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Paracaidistas de la 82° división aerotransportada de la base de Fort Bragg, en Carolina del Norte, formaron parte de un operativo en el que se simuló la toma de un aeródromo. 

Colombia. ¿Cumbre Anti-terrorista o terrorismo de Estado?

Por Tony López R.

Del 19 al 20 de enero tuvo lugar en Bogotá, Colombia la III Cumbre Anti-terrorista, convocada por el presidente Iván Duque y teniendo como sede la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula Santander. Acudieron a este convite, ministros y delegados de 20 países de la región.

 Los discursos del Secretario de Estado Mike Pompeo e Iván Duque y el invitado especial Juan Guaido, estuvieron dirigidos a un ataque frontal contra Venezuela.

Los discursos de Mike Pompeo e Iván Duque, contra Venezuela y sin mencionarla, contra Cuba, al escoger como sede la escuela de cadetes de la policía y tenia el interés de sensibilizar a la opinión pública, por la muerte de 22 jóvenes cadetes y señalar que allí se llevó cabo un acto terrorista supuestamente por el ELN y quedó sembrada la matriz de opinión, cuando el presidente Duque señaló “en este lugar hace un año atrás, el ELN realizó una acción terrorista” y Pompeo expresó “el ELN que desde territorio venezolano está apoyado por el dictador Maduro”. 

Realizar este conclave en este sitio, obviamente tenía y tiene un objetivo político por eso se le imprimió al acto un dramatismo del gobierno de Duque, utilizando a los familiares de las víctimas, a los cuales llevaron al evento y rendirle tributo a los caídos por esa demencial acción, no porque estuvieran sensibilizados con las muertes de estos jóvenes , sino por el interés y la intención de demostrar que el ELN es una organización terrorista y que le sirva de base para las reclamaciones de extradición de los dirigentes de esta organización político-militar, que aguardan que Duque cumpla el acuerdo de restablecer los diálogos de paz, a lo que ahora se niega y cuyo gobierno pretende que los países garantes, incumplan los protocolos firmados por el gobierno anterior y que su gobierno, tiene la obligación de cumplir. 

¿Porque el gobierno de Duque, no realiza esta Cumbre en el Cauca, en algunas de las comunidades, donde los líderes indígenas son víctimas del terrorismo de Estado?

 Ese terrorismo que en estos primeros 20 días, del año 2020, se ha cobrado la vida de 25 líderes y lideresa, asesinados por comandos o bandas, que vienen operando desde la firma de los acuerdos de paz el pasado 26 de noviembre del 2016.

Resulta contradictorio que esta Cumbre Antiterrorista se desarrolle en Bogotá, convocada por el presidente Duque, un gobierno que practica una política de terrorismo de Estado, ni una sola palabra se ha pronunciado en esta reunión, sobre los sistemáticos crímenes que se cometen contra los líderes y lideresa sociales y comunitarios, indígenas, afrodescendientes, que ya rondan los 800 asesinados y que incluyen a más de 175 ex combatientes de la insurgentes FARC y a 38 de sus familiares, que debían estar protegidos por los Acuerdos de Paz.

Los narcoparamilitares, desde su nacimiento en la década del 80 siempre estuvieron respaldados por sectores de las Fuerzas Militares y de la Policía, está denuncia es publica y conocidas por instituciones nacionales y extranjeras como la CDIH y la Corte Penal Internacional, el caso más grave lo ha sido la masacre de los mas de 5 mil asesinados de la Unión Patriótica, en la década del 80 y en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, los mas de 3000 a 5000 mil jóvenes inocentes asesinados por miembros de las Fuerzas Militares, ordenado por los altos mandos y por sus jefes civiles, conocidos como Falsos-Positivos.

Por cierto, sobre el caso de los Falsos-Positivos, el ex Fiscal General de la República, Néstor Humberto Martínez, se negó a entregar a la Fiscal Fatou Bensouda de la CPI la información y expedientes de los altos mandos involucrados en estos crímenes de guerra, considerados de Lesa Humanidad.

