VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

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Ucrania: Las decisiones se toman en Washington


Cuánto tienen que pagar los residentes de la evidentemente independiente Ucrania por la calefacción en invierno es algo que ahora se decide en el extranjero.
En Estados Unidos concretamente, ¿qué problema hay? 

Y ocurre coincidiendo con la primera entrega de carbón de Pensilvania.

 La embajadora de Estados Unidos ha declarado abiertamente que Ucrania debe aumentar los precios del gas y que Groisman debería meterse por donde le quepa cualquier descuento o subsidio del Gobierno.

“Según nuestros análisis internos, la implementación del programa del Fondo Monetario Internacional es imprescindible para Ucrania.

 Esas reformas son necesarias no para el FMI, sino, al final, para Ucrania: pensiones, anticorrupción, aumento del precio del gas”, afirmó Marie Yovanovitch a la cara de los soberanos esclavos.

El mensaje está claro: “si no se paga, desconectamos el gas”. 

Y no se trata de una frase cómica sino de una orden directa recibida de la metrópoli. Estados Unidos insiste en que solo la implementación del programa de cooperación con el FMI va a mejorar la imagen internacional de Ucrania, de alguna manera manchada por los escándalos de tráfico de armas y quejas de algunos políticos ucranianos del “genocidio bancario” de Valeria Gontareva. 

La embajadora ha recordado sutilmente que, sin el apoyo financiero del Fondo Monetario, Ucrania no podría sobrevivir. 

Mientras Estados Unidos controle Ucrania, es mejor hacer caso de las instrucciones y reducir los gastos (en sanidad y reforma de pensiones) y crear las condiciones para la colonización de las multinacionales. 

Al fin y al cabo, cuando las empresas ucranianas finalmente “se colapsen”, podrán “dar de comer” a los esclavos. Y quedarse con sus recursos, tierra y cultura.

Es decir, el FMI tiene la llave de la victoria de la “dignidad”: “sin el apoyo del FMI, el país no será capaz de pagar sus deudas” (en primer lugar, las dudas con el propio Fondo), afirmó Yovanovitch. ¿Cómo no se van a comparar estas amenazas con las declaraciones del ministro de Finanzas Danyluik, que afirmó que Ucrania ha vuelto, otra vez, a escapar del fantasma de la suspensión de pagos? 

Esto significa que Kiev acepta, a priori, todos los requerimientos de Washington, especialmente después de la fallida visita de Poroshenko a Estados Unidos y una serie de escándalos externos relacionados con la corrupción y el tráfico de armas en Ucrania. 

Así que los ucranianos pueden suspirar, pero en silencio tendrán que aceptar el nuevo sistema de pagos: “los siervos pueden ladrar al maestro, pero tienen que ejecutar las órdenes como se le exige, en ocasiones con especial entusiasmo”.

¿Qué debe hacer quien saltó en Maidan? Ya nadie se engaña y no esconden que no todos los “no-esclavos” van a sobrevivir: los alimentos para las “bocas de más” que residen en esta santa tierra proceden del mismo lugar en el que se sancionó el golpe. Como se suele decir, “si estás vivo no es por tus propios méritos, sino gracias a las autoridades y al FMI”.

Por cierto, el vicepresidente del FMI, David Lipton, ya había manifestado en una ocasión anterior que los precios del gas en Ucrania eran significativamente inferiores a los de sus vecinos y que Ucrania podía permitirse pagar más por el gas, ya que, desde principios de año, el salario mínimo se ha duplicado en el país. 

Así que, en octubre, la respuesta será aumentar en un 20% el precio del gas, mientras que la deuda de los hogares aumenta en millones de grivnas.

 En pocas palabras, una sólida “victoria” contra el sentido común y contra el propio pueblo, una dosis de “dignidad” e “independencia”.

https://slavyangrad.es/2017/10/10/las-decisiones-se-toman-en-washington/

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