El saqueo al que nos están sometiendo los bancos globales, a través del gobierno de Macri, y las gravísimas consecuencias de ese saqueo en nuestra vida cotidiana, me lleva publicar de nuevo un artículo escrito en el 2008 titulado VIENEN POR TODO, donde anticipamos lo que estaba en juego y los sectores que se disputan ese todo. Hoy lo volvemos a publicar para tratar de entender este momento del proceso y sus tareas para lograr la liberación de obreros, trabajadores y pueblos.
¿Qué relación existe entre los hechos recientes de nuestra historia, la lucha desatada por las retenciones móviles, con el estallido de la burbuja inmobiliaria?
Las retenciones móviles, anunciadas por el ex ministro de Economía, Martín Lousteau, el 11 de marzo pasado, fue el motivo pero no la causa del estallido último de la crisis mundial expresada en Argentina.
Y aunque las retenciones móviles ya fueron derogadas, el problema no se resolvió y el proceso sigue su curso por “debajo” de la superficie, y pronto va a tener otras manifestaciones más radicales y violentas.
Cómo se presentaron los hechos y cómo fue su concatenación
En apariencia, la disputa por las retenciones móviles provocó la “unidad” de algunas organizaciones de otros tantos sectores en que están divididos los intereses actuales en el “campo”. Los incluidos y los segregados son: Sociedad Rural Argentina (S.R.A.: la oligarquía nativa); Confederaciones Rurales Argentinas (C.R.A. Grandes y “medianos” productores); Coninagro (cooperativas); Carbap (grandes y medianos productores de la provincia de Buenos Aires) y Federación Agraria Argentina (medianos productores).
Aunque quedaron fuera de esta pelea y de las preocupaciones de ambos, como dice Alfredo Eric Calcagno en el semanario Sur, los verdaderos pequeños productores son aquellos “que en el NEA ‘producen algodón, tabaco, yerba mate, mandioca, hortalizas, producción vacuna.
En el caso del NOA la caña de azúcar, lo mismo con el tabaco, algodón, especias, producción ovina, producción caprina, camélidos.
En toda la región de cuyo, la vitivinicultura, frutales, hortalizas, caprinos. En la Patagonia, la producción ovina, caprinos y frutales.
En la región centro, muy diversificada con el tema tambo, avicultura, ganadería vacuna, cereales, frutales y hortalizas’.
Se trata de 218.000 explotaciones (que suman los dos tercios del total), ocupan una superficie del 13,5% y generan el 20% del valor bruto de la producción agrícola. Son pequeños productores; por ejemplo, los de tabaco tienen 2 hectáreas; los de caña de azúcar, 7 hectáreas; los de caña de azúcar, 7 hectáreas; los de algodón, 11 hectáreas.
Son campesinos minifundistas, que producen para el consumo interno y que viven en la pobreza. Pero ellos no existen para las entidades del campo. (...)
(...) La tergiversación del término pequeño propietario, que pretende equiparar a los sojeros chicos (que ganan de 10.000 a 20.000 pesos por mes), con los minifundistas de las economías regionales, que viven en la pobreza”.
Bien. Ahora tratemos de “descubrir” esa aparente unidad del momento, cómo incluye y todo lo que deja afuera.
Cada una de esas entidades representa a sectores económicos diferentes, magnitudes de capital diferentes, que viven momentos también diferentes de su existencia.
Así, lo que muestran las apariencias, es que algunos están en fases de “crecimiento” relativo de sus riquezas, a otros se los ve estancados y a la mayoría en franca declinación o en camino a su extinción.
A los que estuvieron saliendo a cortar rutas, o a los que los estuvieron empujando a ellos, la “nueva situación” creada después de la votación en el senado, tiende a ubicarlos en su lugar.
Durante la fase anterior del conflicto la estrategia montada por la Sociedad Rural -desde su bajo perfil y tradicional cobardía-dejó al frente del conflicto a los medianos productores que arriendan sus campos y están viviendo de rentas, para empujar a todo el arco de los intereses agrícola-ganadero de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y algo de La Pampa a “unificar” el reclamo.
