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Después de una vida comprometida con Nicaragua, Nora Astorga falleció el 14 de febrero de 1988.

Gaspar Garcia Laviana- Nora Astorga

Hoy la Plaza Central del edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Nicaragua lleva su nombre.

Laboró durante cinco años en el servicio diplomático y su última tarea revolucionaria fue representar a Nicaragua, durante dos años en las Naciones Unidas.

Cuando enfrentaba ya la enfermedad mortal que le arrebató tempranamente la vida, en julio de 1987, Nora Astorga recibió del gobierno revolucionario la orden Carlos Fonseca. 

 Fue despedida con honores de “Heroína de la Patria y la Revolución”, el máximo homenaje a una mujer, que consagró su vida a la lucha por una sociedad con justicia y equidad.

En sus honras fúnebres, el presidente Daniel Ortega resaltó el ejemplo de Nora Astorga y llamó a llenar el vacío que dejó, con la fuerza de su ejemplo.

Por su parte el Padre Miguel d´Escoto, en ese entonces brillante y batallador Canciller de la Dignidad y la Paz, la despidió amorosamente refiriéndose a Norita, como él la llamaba, como Hija, Hermana y Compañera.

El Comandante Óscar Turcios, miembro de la Dirección Nacional del FSLN, fue su responsable de 1969 a 1973; Nora tenía 19 años cuando empezó su militancia organizada y cuando falleció tenía apenas 39.


Fueron veinte años de lucha apasionada, inspirada en el cristianismo, en el apostolado por los pobres que asumió plenamente en sus años de estudiante en un colegio de monjas y luego en la universidad, formación que fue consolidada en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

En su última entrevista, publicada por la Revista Envío después de su muerte, Nora Astorga, la abogada, guerrillera en el Frente Sur, Fiscal y funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, habló del orgullo que conlleva haber nacido en la Patria de Darío y de Sandino, el profundo sentido de la Patria como principio y fin de lo que somos, la necesidad de problematizar constantemente nuestra realidad y la obligación de defender lo que tenemos:

“Yo he sido una privilegiada. Nací donde nací, en este país único. Encontré a la gente que me ayudó a crecer. Tuve la oportunidad de participar en la lucha contra la dictadura y ahora en la reconstrucción y en la creación de una nueva sociedad.

¿Qué más? Creo que no existe hoy otra realidad como la nuestra, en la que con limitaciones tan serias, cada uno de nosotros siente que tiene una obligación hacia la sociedad y la trata de cumplir con imaginación y con sentido del humor.

¡Que si no tenemos con qué, ya buscamos cómo!

El espíritu que existe aquí de superación, de defender lo poquito que tenemos en medio de condiciones tan duras, ese espíritu de lucha de la gente, esa generosidad, esa fraternidad, me dan el orgullo de ser nicaragüense».

Las palabras de Nora Astorga, siguen vigentes hoy más que nunca. Las luchas siempre son duras, pero hay que cumplirlas con pasión, imaginación, buen humor, fraternidad, generosidad y orgullo. Seguimos empeñados y empeñadas en la construcción de una nueva sociedad y ejemplos como el de Norita, son imprescindibles.

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