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La verdadera tasa de mortalidad materna en Estados Unidos


Es una conocida vergüenza nacional el hecho de que entre los países de la OCDE Estados Unidos ocupe el puesto número 30 por la tasa de maternidad materna, solo por detrás de México.

En el año 2000 la Cumbre del Milenio de la ONU estableció ocho objetivos internacionales de desarrollo para 2015 que fueron adoptados por los 191 Estados miembros. 

Uno de estos objetivos era disminuir globalmente un 75 % la tasa de mortalidad materna.

Un análisis sistemático de esta campaña global realizado por la revista Lancet en 2016 destacó que solo diez países habían logrado reducir la tasa de mortalidad materna (TMM) un 75 % en el periodo comprendido entre 1990 y 2015. 

En total la mortalidad maternasglobal descendió un 30 % y la mayoría de las reducciones se produjeron después de la Declaración del Milenio.

Sin embargo, la TMM aumentó en 26 países, incluido un aumento del 56 % en Estados Unidos donde pasó de 16.9 muertes por 100.000 en 1990 a 24.7 muertes en 2015. 

Luxemburgo, Canadá y Grecia fueron los otros países desarrollados en los que se produjo un aumento de la TMM, aunque en comparación su tasa total sigue siendo tres veces más baja.

 Entre los otros países en los que aumentó la TMM se incluyen muchas naciones subsaharianas e islas como Jamaica, Santa Lucia, la Samoa estadounidense y Guam.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la mortalidad materna como la muerte de una mujer embarazada o dentro de los 42 días posteriores a final de su embarazo, con independencia de la duración y del lugar del embarazo, por una causa relacionada o agravada por el embarazo o su tratamiento, pero no por causas accidentales o incidentales.


Gráfico: Tasas de mortalidad materna para 48 estados de Estados Unidos, Washington DC, Texas y California, a partir de datos publicados por Colegio de Obstetricias y Ginecólogos estadounidense y TMM del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

En 2000 el Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense (Department of Health and Human Services, HHS) estableció el objetivo nacional de no superar una TMM de 3.3 muertes por 100.000 bebés nacidos con vida para el año 2010. 

Aquel año los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) informaron de una TMM de 13.2. A pesar de este objetivo nacional el CDC informó de que la TMM estadounidense había aumentado a 17.8 para 2009. 

No obstante, muchas personas argumentaron que estas estadísticas todavía reflejaban una cifra muy inferior a la magnitud real. 

Las causas de que fueran poco fiables eran los retrasos a la hora de adoptar las nuevas normas para notificar las defunciones maternas, el uso de preguntas no estándar o la ausencia de preguntas sobre el embarazo en el certificado de defunción.

Las tasas de mortalidad materna se calculan recopilando datos de los certificados de defunción. Cada estado los recopila y los comunica al sistema de Vigilancia de la Mortandad en el Embarazo del CDC. 

En Estados Unidos la forma de rellenar los certificados de defunción y su relación con el embarazo eran incompatibles y no reflejaban la relación de la muerte con el embarazo de una mujer.

Antes de 2003 solo tres estados recopilaban los datos según los criterios de la OMS. Quince estados incluían preguntas sobre el embarazo con plazos variables desde el fin del embarazo hasta la muerte, mientras que 32 estados y Washington DC no incluían preguntas sobre el embarazo en sus certificados de defunción.

Solo en 2003 la secretaría del HHS aprobó las modificaciones en el certificado de defunción que reflejaban preguntas relacionadas con el embarazo. Sin embargo, solo cuatro estados (Nueva York, Montana, Idaho y California) adoptaron esos cambios inmediatamente. 

California decidió reflejar un periodo de un año en sus certificados de defunción frente a los 42 días [que estipula la OMS], con lo que se combinaban las muertes maternas y las tardías. 

A 44 estados y Washington DC les iba a costar 11 años adoptar e implementar estos cambios. Virginia fue el último estado que adoptó la revisión del certificado de defunción en 2017.

En 2016 se publicó un estudio crítico en [la revista] Obstetrics and Gynecology titulado “Recent Increases in the US Maternal Mortality Rate: Disentangling Trends from Measurement Issues” [Recientes aumentos de la tasa de mortalidad maternal en Estados Unidos: esclarecer las tendencias de las cuestiones de medición]. 

El estudio observacional “analizó estadísticas vitales de datos de mortalidad maternal procedentes de todos los estados de Estados Unidos en relación al formato y año de adopción de la pregunta sobre el embarazo [en su certificado de defunción estatal]”. 

El Centro Nacional para Estadísticas de Salud del CDC es la fuente oficial para informar sobre la TMM en Estados Unidos y en comparación con otras naciones como se vio más arriba. Los estudios llevados a cabo antes de 2003 habían señalado que el Sistema Nacional de Estadísticas vitales no informaba de todas las muertes maternales y que la cantidad de estas se consideraba inexacta. Este estudio pretendía solucionar esta discrepancia.

Como señalan los autores, las muertes maternas son poco comunes y, por lo tanto, son difíciles de analizar estado por estado, excepto en los más poblados. Se ha informado de que hubo 396 muertes en 2000 y que aumentaron a 856 en 2014.