 Según medios de prensa colombiana, ella se fue descontenta de la reunión con el Fiscal Martínez Neira, al declarar que “le había solicitado pruebas al Fiscal que demostraran investigaciones serias y contundentes contra los militares acusados de permitir falsos-positivos y no obtuvo ningún compromiso a su solicitud” dichas declaraciones se produjeron en septiembre del 2017. Está conducta de la Fiscalía hacia la CPI sobre este tema, aún se mantiene.

Pero estás gravísimas violaciones a los Derechos Humanos, como consecuencia del terrorismo de Estado en Colombia, fueron totalmente silenciadas por Duque y Pompeo, solo el recurrente tema de acusar a Venezuela y al castro-chavismo, de los problemas que confronta Colombia, pero sin aportar ningún elemento, utilizando el manido argumento de que en Venezuela se refugian los guerrilleros del ELN y de las FARC-EP, la presencia o no de estas fuerzas guerrilleras, en Venezuela nunca han sido probadas por el gobierno colombiano y como se sabe desde hace más de treinta años, la insurgencia ocupaban las zonas del Perijá, el Catatumbo, La Guajira y Arauca, todas en territorio colombiano, fronterizo con Venezuela. 

Por la extensión territorial fronteriza que ambos países tienen, no es descartable que fuerzas guerrilleras ingresen a territorio venezolano, pero esto no quiere decir que tengan el respaldo del gobierno de Maduro, al igual que la presencia de bandas de los narcoparamilitares colombianas que operan en territorio venezolano, estas bandas sí aliadas a la oposición venezolana, especialmente con Juan Guaidó quien tiene relaciones con los Rastrojos, vinculo absolutamente público, probado y denunciado.

Fue esta banda criminal, la que le dio protección y encargada de llevar a Guaidó a territorio colombiano el 23 de febrero del 2019 cuando se unió al presidente Duque, para armar el Show de Cúcuta y la supuesta ayuda humanitaria, este fracasado intento de derrocar al presidente Maduro, es público, notorio y reportado por la prensa nacional e internacional, incluyendo el New York Time, que dejó mundialmente aclarado, que la agresión militar en aquellos hechos partió de Colombia y sus fuerzas policiales, unidos a desertores venezolanos y no de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela. 

Hay que preguntarse, quién le dio a los Rastrojos la misión de trasladar a Juan Guaidó a Cúcuta.

 ¿ O acaso Duque, es tan ingenuo de desconocer que esos narcos fueron los que le llevaron a Guaidó sano y salvo a Cúcuta, después de violar la frontera venezolana-colombiana? Es una aclaración que le debe el presidente Duque a los pueblos de Colombia y Venezuela. Si no lo aclara, se puede llegar a la conclusión, que el que calla otorga y por tanto o es cómplice o él forma parte del narco-paramilitarismo. 

Sobre Juan Guido y la defensa de Pompeo que hizo de este, a quien trata de Presidente, solo que es un “presidente sin país” no vale la pena emborronar cuartillas, un corrupto que sus propios correligionarios, acusan de ladrón y vinculado al narcotráfico y paramilitarismo. 

Sobre la migración de Venezuela a Colombia, Duque tiene mala memoria, o sus largos años de estancia como residente en Estados Unidos, olvidó que entre 1998 y el 2010, casi 6 millones de colombianos emigraron a Venezuela, 4 millones de ellos en el gobierno de Uribe Vélez y allí se les acogió con aprecio. 

Por cierto, según cifra ofrecidas por expertos e instituciones de DDHH, señalan que más del 60 por ciento de esos 1,6 millones, que menciona Duque, que ahora se han refugiado en Colombia, son colombianos residentes en Venezuela. 

La diferencia de la migración de colombianos a Venezuela, en el gobierno chavista, a esos refugiados políticos huyendo de las masacres que impunemente ejecutaban los paramilitares, se les otorgo la residencia e incluso miles de ellos adquirieron la nacionalidad venezolana y se les trató con dignidad, todo lo contrario a lo que les sucede a la actual migración venezolana en territorio colombiano, donde son vilipendiados y maltratados por los agentes gubernamentales y por la campaña negativa de los medios, que siembran en la población una conducta xenófobas. 

