Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

EEUU sigue torturando al pueblo sirio


Cuando se creía que la guerra en Siria ya estaba llegando a su fin y la paz aparecía en el horizonte, EEUU junto con Israel renovaron los ataques contra el Ejército Árabe Sirio que está defendiendo la soberanía del país, además, de paso facilitaron a sus terroristas las armas para empezar a derribar aviones rusos y atacar sus bases militares.
"Tenemos el ejército más fuerte del mundo y en ocasiones tenemos que torcer el brazo cuando los países no hacen lo que necesitamos que hagan".

(Barack Obama, 10 de febrero de 2015)

Washington no perdió tiempo para hacer pasar a los militantes del supuestamente derrotado Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países— al Frente Jabhat al Sham, llamado también Hayat Tahir al Sham, y formar un nuevo ejército terrorista de unos 30.000 yihadistas y proseguir con su intervención. Con esto los norteamericanos están mostrando al mundo que ellos perdieron la batalla, pero no la guerra.

Al final todo sigue igual. Cuán inocentes han sido los dirigentes rusos y qué poco conocen todavía a los norteamericanos cuando declararon en diciembre 2017 que el 90% del territorio de Siria fue liberado de los terroristas de Daesh y que se han creado condiciones para un arreglo político a la crisis del país. Apenas se retiró la mayor parte de las tropas rusas de Siria, Washington prosiguió con su doctrina de 'guerra preventiva' programada para los próximos 30 años. 

Para esto, el Pentágono, además de su ejército de yihadistas, ha instalado dos bases militares, ha armado al Ejército Libre Sirio y las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) —una coalición kurdo-árabe que tiene el mismo propósito de derrocar el régimen de Bashar Asad— y apoderarse de los recursos energéticos del país y sacar a Rusia e Irán de Siria.

Recientemente, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, declaró que la paz no retorna a Siria debido a la presencia rusa que está impidiendo la pacificación del país. Su jefe, Donald Trump, amenazó con una indefinida presencia de las tropas norteamericanas en el país, principalmente en la orilla oriental del río Éufrates, declarando que el territorio sirio entre Afrín y Abu Kemal estará bajo su control. El ataque con drones por los terroristas de Jabhat al Sham contra la base militar rusa en Hmeymim que fue repelido y todos los drones fueron derribados, el uso de morteros contra una sede rusa en Damasco y el derribo de un avión de combate ruso SU-25 en la provincia de Idlib por un proyectil de yihadistas son provocaciones contra Rusia que no podían ser hechas sin la participación directa o indirecta de Washington.

Lo que quiere Estados Unidos es quebrar la autoridad de Rusia en Siria y demostrar al mundo entero quién es el dueño real de la situación en la región. A la par con estos ataques, los medios de comunicación rusos ligados a la oposición a Putin comenzaron una sutil campaña cuestionando la presencia rusa en Siria por sacrificar a sus militares en la lucha en un país tan distante de Rusia. Posiblemente esta 'quinta columna' rusa 'pro-OTAN' presionó fuertemente al Gobierno de Putin para que la fuerza militar principal rusa saliera de Siria cuando faltaba un par de meses para liberar toda Siria de los grupos terroristas. Pero esto hubiera implicado un posible enfrentamiento con EEUU.

Sea como sea, EEUU y su aliado subsidiado generosamente por el tesoro norteamericano, Israel, se envalentaron al sentir cierta indecisión rusa y decidieron proceder con su misión de guerra. El pasado 7 de febrero una unidad militar progubernamental (según el Gobierno sirio, era una unidad del ejército regular sirio) que estaba haciendo reconocimiento en Deir Ezzor, donde está ubicada la refinería El Isba, se enfrentó a las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) que estaban acompañadas por los asesores militares norteamericanos. Enseguida los aviones militares norteamericanos bombardearon a las tropas respaldadas por el Gobierno sirio dejando más de 100 muertos. Según Bloomberg, entre los combatientes abatidos estaban varios contratistas de la compañía privada rusa Wagner.

Pasados tres días, Israel llevó a cabo un ataque aéreo contra una instalación militar cerca de Damasco, el Centro de Investigación e Información de Jamraya. Pero esta vez la defensa siria consiguió bloquear y derribar la mayoría de los misiles usando el sistema antiaéreo ruso S-125 y S-200 Vega-E. Israel estaba bombardeando Siria impunemente con la bendición de Washington desde el inicio de la Primavera Árabe que provocó una guerra civil en el país en 2011. Sin embargo, el pasado 10 de febrero recibió una respuesta inesperada cuando su caza de ataque F-16 fue derribado por un S-200.