No los unía el amor sino el espanto. Pero, para que la estrategia de la Sociedad Rural se “impusiera” en esta coyuntura utilizaron todo el arco mediático de que disponen.
Así, en todos los programas de televisión -sea del tenor que fuere-, de radio, los medios gráficos y audiovisuales, etc., etc., fueron puestos en sintonía para que se presentara a nuestros sentidos una realidad invertida.
Por momentos ese intenso trabajo mediático parecía lograr el cometido de “borrar” las diferencias. Pero, aunque las disimularon bastante bien, la realidad finalmente se termina imponiendo y las diferencias saltan a la luz.
Cuando se derogaron las retenciones móviles, ese solo hecho, puso de nuevo en la superficie las diferencias de fondo.
Porque, la derogación de la resolución 125 también trajo consigo la caída de los subsidios por fletes y la devolución de las retenciones a los medianos productores.
Con lo cual, aunque coyunturalmente”, salieron claramente “fortalecidos” los grandes terratenientes y los pooles de siembra, y claramente perjudicados los medianos y algunos pequeños productores.
Es decir que, lo que hace solo algunos días parecía ponerlos en la misma vereda, hoy los pone en veredas opuestas, y en el devenir del proceso los va a enfrentar más aún.
EL PROCESO CONFISCADOR MUNDIAL
Pero, ¿qué es lo que provoca este movimiento tan contradictorio y volátil?
En oleadas y en medio de fuerzas que empujan hacia atrás y hacia adelante, las riquezas tienden a concentrarse en todo el mundo.
Más de 500 billones de dólares -diez veces el PBI mundial- deambulan por el mundo buscando oportunidades para hacer negocios y ganancias.
Parte de ese capital especulador, escapando del estallido de las burbujas tecnológicas (2000) e inmobiliaria (2007) en Estados Unidos y parte de Europa, fue entrando en el negocio de la producción agrícola-ganadera de Argentina primero y hacia el cono sur después.
Lo hizo a través de los pool de siembra, montado en las tradiciones rentistas del suelo y el desarrollo de las técnicas de producción: la siembra directa, el desarrollo de la biotecnología y la aplicación de fertilizantes y agroquímicos.
Con esa transformación de la forma de producir asomaron varios fenómenos y sus derivados:
1) el alquiler de las tierras de los medianos y algunos pequeños (el 70% de las tierras en cultivo están alquiladas);
2) el florecimiento de los pool de siembra;
3) la concentración de la producción en menos manos;
4) la transformación de la vida en el campo (migración hacia los pueblos y ciudades);
5) eliminación de centenares de miles de pequeños productores con los consecuentes remates de sus tierras;
6) extranjerización directa de grandes extensiones de campos;
7) descontrol y anarquía en el proceso de comercialización interior y exterior;
8) corrimiento y fronteras difusas entre “lo legal” y “lo ilegal”;
9) crecimiento geométrico de la conducta del sálvese quien pueda.
Cada uno de estos factores está profundamente interpenetrado por los otros y en dependencia mutua, y todos juntos son el producto de la concentración de los capitales y tienden a una mayor concentración.
Este proceso, su movimiento en el espacio -cambios pequeños- fue transformando las características de la producción, y con ello la vida política y social de las diferentes clases, grupos y sectores sociales.
Un creciente nivel de extranjerización de los capitales instalados en Argentina, sumado a los capitales “vampiros”, que entran y chupan riquezas rápidas a través de estafas “legales”, vaciamiento de empresas (Aerolíneas, por ejemplo), falsificación de balances, bicicleta financiera y muchísimos mecanismos más, conforman la esencia financiera de las disputas actuales porque hay cada vez menos espacios para reproducir sus ganancias.
Y este hecho, la necesidad creciente de los capitales más concentrados, que no pueden reproducirse en estos espacios tan reducidos es el que determina a todos los demás.
