El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, encontró una razón de peso para "posponer" el ataque nuclear y de misiles contra las bases estadounidenses, pero esto no cambia en nada el interés oculto de EE.UU. en la crisis actual, según señala un artículo en el portal ruso 'Gazeta.ru'.
La decisión de Kim Jong-un de desistir de su plan de atacar con misiles la isla de Guam llegó después de que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, declarase los esfuerzos de Seúl hacia la "prevención de una guerra cueste lo que cueste".
Según la opinión del vicedirector del Instituto Nacional del Desarrollo de la Ideología Contemporánea de Rusia, Ígor Shatrov, Corea del Norte es una "herramienta de presión para China, y el objetivo es involucrarla en esta problemática". Así que, se puede "sacar [el tema norcoreano] del armario y sacudirlo" de forma continua.
Shatrov ha estimado que se trata del "cálculo de que China se atasque en este problema, y se ocupe menos de sus cuestiones internas y la política internacional", mientras "se envuelve en la 'pacificación' del líder norcoreano".
De esta manera, el gigante asiático "no estaría para otras tareas", por lo que "su potencial económico, político y militar se reduciría".
Según ha destacado el experto ruso, "los políticos en EE.UU. no albergan la esperanza de que China vaya a convencer a Corea del Norte".
La escalada de tensión entre Washington y Pionyang se intensificó la semana pasada, cuando el presidente estadounidense Donald Trump aseguró que si Corea del Norte agravaba la amenaza nuclear, la respuesta de EE.UU. sería "un fuego y una furia que el mundo nunca ha visto".
Ante este ultimátum, Pionyang respondió que elaboraría un plan para atacar con misiles la isla estadounidense de Guam, ubicada en el océano Pacífico.