Así, después de 35 años, Israel por fin se encontró con su Némesis (diosa de la justicia retributiva y de la venganza en la mitología griega). La última vez un avión de combate israelí fue abatido en 1983 en el Líbano. Israel siempre ha sido muy 'activo' en Siria debido a la cercanía de Damasco, no solamente en términos geográficos, sino políticos y religiosos con dos de los enemigos principales de los israelíes, Irán y la organización islámica libanesa chiita, Hizbulá. 

Aparentemente, para combatir su presencia primero en Irak y después en Siria, Israel hizo alianza y colaboró con la mayoría de los grupos terroristas y en especial con Al Qaeda y Daesh. Sus militantes heridos recibían tratamiento médico en hospitales de Israel.

Daesh fue siempre considerado por el Estado de Israel como un 'instrumento estratégico' para proyectar sus ambiciones geopolíticas y las de su protector, Estados Unidos, en Oriente Medio. En el caso de Siria, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, percibió a Daesh como un aliado temporal encubierto para sacar del poder a Bashar Asad lo que resultaría para Irán una seria pérdida geopolítica del único aliado en la región. También en la percepción de los políticos israelíes y sus auspiciadores norteamericanos Daesh es un instrumento vital para cumplir con el 'Plan Yinon', elaborado por Oded Yinon en 1982 para asegurar la superioridad estratégica de Israel en la región.

El 'Plan Yinon' representa una estrategia perseverante de dislocación del mundo árabe a través de su balcanización y conversión de los países árabes en Estados débiles y pequeños. Su objetivo principal es convertir a Israel en el poder regional. Siria, para Israel, "debe descomponerse según su estructura étnica y religiosa en diversos Estados. Habrá un Estado chiita alauí en el área de Alepo y otro Estado sunita aflorará en Damasco". 

Como lo vemos el 'Plan A' y 'Plan B' norteamericano para Siria es una modificación del 'Plan Yinon'. Para lograr sus propósitos, Israel utiliza todo lo que está a su alcance y hasta un líder de Daesh podría ser su espía como ocurrió en Libia.

Resultó que uno de los más belicosos comandantes de Daesh, Abu Hafs, era un agente de la Mossad, Ephraim Benjamin, según Middle East Monitor y MintPress News. Después de su arresto, el jefe de la Dirección de Inteligencia Militar (Aman, en hebreo), general Herzi Halevi declaró que Israel no quiere la derrota de Daesh y expresó su preocupación por la "difícil situación" en la que se encuentra esta organización debido a la ayuda de Rusia a Bashar Asad. 

Toda la neutralidad de Israel es un mito que se evidenció otra vez después del derribo de su F-16, cuando sus aviones atacaron en respuesta 12 blancos en Siria. Sin embargo, Israel por primera vez en tantos años tuvo miedo de darse cuenta del inicio de una 'nueva fase estratégica' en Oriente Medio, donde ya no podría disfrutar de la impunidad como antes. Tuvo que cerrar inclusive por un tiempo su aeropuerto Ben Gurión temiendo un ataque sirio, iraní o de Hizbulá.

Pero los miedos de Israel, al igual que los temores de su auspiciador, Estados Unidos, son temporales mientras no haya una respuesta contundente de las fuerzas armadas de Siria y la decisión de Rusia de no permitir a EEUU a pasar la 'línea roja' en Siria. A Norteamérica no le interesa el sufrimiento del pueblo de Siria que perdió para siempre a unos 400.000 hombres, mujeres, niños, ancianos y tuvo que asimilar la huida de unos 10 millones de sirios a otros países para evitar las atrocidades de los terroristas creados por EEUU y sus aliados como Israel, Reino Unido, Arabia Saudí, Catar y Turquía —país que oscila entre Washington y Moscú permanentemente de acuerdo a los cambios en la situación—. 

Los acuerdos, las conversaciones y las promesas para Washington no valen nada. Lo único que respeta Washington y sus aliados de Tel Aviv, Londres, Bruselas y a lo que tienen miedo es la fuerza brutal, como lo demostró Corea del Norte.

Mientras no surja esta respuesta, los norteamericanos y sus aliados seguirán masacrando al pueblo sirio para apoderarse de su petróleo y lo principal, para convertir este país en un oleoducto y gasoducto para hidrocarburos procedentes de Arabia Saudí y Catar con el fin de cerrar el paso al gas iraní y a los hidrocarburos rusos a Europa y de esta forma poner a estos dos países de rodillas. La muerte de los civiles sirios durante esta cruzada representa simplemente para Washington y Tel Aviv un 'daño colateral' que siempre ocurre durante las guerras en nombre de la 'democracia' que significa en la interpretación estadounidense, 'estar con nosotros' o ser masacrados.

¿Hasta cuándo va a sufrir el pueblo sirio?

http://www.annurtv.com/nota/49535-norteamerica-eeuu-sigue-torturando-al-pueblo-sirio.html

Related Posts

Subscribe Our Newsletter