Pablo Gonzalez

El Salvador: Bukele, el bocón


La prudencia y el recato son cualidades indispensables en todo ser humano; sobre todo en los dirigentes de alto nivel, ya que son cimientos para entablar relaciones de calidad en todo aspecto. Un presidente, por ser la figura más relevante de un país, está obligado a mantener un discurso coherente y conciliador que esté matizado de prudencia y recato.

Es lamentable escuchar las declaraciones irrespetuosas del presidente electo de los salvadoreños, Nayib Bukele, que de momento solo reflejan una total inexperiencia en diplomacia. A todas luces se percibe que está tratando de impresionar a un pueblo que desencantado por los gobiernos de tendencia marxista, trata de encontrar de nuevo la ruta de la democracia participativa.

El tipo de discurso de Bukele nos recuerda al payaso de Abdalá Bucaram, que llevó el circo a la presidencia ecuatoriana. Ambos plagados de incontinencia verbal crearon malestar total entre sus conciudadanos.

Bucaram fue botado del poder por votación en el Congreso (44 votos a favor de 82 posibles) aludiendo “incapacidad mental para gobernar”.

Bukele, sin haber tomado posesión, ya enfrenta una oposición que a todas luces hará que su gobierno haga aguas por todos lados.

Volviendo a las declaraciones ofensivas de Bukele, en contra de nuestro Presidente Juan Orlando Hernández, solo reflejan desconocimiento total de nuestra realidad y, sobre todo, señalamientos sin ningún tipo de pruebas.

Además, quién es este advenedizo para hacer señalamientos propios de un discurso de la oposición hondureña que, para variar, siempre anda queriendo crear caos, violencia y afectar al país en todo lo que puedan.

Incontinencia verbal, deseos de figurar al mejor estilo circense, irrespeto constante, son las características de Nayib Armando Bukele Ortez, de apenas 37 años (su juventud no justifica sus torpezas).

Al cual habría que mandarlo, para empezar su proceso educativo, a recibir clases de buenas costumbres; y luego clases de diplomacia básica para que aprenda cómo dirigirse respetuosamente a las demás personas que ostentan cargos similares al que tendrá el próximo 1 de junio.

También hay que señalar que sus palabras no se quedan solo en fanfarronadas. Tras ellas está el propósito de desviar la atención de los salvadoreños de los graves problemas que enfrentan, entre ellos el narcotráfico y el dominio de las maras en casi toda la sociedad. Así se empieza a curar en salud, y provocando altercados internacionales cree que opacará toda la oposición que desde ya se manifiesta.

Asimismo buscará pretextos para iniciar reclamos sobre supuestos territorios salvadoreños, que en realidad pertenecen a Honduras, y nunca han estado en litigio. Así se presentará como el redentor de territorios despojados y que ahora en una nueva acometida –fuera de tiempo e ilegal por cierto– quiere restituir a su “amado país”.

El desconocimiento de Bukele de la política regional es sorprendente. Adversar a Honduras es una torpeza mayor, ya que los dos países mantienen relaciones comerciales significativas. Además, el Triángulo Norte es la acometida de los tres países, Guatemala, El Salvador y Honduras, para hacerle frente a las exigencias de la política norteamericana.

Bukele, creyéndose aliado incondicional de López Obrador, cree que este le sacará las castañas del fuego, pero olvida que “México es para los mexicanos” y lo dejarán solo ante las políticas de los estadounidenses que desde ya, no lo miran con buenos ojos. Empezar a aislarse desde antes de tomar posesión es una solemne torpeza.

Y cuestionar la cohesión del Triángulo Norte solo le acarreará sinsabores en su política internacional.

Los hondureños debemos estar atentos ante los desaciertos que desde este momento exhibe Bukele en contra de la dignidad de los hondureños. No es posible que sin causa alguna desee romper los lazos de amistad y cooperación que nos unen con los salvadoreños. ¡Hay que recordar que Honduras es primero!

https://www.latribuna.hn/2019/04/23/bukele-el-bocon/

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