Pablo Gonzalez

La macroeconomía de Nicaragua, excelente y frágil


Producción y desempleo

El comportamiento macroeconómico de Nicaragua en 2017 prácticamente ya está definido a esta altura del año.

 La tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) Real se aproxima a 5.8% impulsada, desde la oferta, por el sector agropecuario, la construcción y la intermediación financiera y, desde la demanda, por la inversión fija y las exportaciones.

El consumo de las familias dejó de tener su importancia, debido a la desaceleración del crecimiento del medio circulante, o sea, la oferta de córdobas sin mantenimiento de valor, que persigue el objetivo de reducir la demanda de importaciones y evitar un deterioro del saldo de las reservas internacionales brutas del Banco Central de Nicaragua.

El PIB Nominal per cápita promedio anual tiende a subir hasta US$2,272, pero continúa siendo el más bajo de los países del istmo centroamericano. 

El desempleo abierto y el desempleo equivalente relacionado con el subempleo representa el 21.3% de la población económicamente activa, es decir, 677 mil personas no generarán ingresos en este año.

Sector externo

La política cambiaria reptante continúa mantenida con una tasa de deslizamiento anual de 5% del tipo de cambio oficial desde el año de 2004, y es la principal razón para explicar el alto déficit comercial externo equivalente a 15.2% del PIB. 

El valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB de US$2,925 millones se ve acompañado del valor de las importaciones domésticas de bienes CIF de US$6,543 millones, pero el ingreso esperado de remesas familiares por US$1,321 millones ayuda a reducir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos hasta 6.5% del PIB. Cabe mencionar que el valor neto de la maquila oscila alrededor de US$700 millones.

Esa brecha externa es financiada con un flujo bruto de inversión extranjera directa del orden de US$1,469 millones y con un monto de cooperación externa destinado al sector público de US$520 millones. 

Cabe mencionar que, entre la cooperación externa destinada al sector privado, se estima un monto anual del crédito petrolero aproximado a US$77 millones, debido al bajo precio internacional del petróleo, al bajo porcentaje del crédito sobre el valor de cada embarque de hidrocarburos y al menor volumen del suministro de petróleo y combustibles líquidos procedente de Venezuela.

El saldo “contable” de la deuda pública –“contable” porque aún incluye un monto pendiente de reestructuración de US$1,000 millones en el marco de la Iniciativa HIPC, adeudados a Costa Rica y Honduras-, aunque aumenta en valor hasta US$5,252 millones continúa disminuyendo como un porcentaje del PIB hasta 36.6%. 

Sin embargo, por primera vez en la historia económica reciente del país, el pago anual del servicio (intereses y amortizaciones) de dicha deuda rompe la barrera de los US$200 millones la sumar US$226 millones, el cual representa apenas el 6.1% del valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB y del valor neto de la maquila, siendo un índice muy atractivo para los inversionistas extranjeros directos.

Groso modo, mantener la estabilidad macroeconómica del país requiere el aumento anual de US$300 millones del saldo de las reservas internacionales brutas del BCN, que en el caso de no obtenerse obligaría al BCN a reducir, al menos, en C$3,000 millones el monto de la oferta de dinero o del medio circulante mediante las subastas de Letras, el aumento de la tasa de encaje efectiva sobre los depósitos en córdobas, y con la compra de dólares de parte del BCN en la mesa de cambios. 

El costo de esta política monetaria es la desaceleración de las tasas de crecimiento del PIB Real, del volumen del gasto de consumo privado y de la tasa de inflación de precios al consumidor. 

Al final del año, las reservas internacionales brutas en poder del BCN serían iguales a 2.48 veces el saldo de la base monetaria y a 5.06 meses de importaciones de bienes CIF.

Presupuesto gubernamental

En materia de política tributaria, la reforma estructural de la supervisión de los precios de transferencia, prevista inicialmente para el 1 de enero de 2016, se comenzó a implementar el 1 de julio de 2017. El total de ingresos del Gobierno Central tiende a subir hasta el 18.4% del PIB, en el que la presión o carga tributaria es igual a 16.8% del PIB.

El total de gastos presupuestarios se aproxima a 19.8% del PIB. 

El gasto de consumo público aumenta 21.9% y el gasto de inversión pública absorbe el 22.0% del gasto total del presupuesto nacional al incrementarse apenas en 9.2%. 

El presupuesto aún no refleja un nivel de ahorro gubernamental de 3% del PIB y el déficit fiscal disminuye sólo 2 décimas porcentuales hasta 1.5% del PIB, siendo financiado con recursos concesionales de la cooperación oficial destinada al sector público, así como con la emisión de Bonos de la República hasta un máximo de US$100 millones.

El endeudamiento público interno continúa disminuyendo, tanto en monto como en porcentaje del PIB. 

Al 31 de diciembre de 2017, se pronostica que el saldo de la deuda pública interna es del orden de 6.3% del PIB al totalizar US$901 millones, mientras que el pago de intereses y amortizaciones de esta deuda tiende a aproximarse a US$1,084 millones, cifra que incluye las amortizaciones de la deuda interna del BCN y del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), e iguala el 44.9% del monto anual de impuestos recaudados por el Gobierno Central. Se espera que el problema financiero del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) sea abordado después de las elecciones municipales del 5 de noviembre de este año.

Moneda y banca

La política monetaria continúa siendo más de lo mismo: aumentar entre US$200 millones y US$300 millones el saldo de las reservas internacionales en las arcas del BCN, mantener la tasa de devaluación anual de 5% y lograr una tasa de inflación anual de un dígito, que será menor que la prevista de 6.3%, porque la liquidez primaria continúa creciendo a la mitad de su ritmo tradicional.

El saldo de crédito del sistema financiero nacional al sector privado muestra una tasa de crecimiento anual de 19.0% y representa el 40.5% del PIB. 

Por consiguiente, los agentes económicos del sector privado que radican en el país aún mantienen un nivel de endeudamiento normal con las instituciones financieras en el mercado local.

Lo bueno, lo regular y lo malo

En conclusión, en 2017 lo bueno de la economía de Nicaragua es más crecimiento económico, una baja presión inflacionaria y la disminución del déficit fiscal.

Lo regular es una mayor vulnerabilidad de la posición de las reservas internacionales brutas del BCN provocada por el desplome de la cooperación petrolera de Venezuela, que aunada a la desaceleración del crecimiento de la oferta de dinero podría provocar un menor crecimiento de la producción.

Lo malo es un mayor riesgo potencial externo con la muy probable aprobación de la iniciativa “NICA Act” en el Congreso de Estados Unidos, el proteccionismo comercial y la política de inmigración anunciados por el gobierno de Estados Unidos, y la MAGAnomics del presidente Donald Trump (MAGA: Make America Great Again), que afectarían los flujos de inversión extranjera directa, remesas familiares y la cooperación oficial recibida por el país a partir de 2018.

https://nestoravendano.wordpress.com/2017/08/27/la-macroeconomia-de-nicaragua-excelente-y-fragil/

Related Posts

Subscribe Our Newsletter