Por otra parte, en esta Cumbre Antiterrorista, el Secretario de Estado Mike Pompeo, acusó al gobierno de Venezuela de ser aliado de Irán y sin ninguna prueba e irresponsablemente afirmó que el “objetivo de la Cumbre contra el Terrorismo es investigar la actividad financiera de Hezbollah y los grupos vinculados a Irán, afirmando que el brazo armado Hezbollah, está en Venezuela”. Sin presentar, ningún elemento probatorio sobre la acusación contra Venezuela, exhorto a los países de la región, a compartir información sobre organizaciones terroristas. 

Añadió, que el gobierno de Nicolás Maduro por sus relaciones con Irán, resulta un peligro para la región, es precisamente aquí el punto focal de esta Cumbre antiterrorista, al querer articular la actual crisis de Estados Unidos con Irán y llevarlo a la región teniendo como objetivo político y militar a Venezuela.

No es una casualidad sino una causalidad el agresivo y amenazante discurso del Secretario de Estado estadounidense, que tiene todos los ingredientes de causa- efecto, porque paralelamente a esta Cumbre Antiterrorista, este 23 de enero, en territorio colombiano, se iniciaran maniobras entre las Fuerzas Militares colombianas y estadounidenses y finalizaran supuestamente el próximo 29 de enero, un inusual ejercicio militar de Estados Unidos, realizar un ejercicio solo con Colombia, cuando lo normal es realizar ejercicios de conjunto con varios países, debe llamarnos la atención esta provocadora y peligrosa maniobra militar. 

Toda esta información, está contenida en un comunicado del jefe del Comando Sur, el Almirante de la Marina de los EE. UU. Craig Faller, según él, participaran aproximadamente 75 paracaidistas de la 82da División Aerotransportada asentada Fort Bragg, Carolina del Norte, y 40 miembros del Ejército Sur. 

 Este ejercicio comenzará con una operación aérea con un salto desde un avión Hércules C-130, con el objetivo de simular la toma de un aeropuerto. La 82da

El jefe castrense en su comunicado señala, que expertos de ambos países trabajaran juntos para construir interoperatividad y compartir conocimientos estratégicos y tácticos.

 Este ejercicio tiene todos los elementos básicos para el desarrollo de una acción ofensiva intervencionista. Aún se desconoce el escenario donde se desarrollará dicho ejercicio. Alerta debe estar la opinión publica venezolana y latinoamericana.

Los tambores de guerra, han sido desempolvados y coincidiendo con esta Cumbre, se convoca a peligrosos ejercicios bélicos, cuyas intenciones pueden estar encaminadas a provocar un conflicto con Venezuela, con el interés de desviar las tensiones con Irán y en el oriente próximo, que tienen muy preocupados a la opinión pública internacional y al propio pueblo de los Estados Unidos. 

También influye el gran escandalo por el juicio político Donald Trump y que obviamente cualquier conflicto en nuestra región, sacaría de la agenda publicitaria y noticiosa lo que sucede actualmente en el Senado estadounidense.

Víctimas del terrorismo de Estado, fue Dylan Cruz a manos de los escuadrones de la ESMA cuando pacíficamente protestaba contra el gobierno de Duque, junto a millones de colombianos que se oponen firmemente al actual modelo económico neoliberal, a la corrupción y a la impunidad y la complicidad de altos funcionarios civiles y militares vinculados al paramilitarismo y el narcotráfico. Pero la represión contra las marchas pacificas ha dejado el saldo de 12 muertos más de 700 heridos y unos 600 detenidos. 

El pueblo colombiano está pidiendo la desaparición del terrorista escuadrón de la policía (ESMA), el 21 E, salieron para protestar y tributar homenaje a los más de 25 líderes y lideresa que en los primeros 20 días de este año, han sido asesinados y la cuenta sigue, sin que el presidente Duque, haya tomado una sola medida contra las bandas criminales del narcoparamilitarismo y los agentes del Estado, que continúan con su obra de horror y muerte.

Es importante dejar saber, que la práctica de estos asesinatos selectivos de líderes de base, no es por una razón de voluntarismo, esta práctica está diseñada y orientada desde hace muchos años, por literatura de la Agencia de Inteligencia de EE.UU (CIA) y contenida en los manuales que ellos titulan “Guerra de baja Intensidad” que se impartían en la Escuela de las América en Panamá y desde la salida de las tropas gringas de este país, esas Escuelas funcionan en el Comando Sur con sede en la Florida.

