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5 razones por las que deberíamos cuestionar la existencia de Jesucristo


Entonces Jesús entró a un hogar,
y de nuevo se juntó la multitud,
así que él y sus discípulos no podían ni comer.
Cuando su familia se enteró
fueron tras él y dijeron «Está fuera de sí».

—Marcos 3:20-21


Es fácil creer en Jesús. Es el ser divino cuyo mensaje ofrecía paz y entendimiento entre las masas. 

Es el hijo de Dios, El Mesías, salvador y personaje que murió por nuestros pecados.

 Sintió el verdadero dolor para perdonar a la humanidad y eventualmente será quien guíe a sus seguidores a la gloria. 

El perfecto personaje de ficción. Realizaba milagros para curar a los heridos, daba alimento a quien lo necesitaba y le daba fe a una comunidad entera que no tenía nada en qué creer. 

Es inevitable enamorarse de una historia de ese tipo. 

La mayoría alguna vez ha pensado en personajes literarios fantásticos. 

La mente infantil permite engrandecer a cualquier persona, siempre y cuando no sea real.

 Así sea un personaje de película o de algún libro, el heroísmo y pureza de alguien similar a Jesús de Nazaret tendrá fuertes impactos en alguien con psique sensible o susceptible a caer en las fantasías. 

Sin embargo, una vez que se tiene amplio conocimiento sobre ciencia, historia y los mismos textos que narran la vida de éste místico hombre, se dificulta creer plenamente en el hecho de que fue real, que vivió, que salvó vidas y unió a las personas mediante su muerte.

Autores como William Herzog, Mark Allan Powell y John Crossang han coincidido en que sí existió un hombre que pudo ser Jesucristo. Asimismo, ofrecen pruebas de que fue bautizado tal como lo describen los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas; y crucificado como también lo dice el texto de Juan. Son eventos canónicos que tomaron lugar entre los años 28 y 33 de acuerdo con el calendario Gregoriano.

A pesar de lo anterior, aún existen vacíos inexplicables en la historia de Jesucristo. Eso hace inevitable considerar si fue real o si sólo fue un ícono que sirvió para darle fe a un pueblo. 

Cronología

El primer punto a considerar es el momento en que fueron escritos los registros de Jesucristo.

 El evangelio según Mateo fue el inicial y se piensa que fue creado entre el año 70 y el 100, lo mismo sucede con el resto de los textos. 

Pasaron más de 60 años entre la muerte de Jesucristo en la cruz y la primer representación literaria de su historia.

 Asimismo, nunca se ha podido comprobar la autoría legítima, así que los verdaderos responsables han quedado perdidos en la historia. 

Motivos

La inspiración y los motivos de los autores también son temas a considerar. Es posible que haya existido un hombre que pensó que era el hijo de Dios.

 Con ideas radicales, comenzó a predicar su palabra y convencer a los judíos desesperanzados de unirse a su movimiento, culminando en su crucifixión como castigo según las leyes romanas. 

Su historia dejó marca entre sus seguidores llegando hasta oídos de quienes escribieron los evangelios. Mateo, quien tenía conflicto con sus creencias y llegó a escuchar sobre la historia de Jesús, pudo haber decidido narrar su vida, influenciando a otros a hacer lo mismo.

Contexto Social

Es importante tomar en cuenta el contexto social que se vivía en aquel entonces. De acuerdo con Bernard Lazare y otros expertos, poco después de la muerte de Jesucristo existió la crisis de Calígula, es decir, durante los primeros enfrentamientos entre los romanos y los judíos. 

Entre 66 y 135 hubieron persecuciones y en el año 70 el segundo templo judío y la tierra de Jerusalén fueron destruidos. 

Estos hechos pudieron motivar el engrandecimiento de la figura del hombre que creía ser hijo de Dios y utilizarlo para darle fe a quienes pensaban que no saldrían vivos de la guerra con el ejército de Roma.

Puntos de vista

El cuarto punto está vinculado con la estructura de cada evangelio. Los autores anónimos no parecen estar de acuerdo y tienen contradicciones. 

Los de Marcos, Lucas y Mateo están vinculados por la tradición principal, pero a partir de esa se dividen distintas secciones. 

Algunos narran elementos que los otros no presenciaron, engrandecen a Jesucristo, lo describen de diferentes formas y parecen adecuarse al pensamiento individual de cada uno. 

Esto puede notarse más claramente en el evangelio según Juan, cuyo autor responsable demuestra odio directo hacia los judíos llamándolos producto de Satán, tal como lo observó el analista James Carroll.

Incongruencia

El quinto y último punto son las amplias incongruencias. La nula prueba de que haya sido hijo de una virgen es el ejemplo más claro. Todo deriva del uso de la palabra "almah" en hebreo que se usa en el Libro de Isaías 7:14 cuando describe la sagrada concepción, texto que posteriormente sería citado por Mateo. 

 La palabra se traduce como "mujer joven", pero también se refería a ciertas personas del sexo femenino cuyo estatus sugería que era virgen.

 Las fuentes mismas de los autores que escribieron los evangelios crearon leyendas en vez de narrar con rigor histórico la vida de ese hombre que pensó que era el hijo de Dios.

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Sí. Es posible que Jesucristo haya existido, pero no hay prueba de que haya nacido de una virgen, que haya realizado milagros o que sea el hijo de Dios.

 La fantasía de ese hombre no existió, sino que fue adornada por intereses personales y religiosos de hombres que se sentían perseguidos y que necesitaban darle esperanza a otras personas.

 Al inicio sirvió para crear paz, pero eventualmente se convirtió en una herramienta para controlar y reprimir el pensamiento intelectual. Esas son las paradojas de la historia.

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Referencias:

"Antisemitism: Its History and Causes. New York: International Library" de Bernard Lazare (1903).

"Prophet and Teacher: An Introduction to the Historical Jesus" de William R. Herzog (2005).

"Jesus Remembered" de James D. G. Dunn (2003).

"The Bible Knowledge Background Commentary: Matthew-Luke, Volume 1" de Craig A. Evans (2003).

"Constantine's Sword: The Church and the Jews: A History. Houghton Mifflin" de James Carroll (2001).

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