El divorcio entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera era algo pactado para suceder, pero con el inicio de telenovela que vendió Televisa con este par, debería terminar como una con ellos dos procesados, considera San Juana Martínez.
En su columna de hoy en Sin Embargo, Martínez recuerda que en su libro Soy La Dueña, donde hace una larga investigación sobre Rivera, Peña Nieto y la sombra de corrupción que los persigue.
“Antes de ser la imagen institucional del Estado de México en tiempos de la gubernatura de su señor esposo, Televisa ya se había encargado de ofrecerle a Peña Nieto, un catálogo de actrices para que eligiera a su futura Primera Dama”, indicó la periodista.
Añadió que “todo estaba preparado, la operación de marketing, el noviazgo, la boda”.
“Hasta hubo un casting, según me dijo el productor Mario Lafontaine”, escribió Martínez en su columna.
La periodista recordó que Lafontaine trabajó en Televisa durante 28 años.
Pero el amor que tenía que durar todo el sexenio, se desvaneció desde hace dos años.
La pareja presidencial dejó de vivir bajo el mismo techo, ante el hartazgo de ella.
“Ya está cansada de su papel de Primera Dama, el mejor papel de su vida. Tal vez, el amor le duró menos de un sexenio”, indica la columnista.
Según el texto se pensó en Galilea Montijo para ser la esposa, pero ella tiene un pasado oscuro.
Además “es mucho más alta que Peña Nieto”, indicó.
También se proyectó a Lucero, pero ella no quiso entrarle a todo.
Con la progresión de su noviazgo se le vendió al pueblo la telenovela perfecta:
Sus primeros encuentros en restaurantes de moda, caros y sofisticados.
Después, poco a poco, en bodas de celebridades o políticos como Ninfa Salinas y Chantal Andere.
Así como en el funeral de María Antonieta Arellano,
Luego la anulación corrupta del matrimonio de Rivera y su boda de ensueño en la capital del Estado de México.
Era octubre de 2008, y las revistas del corazón daban cuenta de la feliz noticia:
“El noviazgo del año”
“Un viudo cotizado y una famosa actriz, heroína de la televisión en una telenovela con 20 millones de televidentes”, indicó.
“La pareja perfecta para un reality show perfecto”, dice Martínez.
El reality, sin embargo, apenas llega al ciclo final del sexenio, pero los protagonistas no se irán con los bolsillos vacíos, dice San Juana.
“Peña Nieto y Rivera se divorciarán, pero se irán a sus casas cubiertos de riqueza, con el incremento de sus cuentas bancarias, sus propiedades y su fortuna”, añadió.
¿Con cuánto dinero llegaron Peña y su actriz elegida en un casting y con cuánto dinero se van?”, increpa.
La pareja perfecta debe ser investigada
En la columna se señala “La pareja perfecta, debería ser investigada y procesada. Su historia de mentiras y simulación, es también una historia de saqueo, de robo al erario, de excesos, de corrupción”.
“Los mexicanos merecemos un final de telenovela digno, un final donde ambos sean llevados ante la justicia y procesados. Ojalá el próximo Gobierno deje a un lado los pactos de silencio e impunidad. Y los veamos tras las rejas.
Eso sí que sería un final feliz”, agregó San Juana Martínez.
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