Duque recordó que Colombia adoptó la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea. "Eso nos permitirá detectar oportunamente células de Hezbollah, el Estado Islámico y de Al quaeda, pero también del ELN y de las disidencias. Mi invitación respetuosa es que podamos todos armonizarnos con esas dos listas", no menciona ni a las Águilas Negra, tampoco a Los Rastrojos ni al Clan del Golfo, como dice el dicho “por algo será”.

Sería importante que en la lista de organizaciones terrorista que él Presidente señaló en su discurso, incluya a las instituciones del Estado, responsables de los más de 3000 a 5000 jóvenes colombianos asesinados en los llamados “falsos-positivos” cometidos durante el gobierno de su mentor el Dr. Álvaro Uribe Vélez, líder del Centro Democrático, y del oficialista partido del gobierno de Duque.

Ni Pompeo, ni Duque se han referido a tales acciones terroristas, tampoco se han pronunciado sobre la denuncia que el senador Gustavo Petro realizó, el pasado 19 de enero en Bogotá, señalando que las Águilas Negras son sectores de la inteligencia de la policía y del ejército por las amenazas que dichas bandas han anunciado, contra líderes políticos, entre ellos, al propio senador Petro, a la recién electa alcaldesa Claudia López, al ex presidente Juan Manuel Santos, al senador Carlos A Lozada, a los periodistas Ariel Ávila y Daniel Coronell, incluso amenazaron a la presidenta de la Justicia Especial de Paz, Patricia Linares.

Por último hay que señalar que en esta Cumbre participaron algunos países que son una expresión muy clara de aplicar es sus países el Terrorismo de Estado, como es el caso del gobierno de Sebastián Piñera en Chile, cuya brutal represión ha dejado miles de heridos, mas de 300 chilenos afectados gravemente de su visión, un medio centenar de muertos provocados por los Carabineros, Ecuador de Lenin Moreno, cuya población indígena fue también masacrada por los Fuerzas Militares y Policiales, en octubre pasado. 

Y qué decir de los asesinatos cometidos por la Fuerzas Militares y de la Policía ordenado por autoproclamada y militante fascista Jeanine Añez de decenas de bolivianos, cientos de heridos, luego del cruento Golpe de Estado, contra el gobierno legitimo y constitucional de Evo Morales y que involucra al Gobierno de Estados Unidos y al propio Mike Pompeo, cuyo Encargado de Negocios de la embajada en La Paz, venia conspirando con la ultra derecha fascista santacruceña, en la provincia Argentina de Jujuy. 

No es el gobierno de Estados Unidos el ejemplar exponente en está Cumbre Anti – terrorista, cuando la política que sigue y ha seguido durante muchos años, ha sido la de imponer el terror, mediante diferentes métodos, como el genocida bloqueo a Cuba y ahora a Venezuela y con la amenaza de ser invadido militarmente, los distinto gobiernos estadounidenses son los que han realizado innumerables intervenciones militares en nuestros países, República Dominicana, Cuba, Nicaragua, Granada, y Panamá, han sido sangrientas y brutales, todas ellas para imponer gobiernos que se subordinen a Washington. 

Y que decir los cerca de 500 mil muertos que costo la intervención militar gringa en Irak, miles en Afganistán, Libia y Siria, utilizando a las organizaciones que la CIA formó, entrenó y financió, como el Estado Islámico, Al Quaeda y que ahora dice Mike Pompeo, que hay que perseguir, que descaro, si son ellos los que actualmente los apoyan para promover el derrocamiento del gobierno Sirio.

Por eso, en alta voz podemos afirmar que la Cumbre Anti-terrorista de Bogotá, convocada por un gobierno que practica el Terrorismo de Estado, está inhabilitado para levantar la bandera del anti-terrorismo, más bien se convocó para apoyar esa macabra política de intervención, horror y muerte en nuestros países al sur del rio Bravo. 

(*) Periodista, politólogo y analista internacional. 

La Habana, Cuba 23 de enero del 2020. 22.30 hrs.

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