El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, justificó la expulsión de cuatro diplomáticos rusos de Canadá en parte como una venganza por las "historias difamatorias" sobre la ministra de Exteriores de su gabinete, Chrystia Freeland.
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Desde que la ministra, de procedencia ucraniana, asumiera el cargo, en las redes sociales se propagó la información de que su abuelo materno, Mijailo Jomiak, había sido un colaboracionista que trabajó como editor en jefe de un periódico nazi en la Polonia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.
La propia Chrystia Freeland no ha desmentido ni confirmado esa información, pero la difusión de la historia fue atribuida al Kremlin como parte de una campaña para desacreditar su gestión.
"Es de conocimiento público que —como ya han declarado las fuentes de inteligencia de EEUU— Rusia ha realizado esfuerzos para desestabilizar el sistema político de EEUU.
Creo que los canadienses y, de hecho, otros países occidentales, deberían estar preparados para cuando seamos objeto de esfuerzos similares [por parte de Rusia].
Confío en la democracia de nuestro país y estoy segura de que podemos hacerle frente", respondió Freeland a la pregunta de si la historia de su abuelo era cierta.
Marcha de nacionalistas ucranianos ante el Gobernador General de la Polonia ocupada, Hans Frank
En Canadá vive una importante comunidad de ucranianos que después de la victoria sobre el nazismo no aceptaron el poder soviético y emigraron a América del Norte.
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