Es difícil tratar de ubicar en la justa medida los niveles de cinismo, la desvergüenza, la capacidad depredadora de alguien, la rancia brutalidad que marca a alguien ante una sociedad que lo detesta en la medida que asoma la jupa para exhibirse ante los medios como algo, como una cosa cualquiera, que por su grado de bestialidad lo que hace es realmente sorprender porque uno a veces oye cosas que destruyen el mito de lo imposible y que supera por mucho cualquier tipo de fantasía.
Cuando hace unos meses atrás vi y escuché a Michael Healy en aquel mamotreto de Diálogo Nacional en el Seminario de Fátima, decir que la economía no era importante y que lo que ahí se llegaba era a recibir la renuncia de Daniel Ortega, yo me pellizque y creo que colectivamente lo hicimos muchos, incluso hasta el Chano Aguerri que se estrenaba como activista político porque aquello venía de alguien que suponía estar en la línea de defensa de los empresarios, pero que en ese momento asumía un rol de verdugo con cara de monstruo.
Fue imposible que aquella frase de Michael Healy no fuera percibida porque eso le hubiera salido natural a los chateles del M19 porque estaban ahí por obra de un efecto fortuito que jamás imaginaron y porque además es la fecha y no tienen idea de las cosas a las que se metieron y que terminaron por embarrar a sus propios mentores; hubiera igualmente sido comprensible que semejante estupidez la dijera cualquiera de las dos vulgares, que pereciendo más hombres que féminas, son activistas del aborto y de los sectores lésbicos, pues al fin y al cabo su punto fuerte es el sexo entre ellas; hubiera sido entendible incluso que lo dijera Carlos Tunnerman, porque este viejito que lo andan del timbo al tambo como reliquia lo único que sabe hacer es oponerse a cualquier cosa que represente torpedear toda negociación, pero que lo haya dicho Michael Healy, Presidente de la Unión de Productores de Nicaragua. UPANIC, por favor es inconcebible y créanme si yo fuera de esos colombianos para los cuales trabaja, el también flamante vicepresidente del COSEP le vuelo la cabeza laboralmente hablando, por afectar directamente el interés de su empleador.
Los nicaragüenses no hemos podido olvidar esa sentencia inverosímil que Michael Healy dijo desde la profundidad más oscura del odio que lo posee para desbaratar la economía y francamente creímos, hasta ayer, que no habría nada que pudiera superar eso, pero que va, el tipo mejoró, y por mucho su propia marca, lo que dijo en la última conferencia de prensa, donde se nos quiere pintar como el que tiene lo que las gallinas ponen, aunque esto no tenga nada que ver con testosterona, pero sí mucho con la inteligencia, fue de grandes ligas pero vistas desde la incompetencia de los que no tienen cabeza.
Este Michael Healy, que parece tener una capacidad única para producir cosas que representan la negación de la inteligencia o de propuestas en beneficio del bien común, dijo, con una pasmosa seriedad, desde una mesa donde criticaba las recientes reformas fiscales a las que en su proceso de consulta fue incapaz de aportar algo porque prefirió mantenerse al margen de ellas como lo hizo integralmente todo el COSEP, que lo que Daniel Ortega tenía que hacer era reducir el estado, correr una gran parte de los trabajadores del gobierno.
Tan aberrado desatino no es casual, no es que se le ocurrió decirlo, no fue un desliz, sino una explosión indiscriminada de un pensamiento obtuso que pretende adelantarnos lo que sería un gobierno donde él se ve retratado como presidente o como ministro.
Este tipo de planteamientos tiene mucho que ver con la capacidad destructiva contra el país por solo odiar a Daniel Ortega y está solo en línea con aquella perversidad de los tranques que estrellaron en tan solo tres meses la economía bonita que teníamos antes del 18 de abril y que no bastándole con eso, una vez que la policía retomó el control, el mismos Michael Healy era uno de los más envalentonados que llamaban a aquellos dos paros nacionales, se acuerdan, y que por ser el puntillazo al infarto estimulado contra nuestra economía generó que la empresa privada mandara a la casual a más de doscientos mil nicaragüenses a los que ahora el Presidente de UPANIC ni quiera recuerda porque él, junto a otra gente está bien, en tanto siga siendo empleado de los colombianos y continúe recibiendo los estímulos del amo aquel que ya todos le conocemos y que manda desde Washington.
Michael Healy quiere hacer pagar a los empleados del gobierno lo que ya hizo con los de la empresa privada, pero olvida este productor de maletín que en el gobierno no solo trabajan sandinistas que durante la ejecución del golpe fueron los perseguidos, los torturados y los asesinados, sino que también hay otros nicaragüense que sin ser sandinistas y abiertamente enemigos del actual partido en el poder, también trabajan en el gobierno, por lo que habría que comenzar a preguntar a estos trabajadores si estarían dispuestos que a la hora de que se acepte la sugerencia de Michael Healy las primeras cabezas que rueden sean las de ellos.
Yo admiro la nobleza de esta administración frente a la estupidez de sus en enemigos. Uno que como periodista anda metido en muchas partes y en muchas cosas, no puede hacerse el sordo cuando se escucha como un reclamo de quienes son miembros o militantes del partido sandinista denunciar que en esta o aquella institución del gobierno o del estado hay un golpista que se burla de ellos, que gana mejor que ellos y que hasta después del golpe, incluso, han sido promocionado a mejores posiciones.
Altos funcionarios del gobierno están conscientes del malestar que esto genera en su partido porque muchos lo ven como un síntoma de debilidad, pero acertadamente y con mucha razón me dicen que la empresa privada y sus dirigentes ya hicieron un daño tan irreversible económica y socialmente al país que lo peor que pudiera pasar es que el Presidente Daniel Ortega se pusiera al mismo nivel de sus enemigos haciendo pagar a empleados del gobierno que no piensan como sandinistas de lo que únicamente el golpismo y sus actores fueron responsables.
Me gusta una visión de esta naturaleza porque habla de la capacidad de un estadista para no afectar más los hogares de Nicaragua en el contexto de la tragedia que le impusieron, pero por lo dicho por Michael Healy nosotros como ciudadanos debemos tener una idea clara de lo que sería el país bajo un gobierno jefeado por gentes que, sin humanidad, llegarían a dictar desde la presidencia fórmulas para magnificar las riquezas de los sumos pontífices del capitalismo salvaje los mismos que fueron el cerebro de toda esta cochinada que nos trasladó 20 años al pasado de donde con mucho esfuerzo había salido.
Individuos así son peligrosos porque irían por la cabeza de todo sandinista porque en su “democracia” solo hay espacios para ellos y además irían sobre todo símbolo que oliera a sandinista y ese representaría arrancar de tajo la educación y la salud gratuita, significaría ir tras los subsidios para la luz, el agua y el transporte, sería dar luz verde a los bancos para dejar en la calle a quienes por los mismos efectos del golpe no han podido cancelar sus adeudos y de la misma manera volverían los tiempos en que el seguro social era la caja chica y los beneficios para los enfermos desaparecerían.
De eso y muchas otras cosas más, seria capaz este Michael Healy que no se mañana si se atreverá a sobre pasar la brutalidad más recientemente expresada.
Por: Moisés Absalón Pastora.
http://www.redvolucion.net/2019/03/21/suprema-bestialidad/