Un exagente del Servicio de Seguridad de Ucrania reveló este lunes la existencia de cárceles secretas en las áreas de Donbás controladas por las fuerzas ucranianas, entre ellas el batallón de voluntarios especiales Azov.
"No puedo obviar el tema de las cárceles secretas en la zona de la operación antiterrorista. No puedo hablar de todas, pero conozco muy bien una, la situada en el aeródromo de Mariúpol", dijo Vasili Prózorov, empleado del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) en el período de 1999 a 2018.
Durante sus últimos cuatro años en el SBU, Prózorov trabajaba en la plana mayor de la llamada operación antiterrorista en Donbás y pasaba información a Rusia, "por motivos ideológicos", según afirmó en una rueda de prensa celebrada en Rossiya Segodnya, la casa matriz de Sputnik.
La prisión de Mariúpol, según él, funcionaba en la planta baja de la terminal aeroportuaria, en el ala izquierda donde hay dos cámaras frigoríficas, ambas inoperativas, una de 5 por 3 metros y la otra, de 3 por dos.
"De hecho, se trata de celdas metálicas con puertas que se cierran herméticamente. A los detenidos les metían dentro y los mantenían allí extraoficialmente", reveló.
Prózorov estima que en 2014, en cuestión de apenas dos meses, más de 300 personas pasaron por aquella prisión, apodada como "biblioteca".
"Me consta que dos personas murieron durante los interrogatorios, pero, créanme, podrían haber sido más", señaló.
Con respecto al batallón Azov, dijo que "en realidad no obedece a nadie, salvo su jefe y el ministro del Interior [Arsén] Avákov". "Ni a los mandos de la Guardia Nacional, ni a la dirección del Ministerio del Interior, ni siquiera a los responsables de la operación antiterrorista cuando cumple misiones de combate en esta zona", agregó.
Prózorov añadió que Kiev nunca quiso solucionar el conflicto en Donbás de manera pacífica.
"En abril de 2014 nadie entre los dirigentes ucranianos planteó una solución pacífica del conflicto, todas las declaraciones sobre su apego a las medidas de paz no eran más que hipocresía", relató.
Señaló que antes del inicio de la operación el SBU "elaboró una serie de propuestas para poner fin al conflicto" en Donbás, incluido "lanzar una propaganda masiva sobre aspectos negativos de la vida en Rusia, renunciar al término 'pueblo hermano', presentar la lucha contra la resistencia ucraniana como una guerra sagrada contra el mal internacional".
"Otra propuesta fue justificar la necesidad de duras operaciones especiales, con participación de unidades de las Fuerzas Armadas, y de antemano se suponía que esas operaciones provocarían gran cantidad de víctimas civiles que se calificarían de cómplices de los terroristas", señaló.
Afirmó también que los servicios secretos de Ucrania eliminaron a numerosos líderes y jefes militares de autoproclamadas Repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
"Su eliminación son acciones de servicios secretos de Ucrania, mientras que la idea de que se trata de conflictos internos está impulsada por el departamento de operaciones mediáticas y psicológicas del SBU y las Fuerzas Armadas de Ucrania", dijo.
Añadió que los comandantes milicianos Arseni Pávlov, alias Motorola, y Mijaíl Tolstij, alias Guivi, "cien por ciento" que fueron eliminados por los servicios secretos de Ucrania.
Prózorov denunció también que el servicio de contraespionaje del SBU se dedica a organizar sabotajes y atentados en los territorios de las Repúblicas autoproclamadas.
"Los empleados del quinto departamento realizan permanentemente entrenamientos, reuniones informativas bajo la dirección de especialistas estadounidenses y británicos; ellos viajan a estos países para mejorar sus capacidades, para participar en nuevos entrenamientos", dijo.
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio donde se proclamaron las Repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
La búsqueda de la solución al conflicto corre a cargo del Grupo de Contacto que celebra reuniones en Minsk.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más 10.300 muertos.
Derribo del MH17
Además, Prózorov acusó al Gobierno de su país de complicidad en el derribo del vuelo MH17 que causó 298 muertos en julio de 2014.
"Ucrania está implicada en la catástrofe del Boeing", dijo el exagente.
El 17 de julio de 2014, un Boeing 777 de la compañía Malaysia Airlines que realizaba el vuelo MH17 de Ámsterdam a Kuala Lumpur, fue alcanzado por un misil cuando sobrevolaba la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, una zona convulsionada por los enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y las milicias.
Tanto el Ejército como las milicias negaron su implicación y se acusaron mutuamente de la catástrofe en la que la mayoría de las víctimas eran holandeses.
Prózorov resaltó la rapidez con la que reaccionaron las autoridades ucranianas tras el derribo.
"Al parecer el presidente [Petró] Poroshenko y su oficina de prensa sabían de antemano lo que iba a ocurrir", remarcó.
Prózorov apuntó directamente al entorno de Poroshenko, en concreto a Valeri Kondratiuk, actual vicejefe de la Administración presidencial y exresponsable de la inteligencia, y a Vasili Kurbátov, actual jefe de la dirección central de la inteligencia del Ministerio de Defensa.
El exagente recordó que le alarmó que el espacio aéreo en la zona de combates estuviera abierto ese fatídico día, lo que contradice las normas internacionales.
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