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La Guerra de Libia conduce a una grave crisis internacional en el Mediterráneo oriental


La Guerra de Libia toma la más peligrosa de sus derivas. En medio del embargo internacional de armas ordenado por la ONU, la injerencia extranjera, lejos de disminuir como la retórica internacional ha venido exigiendo, está aumentando.

El Primer Ministro Fayez Al-Serraj ha llamado a sus cinco países amigos, incluida Turquía, para que intensifiquen la ayuda al gobierno de Trípoli.

Ayer Erdogan viajó a Túnez y la consejera de comunicación de la Presidencia tunecina, Rachida Ennaifer, no ha dado ninguna indicación sobre el objetivo de la visita, ni sobre los temas del orden del día de las conversaciones entre los dos Jefes de Estado.

Erdogan estuvo en Túnez acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, Mevlut Cavusoglu y Hulusi Akar, así como del jefe de los servicios de inteligencia, Hakan Fidan.

Serraj también visitó Túnez recientemente, por lo que la conclusión parece obvia: Turquía está a punto de enviar tropas a Libia y el Mediterráneo oriental se está convirtiendo en un polvorín.

Hace unos días las milicias del general Haftar abordaron un barco turco para controlar la tripulación y su carga.

El ejército argelino considera que el despliegue de tropas turcas en Libia es algo tan preocupante, al menos, como el propio general Haftar. Para ellos equivale al regreso de la OTAN al norte de África.

En su discurso inaugural el nuevo presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, recordó que “Argelia nunca aceptará que se la mantenga al margen” de las soluciones propuestas para Libia.

En Libia se ha creado el Ministerio de Mártires y Desaparecidos encargado de buscar supervivientes e identificar los cadáveres, muchos de ellos encontrados en fosas comunes. Se estima que al menos 50.000 personas han muerto en la guerra.

Acertadamente la Wikipedia dice que algunos medios de comunicación han calificado la Guerra de Libia como guerra civil libia, revolución libia o revuelta del 17 de febrero, pero que se trata de “un conflicto bélico internacional en territorio libio”.

Está en el buen camino, pero sigue siendo insuficiente. Fue una agresión de países extranjeros, principalmente Francia y la OTAN, en la que la ONU tuvo una enorme responsabilidad al atar a Gadafi de pies y mano al ordenar una “zona de exclusión aérea”, es decir, impidiendo que el gobierno pidiera utilizar la aviación para defenderse.

Ahora no es posible que los libios puedan salir de la guerra en la que les metieron los imperialistas por sus propias fuerzas y la solución sigue en manos de terceros, que no quieren solucionar nada sino mantener la sangría indefinidamente.


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