Si antes, dentro de cada país podían “convivir” las formas internacionales del capital con las formas nacionales del mismo, mientras se exprimían las riquezas creadas por los esfuerzos de los obreros y trabajadores del mundo, y la forma que tomaba eso era la expoliación de los obreros de los países de la periferia y los países excluidos para sostener el “Estado de bienestar” de los países centrales, hoy, el achicamiento del valor que crean los obreros en cada producto elaborado, les pone límites asfixiantes a los capitales del mundo e impide toda posibilidad de convivencia.
Es este hecho el que dispara el conflicto del Gobierno con el “campo”.
Los capitales más concentrados vienen por todo, porque la parte que y a tiene cada uno no le sirve a nadie, y de ese modo, la muerte por asfixia va amenazando a todos.
Se disputan esos lugares muy reducidos el gran capital (que vive de la renta), las burguesías (que viven de la ganancia), ellos están discutiendo sobre la base de la acumulación de las riquezas que crean los obreros industriales que viven del salario.
Es, por decirlo así, la pelea entre la renta y la ganancia. Pelea que no puede ganar la ganancia (los industriales) porque la renta (los capitales parasitarios de la especulación mundial y la oligarquía), siendo de una magnitud diez veces mayor que el capital que vive de la ganancia, de hecho, tiende a apropiarse de la producción y de sus resultados.
Pero, sin embargo, aunque la magnitud de los capitales que se manejan en la especulación financiera mundial, es largamente mayor que todos los demás, no puede afianzar su dominio, porque no puede ejercer dominio sobre una estructura y superestructura sociales tan atomizadas que tienden a la destrucción del capitalismo como forma de reproducción social.
Hay múltiples contradicciones que confirman esto en todo el mundo. Veamos algunos ejemplos de esto.
Tendencias al “proteccionismo”. Intentos de: cierres de frontera; expulsión de inmigrantes en Europa y Estados Unidos; declarar delito y poner penas de cárcel a los “sin papeles”, armado y desarmado permanente de los “bloques” regionales (Unión Europea, Mercosur, Asean, Comunidad Africana de naciones, Nafta, Tratados de Libre Comercio bilaterales, (¿ALCA?), etc..
Es decir que se disparan conductas erráticas y volátiles en todo el arco económico, político y social.
Veamos cómo se expresan esas contradicciones en lo que dijo el presidente de los Estados Unidos: “Wall Street se emborrachó y está sufriendo la resaca”, y se preguntó cuánto tiempo los bancos se mantendrían “sobrios”.
Y cuál es la relación que tiene esa aparente borrachera de Wall Street con estas declaraciones atribuidas a Chávez y luego desmentidas:
“Si a las fuerzas armadas rusas les gustaría venir a Venezuela, serían bienvenidas calurosamente”.
Y qué relación tiene este hecho con la “recomposición de relaciones” entre Chávez y el Rey Juan Carlos de España para firmar un acuerdo petrolero que intercambia barriles de petróleo a 100 dólares por tecnología para la explotación petrolera.
O, cuál es, sino, el sentido del acuerdo entre Lula, Alan García y Uribe para la “protección del Amazonas.
Pero, además, ¿por qué Brasil propone la formación de la OTAS (Tratado de defensa del Atlántico Sur?). ¿No tiene el mismo sentido el controvertido proyecto de creación del Banco del Sur?
Y, no se advierte un síntoma claro de la necesidad de los Estados Unidos, de venir por todo, en la reactivación de la Cuarta Flota y su anunciada idea de navegar sobre todo “aguas marrones”.
O el reclamo del ex primer ministro británico, Toni Blair, sobre la “necesidad de Brasil de ayuda para controlar el Amazonas”.
Preguntémonos sino, ¿qué se refleja en la renuncia de Alberto Fernández? ¿No son las complejas relaciones de fuerzas entre todos estos sectores anunciados, sus tendencias internas y la imposibilidad de llegar a acuerdos entre todos, lo que se está expresando?
El desarrollo de los acontecimientos va creando condiciones para que estas diferencias se conviertan en insalvables.
Es que cada vez que hay que tomar medidas, éstas expresan la necesidad de alguno de esos intereses y la pérdida de espacio para los demás.
Y las alianzas que se levantan duran el espacio de tiempo que duran las necesidades convergentes; y como éstas se establecen sobre la base de necesidades coyunturales salta la térmica a cada rato y se desarman y rearman todo el tiempo.
