El presidente del Parlamento de Irán afirma que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ayuda al cultivo de estupefacientes en Afganistán.
“Los métodos de la OTAN en la lucha contra la producción de drogas en Afganistán no resultaron prácticos porque este asunto le es indiferente o está ayudando entre bastidores”, ha aseverado este domingo Ali Lariyani antes de que llegara a Rusia para participar en una Conferencia Interparlamentaria de Lucha contra las Drogas.
De acuerdo con Lariyani, la venta de drogas proporciona recursos financieros a los terroristas en Afganistán, es por ello, ha agregado, que ha aumentado el cultivo de narcóticos en este país asiático.
Poco después de que aterrizara en el aeropuerto de Vnúkovo, en Moscú (capital rusa), ha destacado, asimismo, la importancia de las cooperaciones a nivel internacional en la lucha contra el contrabando de drogas.
“El asunto de las drogas tiene aspectos muy amplios debido a su diversidad y al aumento de la producción de estupefacientes no industriales”, ha subrayado el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles) a los reporteros.
En este contexto, ha criticado que en Afganistán –el mayor productor y exportador mundial de opio– no hay control sobre la producción de drogas, y aunque algunos países han intentado resolver este asunto, hasta el momento no han tenido éxito, ha agregado.
A su juicio, Irán, Rusia y otros países de la región deben colaborar de manera conjunta en la lucha contra la producción de drogas.
Pese a que el terrorismo y “las drogas fueron las principales excusas de EE.UU.” y sus aliados para invadir Afganistán, un repaso breve de las últimas dos décadas del país centroasiático indica claramente que la invasión de Washington y de sus aliados resucitó el mercado del opio, que estaba prácticamente erradicado en vísperas de la guerra. Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la producción de opio aumentó un 43 % en 2016 respecto a 2015.
En realidad, la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) y otros servicios de inteligencia, incluyendo a la misma Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), siempre han estado involucrados en el tráfico de estupefacientes en Afganistán, conforme a las declaraciones que realizó el periodista norteamericano Dave Gibson a la cadena de televisión Newsmax.
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