El pasado octubre, Yossi Cohen, jefe del Mosad israelí, habló abiertamente de asesinar al general iraní Qasem Soleimani, jefe de la fuerza de élite Al Quds del cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
“Sabe él muy bien que su asesinato no es imposible”, declaró Cohen en una entrevista. Soleimani se había jactado de que Israel había tratado de asesinarlo en 2006 y había fracasado.
“Con el debido respeto a su bravata”, afirmó Cohen, “todavía no ha cometido necesariamente el error que le pondría en la prestigiosa lista de los objetivos de asesinato del Mosad”.
“¿Está Israel señalando como blanco al máximo general de Irán para asesinarlo?” preguntaba yo el 24 de octubre.
El jueves [2 de enero], Soleimani fue asesinado en un ataque aéreo ordenado por el presidente Trump.
El convoy de Soleimani fue alcanzado por misiles norteamericanos mientras abandonaba el aeropuerto de Bagdad entre manifestaciones anti-iraníes y antinorteamericanas en Irak.
Los partidarios de la milicia respaldada por Irak habían convenido en retirarse del complejo diplomático norteamericano a cambio de la promesa de que el gobierno permitiría una votación parlamentaria sobre la expulsión de 5.000 soldados norteamericanos del país.
El Pentágono confirmó la operación militar, que se produjo “por indicación del presidente” y estaba “destinada a disuadir de futuros planes de ataque iraníes”.
El Pentágono afirmó en un comunicado que el general Soleimani estaba “desarrollando activamente planes para atacar a diplomáticos norteamericanos y militares norteamericanos en Irak y a lo largo y ancho de la región”.
El primer ministro israelí, Bibi Netanyahu, encausado por acusaciones delictivas, fue el primer y único dirigente nacional en apoyar la acción de Trump, al tiempo que afirmaba que Trump actuó enteramete por su cuenta.
“Igual que Israel tiene derecho a la defense propia, los Estados unidos tienen exactamente el mismo derecho”, declaró Netanyahu en Grecia a los periodistas. “Qasem Soleimani es responsable de la muerte de muchos ciudadanos norteamericanos y de otros inocentes, y planeaba más ataques”.
El presidente iraní, Hassan Rouhani prometió represalias por la muerte del general, tuiteando que “Irán se vengará de este crimen atroz”.
Un enemigo capaz
Soleimani era el enemigo más capaz de los Estados Unidos e Israel en la región.
Como jefe de la fuerza Al Quds, Soleimani fue el cerebro de la estrategia de guerra asimétrica de Irán, utilizando fuerzas por delegación para desangrar a los enemigos de Irán, a la vez que preservaba la capacidad del gobierno para negar plausiblemente su implicación.
Tras las invasiones norteamericanas de Irak, financió y entrenó a las milicias antinorteamericanas que lanzaron ataques de bajo perfil contra las fuerzas de ocupación norteamericanas, matando hasta 600 soldados norteamericanos y generando presiones para la retirada norteamericana.
En años recientes, Soleimani dirigió con éxito dos operaciones militares iraníes: la campaña para expulsar al ISIS del oeste de Irak en 2015 y la campaña para aplastar a las fuerzas yijadistas opuestas a Bashar El Asad en Siria.
Los Estados Unidos e Israel denunciaron el papel de Irán en ambas operaciones, pero no pudieron impedir que Irán proclamara su victoria.
Soleimani había asumido un papel dirigente en la política iraquí el año pasado. La campaña contra el ISIS dependía de las milicias iraquíes, a las que apoyaban los iraníes con dinero, armas y entrenamiento.
Tras la derrota del ISIS, estas milicias mantuvieron un papel destacado en Irak que molestó a muchos, lo que condujo a manifestaciones y disturbios. Soleimani intentaba estabilizar el gobierno y canalizar las protestas contra los Estados Unidos cuando le mataron.
En ese mismo periodo, Israel llevó a cabo su programa de asesinatos de objetivos.
En la última década, el Mosad ha asesinado al menos cinco científicos nucleares iraníes, de acuerdo con el periodista israelí Ronen Bergman, en un esfuerzo por desbaratar el programa nuclear de Irán. Yossi Melman, otro periodista israelí, afirma que el Mosad ha asesinado a 60-70 enemigos fuera de sus fronteras desde su fundación en 1947, aunque ninguna de ellos tan destacado como Soleimani.
Israel comenzó también a atacar el pasado año a las milicias respaldadas por Irán.
Los Estados Unidos hicieron lo propio el 29 de diciembre, matando a 19 combatientes y provocando las manifestaciones antiraníes de hace un mes.
Ahora el asesinato de Soleimani promote más turbulencia, si es que no hay guerra abierta. La idea de que va a disuadir de nuevos ataques iraníes es una insensatez.
“Esto no significa la guerra”, ha escrito el antiguo funcionario del Departamento de Defensa, Andrew Exum, “No llevará a la guerra y no plantea riesgo de guerra. Nada de eso. Es la guerra”.
El diario kuwaití Al-Jarida informó hace un año de que Washington había dado a Israel luz verde para asesinar a Soleimani. Al-Jarida, que en los últimos ha años ha publicado noticias de Israel en exclusiva, citó una fuente de Jerusalén que declaró que “hay acuerdo entre norteamericanos e israelíes” en que Soleimani representa una “amenaza a los intereses de los dos países en la región”.
En el mundo árabe se asume de modo general que el periódico se usa como plataforma israelí para transmitir mensajes a otros países del mundo árabe.
Trump ha cumplido ahora los deseos del Mosad.
Después de proclamar su intenció de concluir las “estúpidas guerras inacabables” , el presidente le ha declarado de hecho la guerra al mayor país de la región en solidaridad con Israel, el país más impopular de Oriente Medio.
Nota: Este artículo se ha publicado previamente en TheDeepStateBlog, bitácora del autor.
Fuente: https://deepstateblog.org/2020/01/03/after-mossad-targeted-soleimani-trump-pulled-the-trigger/
Traducción: Lucas Antón
Jefferson Morley
http://www.sinpermiso.info/textos/el-asesinato-de-qasem-soleimani-dossier