tres semanas, los apoderados legales del periodista –en prisión hace más de un año por delitos contra el honor— presentaron un recurso ante la justicia hondureña para que se aplique el nuevo Código Penal, instrumento judicial que técnicamente entró en vigor el pasado 26 de junio, sin embargo, aún no se aplica por la oposición de varios sectores contra artículos afines al crimen y la corrupción.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El periodista David Romero Ellner, se ha convertido en un símbolo para el periodismo hondureño, lamentablemente lo ha hecho en un contexto de mártir. La Justicia hondureña enmudece y no explica el porqué a pesar que fue sentenciado por difamación, un delito contra el honor, el director de Radio Globo tuvo que ser llevado a prisión.
Romero Ellner fue arrestado hace más de un año, después de varios días refugiado en el edificio Villatoro, en el bulevar Morazán de la capital hondureña, desde donde en su condición de director de Radio Globo envía su señal a todo el país y al mundo, ahí fue capturado en medio de mucha tensión poco después de pedir al pueblo no temer al autoritarismo del régimen de Juan Hernández.
Llegó 2020 y con él, el nuevo Código Penal y el Covid-19, ambos factores provocaron que familiares, amigos cercanos y organismos nacionales e internacionales de libertad de expresión urgieran al Poder Judicial que el periodista no podía seguir en prisión porque su vida estaba en riesgo.
Amparados en el nuevo instrumento judicial, hace tres semanas sus apoderados legales presentaron un recurso para que fuera liberado, los jueces se negaron porque el Congreso Nacional no logra concretar un documento sólido, de hecho, desde la sociedad civil se reclama que ese instrumento garantiza la corrupción, el crimen público, sobre todo, de funcionarios y violenta las garantías ciudadanas, entre otras, la libertad de expresión y el libre ejercicio del Periodismo.
El Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), ha insistido en materia de libertad de expresión, dándole al parlamento alternativas para casos como los de Romero Ellner; sin embargo, el debate del Código Penal es amplio. La norma internacional en las sociedades con mayor igualdad social y respeto a la libertad de ideas, el delito contra el honor y conexos no es tratado por el código penal, sino por la legislación civil, se aplica una sanción económica razonable, pero jamás cárcel.
Hoy el periodista Romero se recupera de una segunda intervención con diálisis, ya que el pasado domingo se informó desde el Hospital del Tórax que sufrió una insuficiencia renal a causa del contagio del nuevo coronavirus, que por cierto, su familia no se explica cómo se contagió estando aislado en una celda del Segundo Batallón de Infantería en Támara.
La hipótesis que manejan sus allegados y el personal de Radio Globo, basados en los informes que han obtenido de personal médico, es que presuntamente Romero Ellner fue expuesto al virus “para matarlo dolorosamente”, y es que según afirman la carga viral del periodista sólo se encuentra en una persona que este expuesta en una sala repleta de pacientes.