La prensa atlantista afirma que el general iraní Qassem Suleimani, comandante de la fuerza Al-Qods de los Guardianes de la Revolución iraníes, estaba preparando una operación tendiente a modificar la actitud de la opinión pública iraquí [1].
Según esas afirmaciones, en momentos en que se multiplican las manifestaciones de la comunidad chiita iraquí contra la influencia iraní sobre los dirigentes políticos de Irak, se planeaba la realización de atentados contra intereses de Estados Unidos para provocar así una respuesta estadounidense contra los manifestantes iraquíes, lo cual debía despertar el nacionalismo iraquí en detrimento de la actual rebelión.
O sea, fue supuestamente para prevenir ese complot iraní, que Estados Unidos asesinó este 2 de enero al general iraní Qassem Suleimani cuando este último llegaba –proveniente de Damasco– al aeropuerto de Bagdad, donde era recibido por su aliado Abu Mehdi al-Muhandis, igualmente muerto en el ataque estadounidense [2].
Una declaración del secretario de Defensa Mark Esper emitida el 2 de enero [3] supuestamente constituía una advertencia de Washington a Irán.
Toda esta narración carece de credibilidad.
La estrategia que se atribuye al general Suleimani no corresponde a su personalidad, ni a su acción militar comprobada a lo largo de su carrera, ni al modus operandi de los servicios secretos iraníes.
Extrañamente, el supuesto plan iraní recuerda más bien el plan concebido, implementado y aplicado en Irak por el embajador estadounidense John Negroponte para acabar con la resistencia iraquí a la ocupación militar yanqui fomentando la guerra civil entre iraquíes.
[1] “Inside the plot by Iran’s Soleimani to attack U.S. forces in Iraq”, Reuters, Michael Georgy y Brian Thevenot, 4 de enero de 2020.
[2] «Asesinado el general iraní Qassem Suleimani, todo el Medio Oriente y Estados Unidos en estado de alerta», Red Voltaire, 3 de enero de 2020.
[3] “Mark Esper on Iran in Iraq”, por Mark T. Esper, Voltaire Network, 2 de enero de 2020.
https://www.voltairenet.org/article208779.html