El mito del catolicismo progresista

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Colombia: Solidaridad con Jesús Santrich


Las FARC-EP como organización política militar siempre fue coherente con sus convicciones, al punto de llevarlas hasta las últimas y más dramáticas consecuencias en la confrontación con las elites privadas que se han apoderado del país.

A partir del 24 de noviembre de 2016 decidimos dejar las armas y continuar la lucha, en favor de las mayorías empobrecidas de este país, desde la palabra en el marco constitución y la ley; y si fuimos coherentes en la guerra, hoy como Fuerza Alternativa Revolucionaría del Común seremos coherentes con esta embrionaria paz, la cual, aun carece de millones de esfuerzos de las gentes del común, por la cual persistiremos hasta las últimas y más drásticas consecuencias.

El derecho público internacional ha denomina a partir del protocolo I adicional a los convenios de Ginebra, en su artículo 37, la PERFIDIA como los actos en los cuales un actor en conflicto hace que su oponente actué de buena fe con base en un acuerdo para luego traicionarlo o engañarlo.

 Es eso, precisamente, lo que ocurre hoy en Colombia, un Estado que en su conjunto, ha traicionado los principios más elementales del acuerdo que buscaba sembrar las bases para una paz estable y duradera; no la paz para los guerrilleros, sino la paz para los colombianos, para la gente del Común. 

La clase política tradicional de este país, embebecidos por triunfos electorales a cualquier costo está dispuesta a hacer trizas el que ha sido denominado internacionalmente como uno de los acuerdos de terminación de un conflicto más avanzados de la historia de la humanidad. 

Esta clase política colombiana está dispuesta a dejar pasar esta oportunidad para la paz en favor de los intereses más mezquinos. 

Para quienes habitamos estos territorios olvidados, como es, en este caso, el municipio de Ituango, nos duele cada hecho de la guerra y de la perfidia contra los acuerdos, con los cuales los PDET son manipulados por funcionarios que les imponen una ruta pasmosa. 

A quienes la extrema miseria los obligó a vivir de plantas de uso ilícito, les duele la perfidia contra los acuerdos y la erradicación forzada por parte del Ejercito Nacional.

 A quienes le apostaron al sí, y a los cooperantes internacionales les duele el manejo nebuloso de los recursos para la paz por parte de funcionarios del Gobierno Nacional. 

A las víctimas del conflicto les duele las trabas que le han impuesto los temerosos de la verdad a la entrada en funcionamiento de la JEP. A los campesinos sin tierra los agobia la miseria y ven escapar ante sus ojos la esperanza encarnada en la implementación de la reforma rural integral. 

De manera que, para el territorio de Ituango la no implementación de lo acordado en La Habana significa la reproducción de todas las violencias.

 La inexistencia de proyectos productos, de vivienda digna, de infraestructura para la paz, de la satisfacción de las necesidades más básicas, la perfidia sobre el proceso de reincorporación no ha logrado mellar la voluntad indeclinable de los miembros de FARC y nuestro deseo terco por encima de las mezquindades e intereses privados de concretar la paz en Colombia.

 Los golpes contra el proceso y contra la organización no han cesado, ahora a expensas de la violación de nuestra soberanía nacional, la DEA ha ordenado la captura del Jesús Santrich y el fiscal General, enemigo acérrimo de los acuerdos (y amigo leal de los politiqueros tradicionales), ha montado todo un espectáculo mediático, en el cual sin el más mínimo análisis de material probatorio, se le da toda la credibilidad a los señalamientos norteamericanos.

 El Consejo Político de FARC Ituango y la Dirección del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Camarada Román Ruiz quiere dirigirse en esta ocasión a la opinión pública, en primera medida, para manifestar toda nuestra solidaridad revolucionaria con Jesús Santrich, camarada que para nosotros es inocente hasta que se demuestre lo contrario en un juicio con todas las garantías y que hasta el momento no es más que la víctima de la continuada perfidia contra los acuerdos de paz. 

En segunda medida, queremos decirle a toda la comunidad ituanguina, a todas las comunidades afectadas por el conflicto, que somos coherentes, que tanto Santrich como todos y cada uno de los miembros de FARC somos hombres y mujeres de acero con voluntad de hierro y que la PAZ y la reconciliación, que cada día parecen más una quimera inalcanzable, son para nosotros nuestro plan estratégico y nuestro único objetivo por las gentes del común que seguramente no nos dejaran solos en este camino.

 Seguiremos persiguiendo la paz así nos la alejen del horizonte. Cuenta la leyenda que a Mariátegui, alguien lo increpó en un foro político, diciéndole: “La revolución es una quimera, no vale la pena gastar fuerzas en ella, todo es vano...”

 La respuesta de Mariátegui se limitó a este poema... “La revolución es un niño que persigue a una mariposa, no importa si la atrapa... en el intento se yergue el humano y apunta al infinito” 

¡NO MÁS PERFIDIA! ¡HEMOS CUMPLIDO Y SEGUIREMOS CUMPLIENDO! 

¡LIBERTAD PARA JESÚS SANTRICH YA. TODOS SOMOS SANTRICH!

http://www.rebelion.org/docs/240250.pdf

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