Avil Ramírez |
A inicios de 1999, el comandante Daniel Ortega Saavedra, entonces líder de la oposición, confirmó a un diario colombiano que había viajado en secreto al Caguán, una región montañosa y bajo control de las guerrillas de las FARC, para condecorar con la orden Augusto C. Sandino, al emblemático Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”.
La decisión, según Ortega, fue un acto de solidaridad con los guerrilleros de las FARC que llamó la atención de sus amigos y de sus enemigos.
Ortega, en declaraciones a la sección Portafolio del diario El Tiempo, dijo que encontró a Tirofijo “bien de salud, optimista, seguro y muy pendiente de todo lo concerniente al proceso de paz colombiano” y que la condecoración fue un acto de “solidaridad para con el proceso que se adelanta actualmente en Colombia y para que el país llegue a la paz, así como para aportar todo lo necesario al proceso”.
Agregó que “los revolucionarios necesitamos intercambiar experiencias para enriquecer nuestras opiniones y posiciones.
Hablamos de diferentes temas y tomamos lo que nos va a servir”.
Esta fue la primera y última vez vez que Ortega, quien viajó acompañado del actual diputado en la Asamblea Nacional, Jacinto Suárez, vio al desaparecido líder guerrillero a quien llamó “el papá de todos los revolucionarios”.
Enrique Bolaños y Avil Ramírez,
Una vez que el gobierno de Enrique Bolaños se instaló en la silla presidencial, en 2002, éste desató una guerra política contra su antiguo partido, el PLC, y contra Daniel Ortega, quien finalmente terminó pactando un acuerdo para echar preso al expresidente Arnoldo Alemán.
En ese interín de tiempo es que Avil Ramírez, secretario privado de Bolaños, se convierte en una figura íntima, muy cercana al mandatario, y hace lo que mejor sabe hacer: Usar el servilismo para volverse necesario y usar el poder de otros para dañar a terceros.
Esta vez, Ramírez se fue contra “uno de leva”: el comandante Daniel Ortega, pensando que si tenía éxito cumpliría su viejo sueño de ser canciller de la república.
Como relatamos ayer, su primera trama fue la filtración a un medio español de que el FSLN estaba negociando la entrega de misiles tierra-aire a las FARC, con el consentimiento del jefe del ejército, Javier Carrión M.
El golpe a la institución fue demoledor.
Bolaños se montó en la mentira, fabricada por Ramírez en la oficina presidencial, para pedirle al gobierno de Estados Unidos que presionara la destrucción de los misiles en control de la institución armada.
Obviamente, Ramírez no estaba solo en la trama, tenía el respaldo de Bolaños y de otros enemigos de Ortega, a los que sumó rápidamente.
Una mano a los enemigos de Nicaragua
La filtración al medio español tuvo un beneficiario neto: el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, quien usó a su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, para hacer lobby en Washington y América Latina contra Ortega, y en La Haya, en donde se preparaba la sentencia de la Corte Internacional de Justicia por la definición de límites en el Caribe y la posesión de San Andrés, Providencia, los cayos, islotes y bancos.
La trama de Avil Ramírez puso en manos del adversario de los nicaragüenses no solo a Daniel Ortega, sino que el juicio en La Haya y la cadena de mando del Ejército de Nicaragua.
Aun así, el gobierno de Colombia arropó la filtración, pero no pudo avalarla.
No tenían elementos para hacerlo. “No, no. Yo no puedo afirmar es. Yo no he dicho eso. Como le digo, no conozco la noticia directamente de Nicaragua, pero sí las intenciones de los bandidos de adquirir este material”, respondió el General Carlos Alberto Ospina, a la televisora RCN de Colombia, cuando le preguntaron si habría corrupción en el Ejército de Nicaragua “para vender ese armamento”.
La llegada de Colin Powell
El 10 de noviembre de 2003, el General Javier Carrión, negó categóricamente la venta de los SA-7 a las FARC.
“En ningún momento venderíamos ni una sola arma a las FARC”, dijo el General Carrión.
Una semana antes de esta reacción, había pasado por Managua, el General Colin Powell, Secretario de Estado de los Estados Unidos, quien abordó el tema con el presidente Bolaños.
Powell le pidió públicamente la destrucción de los misiles tierra-aire. El General Carrión dijo además que “nuestras armas no están en el mercado negro, sino en una institución militar”.
Carrión admitió que el Ejército contemplaría la reducción del total de los 2,116 misiles antiaéreos en poder de la institución, y devolvió la pelota a la presidencia.
La decisión, agregó, “ya rebasó los niveles de mando del Ejército, pues no tenemos potestad para definir quien decidirá su destrucción”.
La propuesta del Ejército es “quedarnos con un número menor de misiles, pero esto lo tendría que determinar el Poder Ejecutivo”.
El round fue ganado por Bolaños, quien logró destruir más de la mitad de la reserva militar de este sistema defensivo.
Avil Ramírez consolidó su posición.
Le había tomado gusto a la invención de filtraciones y de listados falsos.
Así comenzó a cebar un segundo golpe contra el Ejército de Nicaragua y Ortega.
http://www.trincheraonline.com/2017/10/31/filtracion-ramirez-ortega-embarcaron/