 Examinaron por separado California porque este estado había decidido definir la mortalidad materna en el plazo de un año a partir de embarazo en vez de los 42 días de las directrices de la OMS. Aunque Texas adoptó la revisión de su certificado de defunción en 2006, se analizó por separado ya que en 2010 se había producido un fuerte aumento al duplicarse las muertes maternales.

 Los datos de los demás estados y Washington DC se distribuyeron en cuatro grupos según la fecha en la que se habían iniciado las revisiones de sus certificados de defunción.

“Los datos sin ajustar de todos los estados independientemente de que hubieran revisado los certificados de defunción demostraron que la mortalidad materna en Estados Unidos se había duplicado con creces ya que pasó de 9.8 muertes por 100.000 en 2000 a 21.5 en 2014”, señala el estudio.

Para el grupo 1 (24 estados y Washington DC) que no incluían la pregunta sobre el embarazo en su certificado de defunción en 2003, pero lo habían revisado antes de 2013, la tasa de mortalidad ajustada por modelización estadística proporcionó un factor de corrección de 1.932, lo que significa que ajustaron la contabilidad más baja en los años anteriores a la revisión de tal modo que se calculó que la nueva TMM era 18.2 en 2000 y aumentó a 22.8 en 2014.

Para el grupo 2 (14 estados) que contenían una pregunta no estándar sobre el embarazo, el factor de corrección fue de 2.067, lo que cambió la TMM a 18.4 en 2000 y aumentó a 24.5 en 2014.

El grupo 3 incluía ocho estados que en 2013 todavía no habían revisado su certificado de defunción y no se podían ajustar para su análisis. Como es lógico, sus TMM son más bajas, entre 8.0 y 10.4 en los años intermedios. El grupo 4 incluía a los estados que habían adoptado las directrices de la OMS. Su TMM era 14.0 en 2000 y para 2014 había aumentado a 19.9.

Aunque Texas revisó su certificado de defunción en 2006, se analizó por separado. La TMM ajustada entre los años 2000 y 2010 era entre 17.7 y 18.6. Después de 2010 se apreció un fuerte aumento del doble de casos ya que pasó a 33.0 en 2011 y aumentó a 35.8 en 2014. Los autores señalan que estos datos siguen siendo desconcertantes y carentes de explicación. “La ausencia de una guerra, un desastre natural o un grave trastorno económico hace poco probable que se doble una tasa de mortalidad en un periodo de dos años en un estado con casi 400.000 nacimientos anuales”, señalan los autores.

Cuando California adoptó la revisión de su certificado de defunción, su TMM se duplicó ya que pasó de 10 en 2003 a 21.5 en 2004. 

El estado adoptó medidas para hacer frente a la hemorragia postparto y a los trastornos de hipertensión lo que contribuyó a reducir la mortalidad, como se aprecia en el gráfico.

La mortalidad materna revisada a la alza

En términos generales el estudio concluyó que la TMM ajustada para 48 estados y [Washington] DC era 18.8 en 2000 y aumentó a 23.8 en 2014, un aumento del 26.6 %. Estos datos se basaban en 7.269 muertes maternas y 46.722.133 bebés nacidos vivos en los años intermedios. Un 20 % del aumento observado en el aumento no ajustado se debió a un aumento real de la mortalidad materna y un 79.9 % a una mejora de la verificación.

Es un escándalo que el país más rico del mundo padezca una falta de financiación crónica de su sistema nacional y estatal de estadísticas vitales que hace que no se puedan obtener datos correctos y fiables para llevar a cabo los necesarios cambios oportunos. 

Según cualquier criterio en los sectores financieros, una disparidad del 80 % en esta contabilidad provocaría que los medios de comunicación clamaran que se informara de ello y en unos días se celebrarían sesiones en el Congreso en las que los senadores exigirían una respuesta a semejante negligencia. 

Pero si se considera desde una perspectiva socioeconómica es deliberado. Si se considerara importante se destinarían recursos a nacionalizar y aumentar los lamentablemente escasos servicios maternos en Estados Unidos

Cuatro millones de mujeres dan a luz cada año en Estados Unidos. El embarazo sigue siendo la causa principal de ingreso hospitalario. Ahí donde estas estadísticas podían haber llamado la atención y exigir que se actuara al respecto, durante casi 15 años hemos estado ciegos ante esta farsa. Estados Unidos no lleva a cabo una revisión nacional de las muertes maternas.

Teniendo en cuenta que se calcula que para 2023 habrá un recorte de entre 8.000 y 9.000 médicos y matronas, los recortes inminentes en [el programa estatal de asistencia sanitaria a mayores de 64 años] Medicare y el prácticamente nulo interés de los dos grandes partidos empresariales por abordar la crisis de la atención sanitaria materna hay pocas posibilidades de corregir esta situación sin un esfuerzo coordinado de la clase trabajadora para exigir responsabilidades como parte de la lucha global para cambiar el actual sistema de atención sanitaria con ánimo de lucro por una medicina socializada.


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=234575

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