Solo hasta la última década, algunos sacerdotes han podido ser investigados y condenados.
La expulsión de la Iglesia Católica del excardenal Theodore McCarrick, señalado de abusos sexuales, abrió nuevamente el escándalo de pederastia al interior de la Iglesia. Esta sanción histórica, y otros casos alrededor del mundo, seguramente resonarán en la próxima 'cumbre antipederastia' que liderará el papa Francisco en el Vaticano.
El caso de Theodore McCarrick pasó a la historia por recibir la mayor sanción contemplada en la Iglesia Católica: la expulsión total, definitiva y sin derecho a apelación del ejercicio sacerdotal. McCarrick, de 88 años, es señalado de abusos sexuales a jóvenes seminaristas.
El excardenal fue uno de los hombres más influyentes de la Iglesia Católica hasta que la presión por las investigación obligó a su renuncia en 2018.
Los escándalos al interior de la Iglesia no solo se reducen a los sindicados de abuso, sino a sacerdotes que conocían los casos y permanecieron en silencio.
Este es el caso de Bernard Law, quien inspiró la película Spotlight.
A comienzos de la década del 2000, el Boston Globe reveló cómo la jerarquía católica, encabezada por Law, había encubierto los abusos de al menos 90 sacerdotes en Boston y alrededores durante décadas. Law fue retirado y protegido en Roma, donde permaneció hasta su muerte en 2017 sin ser juzgado.
Además de Estados Unidos, Chile es otro de los países con un significativo número de casos abiertos: 148 investigaciones con 255 víctimas.
Cristian Precht es uno de los sacerdotes más recordados por este tipo de crímenes en Chile.
En 2011, se revelaron denuncias en su contra por abuso sexual a niños y adultos.
En 2012, a raíz de las investigaciones, Precht fue separado de su cargo y hallado culpable. En 2018, al igual que McCarrick, fue expulsado de la vida sacerdotal.
El australiano George Pell fue uno de los hombres más cercanos al papa Francisco y con más poder al interior de la Iglesia.
En 2017, fue señalado de presuntos abusos sexuales cometidos entre 1960 y 1990; ya había sido acusado en 2002 y, en esa ocasión, salió absuelto.
A finales de 2018, el papa lo apartó de su círculo de consejeros aunque, de facto, el cardenal aún figura como cabeza del secretariado de Economía en el Vaticano.
El excardenal británico Keith O'Brien dimitió en 2015 después de verse rodeado de múltiples acusaciones por abuso sexual.
O'Brien ofreció disculpas en 2013 y admitió que su "conducta sexual" estuvo "a veces" por debajo de los estándares que se esperaban de él "como sacerdote, arzobispo y cardenal". Falleció en 2018.
Lawrence Murphy fue señalado de abusar de 200 niños sordos en Wisconsin entre 1960 y 1974.
Se dice que su caso pudo avanzar a tanto por la negativa del Vaticano a actuar: The New York Times reveló que Ratzinger (después Benedicto XVI) conoció los hechos 1966 pero nunca respondió.
Los abusos continuaron y Murphy nunca fue juzgado. Falleció en 1998.
Fernando Karadima es otro de los sacerdotes más recordados por los abusos cometidos en Chile.
En 2011, Karadima fue condenado por abuso sexual a menores y se mantuvo a salvo muchos años por su cercanía a poderes económicos y políticos de Chile.
Fue señalado culpable por la justicia chilena y por el Vaticano, que lo removió definitivamente de su cargo en 2018.
El reconocido argentino Julio César Grassi recibió una de las condenas insigne de la larga lista de curas sindicados de abuso sexual infantil. Grassi fue enviado a cumplir una pena de prisión de 15 años por haber abusado de un menor en la Fundación Felices Los Niños: lograr la sentencia final tardó 11 años. Grassi, además, enfrenta una investigación por desvíos de fondos destinados a los niños de la Fundación para financiar sus propios lujos.
En 2018, Philip Wilson fue condenado a 12 meses de prisión por encubrir los delitos del sacerdote James Fletcher, quien murió en la cárcel en 2006 mientras cumplía una pena de nueve cargos por pederastia.
Según la investigación, dos de las víctimas de Fletcher habían acudido a Wilson en 1976 a contarle lo que les había hecho el sacerdote.
Sin embargo, ante estos y otros casos, Wilson guardó silencio.
Y así, los hechos y cifras pueden seguir enumerándose.
En Estados Unidos, por ejemplo, se acusó recientemente a 700 curas de abuso. Y, en ese mismo país, entre 1950 y 1980 se registraron más de 17.000 quejas de ese tipo.
Otros de los países más afectados son Alemania (casi 3.700 casos), Chile, Irlanda, Australia y Canadá.
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