Las mismas fuerzas que las impulsan son las que las desarman, configurando un panorama de altísima volatilidad social.
Hace solo unos meses, antes de la “aplicación” de la resolución 125, la realidad parecía otra. Las reservas crecían, los empleos “nuevos”, aunque precarios, se extendían por la superficie de Argentina, al igual que en muchos de los países de la periferia.
Se hablaba de tasas chinas de crecimiento, de crecimiento sostenido, de solidez frente a la crisis global, de “oportunidad histórica”.
Y aunque la oligarquía y los empresarios trasnacionales conocían la gravedad de la crisis, su discurso la minimizaba.
“De golpe”, la resolución 125, “pareció” cambiarlo todo.
Y los medios de comunicación se encolumnaron detrás de los intereses de la oligarquía, mientras los oportunismos políticos estallaron en toda su dimensión.
Los medios daban aire a “dirigentes” y pseudodirigentes que en otros tiempos serían secretarios de concejales, para ponerlos en la palestra política hasta “elevarlos” a categoría de “grandes”.
Todo en un movimiento veloz y zigzagueante sin paradas intermedias entre el “anonimato” y la “fama”. Lo cual muestra la precariedad de la situación y la incapacidad de prever a largo plazo que antes tenían los dirigentes de las distintas fracciones de la burguesía a nivel “nacional” y mundial.
LA CONTRADICCIÓN PRINCIPAL
A tal punto depende lo que sucede a nivel nacional, o tal es el entrelazamiento de lo “nacional” con lo mundial, que el periodista Oscar Raúl Cardoso -que no es ningún revolucionario- llega a describir la situación así:
“En Estados Unidos, el mito aseguraba que quien invertía ponía en riesgo su dinero y si lo hacía sin sabiduría el mercado se encargaba de obligarlo a racionalizar su patrimonio en un juego en el que los activos pasaban de manos débiles a manos fuertes.
Los capitalistas estadounidenses de hoy juegan de modo diferente; un economista lo explicó recientemente con el de revolear la moneda: cara gano yo, seca pierden los contribuyentes. (...)
(...) ¿Pero qué hubiese pasado si se hubiera intentado actuar de acuerdo con el mito?
La crisis se hubiera globalizado, dicen los expertos. Los bancos centrales de China y Japón se hubieran quedado atosigados de papeles sin valor de Fannie Mae y Freddie Mac donde han invertido ciento de miles de dólares.
En un arco que cubre de Corea del Sur a Suecia -escribió hace poco Peter S. Goodman de The New York Times- hay bancos que tienen inversiones hechas en el mercado de hipotecas estadounidense y una caída en dominó se hubiera trasladado en parálisis y miedo y ausencia de capital al sistema financiero global.
El argumento común fue en cada caso: no puede suceder, son instituciones demasiado grandes para que caigan. (...)
(...) Es bueno pensar todas las posibilidades ahora porque, está visto, como lo afirmó Bush, que supo tener sus propios problemas con la bebida, no es inteligente dejar a los borrachos conducir el vehículo de la economía global, sean éstos personas o sistemas”.
Nosotros, también tenemos que pensar TODAS LAS POSIBILIDADES. Pero... ¿Cómo hacerlo?
La vida nos está empujando a comprender los determinantes de esas posibilidades, pero con eso no alcanza.
Cuando el gran capital viene por todo y choca con la imposibilidad de hacerlo, va desarticulando la sociedad que nos precedió y atomizando todo lo que antes estaba articulado sin que esto se convierta en una nueva sociedad.
Esa nueva sociedad no puede ser el fruto de fuerzas espontáneas, solo la acción consciente de los que la necesitan puede trabajar para alcanzarla.
Pero... para eso es necesario entender que nuestra individualidad solo puede alcanzar objetivos si está dirigida a resolver las necesidades del conjunto.
Para eso es necesario organizarse, pero para poder organizarnos y ser parte de la fuerza que se necesita, primero tenemos que ser orgánicos al proceso en curso.
SERLIBRE
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