¿Por qué encerraron y torturaron a civiles inocentes en Guantánamo?
La pregunta es posible porque Wikileaks, fundada por Julian Assange, reveló que así era, que allí, en esa cárcel extraterritorial donde el trato hacia los prisioneros está fuera de la ley, se encerró a civiles inocentes.
La mayor parte de los prisioneros en ese sitio lo eran.
Y la pregunta no es tan fácil de responder. Lo primero que a alguien se le puede ocurrir es que simplemente eran errores de inteligencia que exhiben la ineficiencia de los servicios encargados de identificar a sus objetivos.
Pero luego, en los mismos archivos revelados por Wikileaks, nos encontramos con que no había en realidad acusaciones contra ellos y que incluso los pretextos que se presentaban para su encarcelamiento eran inocuos, casi insensatos. Teniendo esto último en cuenta la respuesta a aquella pregunta debería ser otra.
La respuesta debería ser que se encerró a civiles inocentes en Guantánamo a propósito. Pero, ¿por qué? Solo hay una respuesta para eso que haga totalmente comprensible la situación.
Los encerraron simplemente para justificar la existencia de todo el proceso, la existencia de los servicios de inteligencia, la existencia de una guerra.
Dicho de otro modo: el complejo militar-industrial-de inteligencia es un gran negocio en el que una parte de los estadounidenses vive de los impuestos que otros estadounidenses pagan y ese gran negocio solo puede continuar si el producto vendido a los ciudadanos existe realmente.
Y ¿cuál es ese producto? Ese producto es la guerra, la captura de prisioneros, la labor de los servicios de inteligencia, etc. Aquí, sin embargo, alguien podría decir que ese producto sería mejor vendido a los estadounidenses si se capturaran auténticos terroristas y no civiles inocentes.
Pero esos documentos liberados por Wikileaks permanecían en secreto de modo que la opinión pública de EEUU jamás se enteraría de la diferencia.
Y por otro lado, si realmente EEUU usara toda su capacidad contra el terrorismo entonces probablemente lo acabaría, y ello llevaría a una conclusión no deseada: el negocio terminaría. Si efectivamente EEUU usara sus capacidades para acabar con el narcotráfico y el terrorismo lo lograría sin duda pero de ese modo el presupuesto del complejo militar-industrial-de inteligencia quedaría injustificado.
¿No es eficiente ese aparato derribando gobiernos que le resultan indeseables y creando caos? Lo es. E incluso se puede uno enterar que en realidad contribuye a la existencia del terrorismo y el narcotráfico, porque LOS NECESITA para justificar su propia existencia.
Llegados a este punto una claridad de espanto se avecina.
Lo que está sucediendo hoy en el mundo es que esa máquina de la muerte, el complejo militar-industrial-de inteligencia de EEUU, no solo absorbe más de la mitad del presupuesto de la nación económicamente más poderosa de la Tierra sino que como un parásito insaciable necesita seguir absorbiendo el jugo que lo alimenta, y lo hace con gran voracidad.
Para seguir extrayendo el líquido vital que lo mantiene vivo necesita justificar ante los ojos de los ciudadanos estadounidenses su existencia y eso solo lo puede lograr promoviendo reales amenazas en el mundo, como el narcotráfico cuya infección se extiende desde Colombia, el mayor productor de cocaína global, socio de EEUU de muchas maneras, desde Afganistán, donde EEUU está militarmente presente y se produce la mayor parte del opio del mundo, etc., o como el terrorismo, claro que sí, pues hay que recordar que el extremismo es fundamentalmente promovido por el proxy más totalitario y despiadado de EEUU, el mismo que mandó descuartizar a un periodista, realiza decapitaciones de opositores en masa y comete una carnicería en Yemen, Arabia Saudita.
Fue Arabia Saudita con varios de sus ricos aliados regionales los que financiaron la aventura extremista y fue el propio mundo musulmán el que pagó mayormente con su sangre los costos de esa promoción.
Pero el negocio no estaría completo si esa máquina de la muerte se conformara con promover las dos más grandes amenazas hoy día existentes para promover, a su vez, su propia eternizada existencia.
El negocio se completa con la colaboración de otros servicios de inteligencia y otros aparatos militares dentro del mundo occidental y con la creación mediática de enemigos, enemigos que siempre tienen que existir para justificar guerras, invasiones, bombardeos, etc.
A eso lo solemos llamar intervencionismo, pero hay que recordar que el intervencionismo siempre tiene dos fases: la fase directa de intervención en el que el objetivo no es establecer democracias ni libertades ni nada parecido sino por el contrario infectar con más caos al mundo para obtener más oportunidades de negocios, y la fase indirecta en la que la víctima es toda la población mundial, pues ella tiene que ser convencida de que la intervención es necesaria por medio de un lavado de cerebro de dimensiones tenebrosas por un gran aparato mediático corporativo que se pone al servicio de la máquina de la muerte.
A un crecimiento maligno que vive del propio cuerpo que lo engendra, que tiene como única función la promoción del caos y que trata de infectar y descomponer todo lo que toca a nivel orgánico lo llamamos cáncer, a nivel del planeta lo podemos llamar máquina cancerígena de la muerte y sabemos donde está enraizada esa máquina devoradora de riqueza y vidas.
Lo que nadie sabe por ahora es como lograr que se detenga antes de hundirnos a todos.
Y recordemos, para finalizar, que se trata de un NEGOCIO, y que en la raíz de este quiste desbocado está justamente la ideología que promueve el lucro por encima de todo, la ganancia por encima de todo, la codicia como motor de la historia.
Quizás una manera de detener este proceso canceroso es justamente ir a la raíz del problema y terminar con esa ideología con la que la humanidad se está autodestruyendo.
http://misionverdad.com/OPINIóN/almagro-guaido-pompeo-la-corrupcion-el-tutelaje-y-la-incapacidad-de-gobernar