El traslado de sede de la cumbre mundial de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP25), desde Chile a España, no detuvo las contracumbres que ya estaban programadas en Santiago en el marco del evento: la social por la Acción Climática y la de los Pueblos. Y la dramática crisis hídrica que azota a los chilenos no pasó desapercibida.
Un tema ineludible en las dos contracumbres fue la problemática del agua y la crisis hídrica que enfrenta el país.
Se trata de un conflicto donde, para los expertos y ambientalistas, se cruzan la sequía y el saqueo de ese recurso vital.
La gravedad del problema sería resultado no solo de la escasez de lluvias a raíz del cambio climático, sino también de la legislación que ha privatizado el agua de Chile.
Déficit histórico de agua en Chile
Las condiciones de sequía se arrastran desde hace varios años en la nación suramericana, sin embargo, este 2019 ha sido especialmente duro. Según señala la Dirección Meteorológica de Chile en su último Monitoreo de la Sequía, "el acentuado déficit de precipitaciones, que se ha observado durante todo el año, hace muy difícil un cambio en la condición seca dominante que ha sufrido el país".
La escasez en las ciudades de La Serena, Valparaíso y Balmaceda superó el 100 %, dando cuenta que en estos lugares la precipitación acumulada fue 0 mm.
En el caso de la ciudad de Santiago, solo han caído 82 mm de precipitaciones en lo que va del año, lo que representa un déficit del 76 % según la misma Dirección Meteorológica. En Valparaíso, en tanto, han caído 83 mm mientras lo "normal a la fecha" es de 412 mm.
A este catastrófico panorama se suma una normativa nacional que mantiene privatizadas las fuentes del vital elemento, desde la aprobación del Código de Aguas durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Como explica a Sputnik Lucio Cuenca del Observatorio de Conflictos Ambientales OLCA, y panelista en la Cumbre de los Pueblos "este código, si bien considera a las aguas como un bien social, es decir, como un bien nacional de uso público, a la vez lo considera como un bien económico. Separa la propiedad del agua del dominio de la tierra y le transfiere la facultad al Estado de que sea éste quien concede los derechos de aprovechamiento de aguas a privados de forma gratuita y a perpetuidad, dando origen al mercado de las aguas, o más bien al negocio del agua".
No Alto Maipo
© FOTO : RICARDO QUERO ARANCIBIA
Esto resulta particularmente grave, según señala a Sputnik Pablo Melo, de la Coordinadora Ciudadana No Alto Maipo, que se opone al megaproyecto hidroeléctrico con que la transnacional AES Gener pretende intervenir el Valle del Maipo, que ha sido históricamente una fuente vital de agua potable y energía para la Zona Central del país.
Para Melo, quien expuso en la Cumbre por la Acción Climática, el proyecto Alto Maipo, que se integraría a una red de centrales hidroeléctricas de pasada y que aprovecha los afluentes naturales, va a afectar irremediablemente el sector del cajón del Maipo, cuenca donde se encuentran las reservas de agua potable que abastecen al 80 % de la capital de Chile.
"Creemos que el Proyecto Alto Maipo destruiría toda la cuenca del río Maipo, principal proveedor de agua potable de Santiago, al comprometer seriamente todos los afluentes, esteros y cauces.
Estamos convencidos, además, que el este proyecto pone en peligro una serie de actividades productivas que se relacionan con las aguas del río. Hablamos de la extracción de áridos, del comercio, del turismo, la agricultura y la pequeña ganadería".
AES Gener adquirió las aguas de varios esteros y ríos cristalinos del cajón del Maipo, que constituyen las reservas naturales de agua limpia para la capital de Chile, al amparo del Código de Aguas.
Como explica a Sputnik Rodrigo Mundaca, líder del Movimiento de Defensa del Agua la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (Modatima), esta normativa se traduce muchas veces en que "los privados hacen un aprovechamiento del agua de forma tal que termina por desabastecer al resto de la población."
Esto bien lo saben los habitantes de la Laguna de Aculeo, a 85 kilómetros de Santiago, que ha visto desaparecer sus más de 40.000 millones de litros de agua principalmente por su extracción para riego, y donde apenas tres agricultores tienen el dominio del 80 % de las aguas de la zona, y que son cultivadores de sandías, zapallos, cerezos, frutos secos y cítricos.
