Pablo Gonzalez

La compañía bananera que controló América Latina causando muertes y destrucción


Telégrafo, correos, vías férreas, barcos de vapor y plantaciones de azúcar fueron sólo algunas de las áreas productivas de la United Fruit Company, la poderosa bananera que controló la política centroamericana a su antojo por décadas.
Historia de una infamia


Los bananos llegaron por primera vez a los Estados Unidos a través de los principales puertos de la Costa Este en 1870. 

En los mercados de Baltimore, Nueva York y Philadelphia el fruto de origen asiático con una extraordinaria adaptación en el Caribe pasó de ser una fruta exótica y poco conocida, a un negocio multimillonario.

Un año más tarde, el empresario neoyorquino Keith Minor llegaba a Costa Rica con la firme intención de acrecentar la fortuna que, a través de los años, su familia había amasado con la construcción de vías férreas que conectaban los incipientes negocios norteamericanos en Latinoamérica con sus rutas de exportación. 

El plan de Keith era seguir con el proyecto del tren firmado unos años antes por su familia y el gobierno costarricense, que conectaba San José con el puerto de Limón, vía de salida de mercancía hacia el Caribe.

Con más de la mitad de vías construidas, Minor echó mano de todos sus recursos ante un terreno inhóspito y llegó a “importar” trabajadores afroamericanos, jamaiquinos y chinos casi esclavos ante las inclemencias del clima, las enfermedades y el arduo trabajo de sol a sol.

 Una vez que el gobierno de Costa Rica se declaró insolvente para pagar a Keith las condiciones estipuladas en el pasado, la deuda se “zanjó” con más de 3 mil hectáreas de la ruta del ferrocarril exentas de impuestos: era el inicio de la United Fruit Company.
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Una forma de hacer política


En 1890 concluyeron los trabajos de la ruta San José-Limón, mientras las plantaciones de banano en Honduras y El Salvador (que entonces eran el negocio secundario de Minor) poco a poco se convirtieron en una posesión altamente rentable.

 Enterado de su éxito, el empresario decidió convertir las hectáreas de Costa Rica en campos bananeros y para 1899, asociado con otros inversionistas estadounidenses, nació la United Fruit Company.

En 1901, y después de absorber decenas de empresas locales en Centroamérica, la United ya era la bananera más grande del mundo. 

Además de los países antes mencionados, la frutera entró a Colombia, Nicaragua, Cuba, Jamaica y Panamá como un auténtico revulsivo de la actividad económica, que lejos de generar riqueza en la región, aprovechó su poderío para influir en la política centroamericana en distintas ocasiones.

La larga lista de intervenciones de la United en Centroamérica inicia en Honduras en 1912, cuando creó una portentosa campaña para imponer al exiliado Manuel Bonilla al frente de aquél país.
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La masacre en Colombia y el golpe en Guatemala


Telégrafo, correos, vías férreas, barcos de vapor y plantaciones de azúcar fueron sólo algunas de las áreas productivas que esta compañía encabezó en Centroamérica durante más de la primera mitad del siglo XX.

 En 1928, la compañía amenazó a las autoridades colombianas con reprimir la huelga de los trabajadores que laboraban en plantíos ubicados en Ciénaga; sin embargo, el presidente conservador Miguel Méndez decidió tomar cartas en el asunto y resolver a favor de la bananera. 

El resultado: al menos 1800 trabajadores asesinados y más de un centenar de heridos marcaron otro capítulo negro de la United en Latinoamérica.

Otro episodio tuvo lugar en la década de los 50, cuando la política iniciada por el presidente producto de las primeras elecciones democráticas en Guatemala, Juan José Arévalo Bermejo, cuya política de redistribución de las tierras muertas y acabar con el control monopólico de más del 70 % de la superficie cultivable causó gran molestia en la United Fruit Company.



Diez años más tarde y luego de una intensa campaña propagandística que aseguraba que Guatemala era un aliado soviético y un par de intentos fallidos por convencer a Arévalo de suavizar su política, Estados Unidos imponía una nueva dictadura militar en el país centroamericano en 1954, deponiendo al presidente en turno Jacobo Arbenz, de la mano de un hombre cuyos vínculos demuestran el alcance de la bananera: John Fuster Dulles, secretario de estado norteamericano, quien aprobó la invasión, era abogado y accionista del consorcio bananero.

Otra de las acciones de la compañía fue su apoyo incondicional a la invasión de Cuba en 1961, para la que ofreció decenas de barcos y otros recursos en un intento por recuperar sus posesiones, que fueron nacionalizadas una vez que triunfó la revolución cubana.

https://culturacolectiva.com/historia/united-fruit-company-controlo-america-latina-causando-muertes/

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