En 1910, cuando Lenin y Krupskaia vivían en el exilio en París y el primero era el líder de los revolucionarios bolcheviques en el extranjero, ambos conocieron a Inessa Armand, quien por entonces tenía 36 años y formaba parte de la comunidad rusa parisina.
Lenin, figura principal del Partido Bolchevique, pasaba por un momento difícil. Las autoridades habían confiscado sus fondos y cerrado su periódico, el Proletarii.
Armand "hablaba cuatro lenguas fluidamente y tenía un talento para la organización. Lenin pronto se dio cuenta de su gran valor, conciencia y disposición revolucionaria.
Ella se unió al grupo de los Bolcheviques sin vacilar en ningún momento.
Durante los siete años de exilio que compartieron, ella se convirtió practicante en la lugarteniente y en el contacto más importante entre Moscu, Petrogrado y el frió exilio de Siberia.
Para 1919, dos años después del triunfo de la Revolución y tras haber vuelto a Rusia junto a Lenin en un viaje en tren que cambiaría la Historia mundial, el épico viaje en el tren con que Lenin regresó a Rusia para liderar la Primera Revolución Proletaria en el mundo, Armand a la par se había convertido en la mujer más importante de Moscú.
Fue presidenta del Consejo Económico de Moscú y miembro del Comité Ejecutivo Central de los Soviets.
En 1918 junto a Kollontái fueron de las organizadoras del Primer Congreso Panruso de Mujeres Trabajadoras.
De este congreso nació el Zhenotdel (Departamento de la Mujer), un organismo dedicado a promover la participación de las mujeres en la vida pública, y en proyectos sociales, y de manera muy especial la lucha contra el analfabetismo y del cual fue la primera directora, nombrada en agosto de 1919.
Y desde ese puesto luchó por aumentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral y por la igualdad dentro del partido y en el trabajo.
Casi en solitario, editó la revista teórica del Zhenotdel Communitska (Mujer comunista) y, como explica la enciclopedia de Oxford, organizó la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas, en 1920.
Todo este esfuerzo, consiguió poner las bases para el surgimiento de la mujer nueva en toda URSS.
En agosto de ese año, cada vez más agotada y con una salud más deteriorada, Armand accedió a pasar un tiempo de retiro en un sanatorio para bolcheviques.
A mediados de septiembre tuvo que ser evacuada ante el avance del Ejército Blanco y contrajo cólera, muriendo dos días después a los 46 años.
Lenin y un pueblo agradecido con su gran esfuerzo estuvieron presentes en su entierro y su patente desolación quedó grabada en la memoria de los presentes.
Había caído luchando una de las mujeres más importantes de la revolución de octubre y un ejemplo de unidad revolucionaria entre la idea y la acción.
El Frente Revolucionario Comunista en memoria de Inessa Armand recuerda en estos tiempos de conmemoración centenaria a una de las más grandes Bolcheviques y Comunistas de la historia de esa gran victoria proletaria.
¡HONOR Y GLORIA PARA INESSA ARMAND!
¡CUANDO HABLEMOS DE LUCHA REVOLUCIONARIA DEBEREMOS SIEMPRE MENCIONAR ALTO Y CLARO EL NOMBRE DE INESSA ARMAND!
¡VIVA LA REVOLUCIÓN PROLETARIA DE OCTUBRE DE 1917!
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