La primera comuna de Chile sin agua
Un caso dramático lo constituye la provincia de Petorca, donde la escasez hídrica se está trasformando en un alerta en Chile, y donde la localidad de Cabildo podría convertirse en la primera comuna del territorio nacional en alcanzar la sequía total.
© CC BY 3.0 / FRANCESCO MOCELLIN / SALAR DE ATACAMA.JPG
Esta zona es reconocida por su producción de aguacate, y ha vivido un crecimiento explosivo en este tipo de plantaciones, con un efecto negativo en el medioambiente.
"El aguacate es un frutal que demanda enormes cantidades de agua, entre 150 a 200 litros diarios por árbol, en una hectárea de cultivo entran 500 árboles, que si los multiplicas te da 100.000 metros cúbicos de agua en régimen de riego, lo que equivale al consumo de agua diaria de mil personas", explica Mundaca.
"Nuestra legislación no establece la prioridad de uso del agua, se puede sobreponer el uso minero por el consumo humano o el de un ecosistema. No se asegura el derecho humano al agua, como si lo asegura la normativa internacional", sentencia Cuenca.
Para Mundaca el problema en Petorca también es producto de la concentración de la propiedad de los recursos en empresarios e incluso ex personeros de gobierno, lo que evidencia una escasa fiscalización y más buen poca voluntad política para hacerlo.
"Ejemplos son el del ex ministro del Interior del Gobierno de Michelle Bachelet, Edmundo Pérez Yoma, o el exdiputado Eduardo Cerda ambos pertenecientes a la Democracia Cristiana, que se vieron beneficiados para el desarrollo de la agroindustria ligada a los cítricos y a los paltos. Entonces hay problemas de usurpación, aprovechamiento de subsidios estatales y de mala fiscalización".
La sobreexplotación del agua en la Provincia de Petorca, junto con la falta de fiscalización y voluntad política que genere un cambio, condenan a esta zona. Para Rodrigo Mundaca, "todo el mundo sabe que la provincia de Petorca es el epicentro de la violación del Derecho Humano respecto al acceso al agua".
El agua: una reforma urgente
Mientras no exista una reforma a las normativas vigentes, la crisis hídrica solo se profundizará a lo largo del país. Para Mundaca, es urgente el cambio de estas regulaciones y reitera que "en Chile no hay sequía sino saqueo, Chile es el único país del mundo que mantiene privatizadas sus fuentes de agua desde la dictadura".
Otro fenómeno que agrava lo expuesto y que debe ser normado, para Cuenca, es que "el Estado de Chile ha abandonado su rol de gestor y ha realizado un sobre otorgamiento de manera gratuita, de los derechos de agua sin conocer el estado de disponibilidad de las cuencas, por tanto, hay en lugares de Chile donde hay más derechos de agua otorgados, que agua disponible, derechos que además se transan en el mercado".
Para cambiar esta situación, una reforma al Código de Aguas no es suficiente. "La única forma de solucionar este problema es hacer una reforma a la Constitución Política, derogando el artículo 19 numeral 24, que consagra la propiedad privada", sentencia Mundaca.
Por su parte, Cuenca considera que en Chile a lo menos hay tres sectores económicos que están frenando cualquier posibilidad de transformación que pueda tocar sus intereses.
"El Consejo Minero que representa a las grandes trasnacionales extractivistas, las hidroeléctricas, y el sector agrícola exportador. Ellos son los que concentran la mayoría de estos derechos de propiedad, los que están impidiendo que se vuelva al agua como un derecho común, la desprivatización del sistema, y que hasta hoy no existe la voluntad política de modificar, incluso considerando las movilizaciones de estas últimas semanas".
En el cierre y conclusiones de ambas cumbres el tema del agua fue prioritario, al igual que para los miles de chilenos que han salido a la calle a pedir un nuevo pacto social y una nueva Constitución. Pero muy especialmente para quienes viven fuera de Santiago.
"El petitorio más sentido en las regiones es la recuperación del agua, es hacer a hacer del agua un bien común, y de su acceso un derecho humano", concluye Mundaca.
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