Un informe publicado recientemente por la DEA revelando que el 92% de la cocaína que ingresa a Estados Unidos proviene de Colombia, arrinconando de este modo al presidente colombiano y confirmando el desbordado crecimiento de cultivos ilícitos en el país.
Un informe publicado recientemente por la DEA revelando que el 92% de la cocaína que ingresa a Estados Unidos proviene de Colombia, arrinconando de este modo al presidente colombiano y confirmando el desbordado crecimiento de cultivos ilícitos en el país.
Colombia sigue siendo la principal fuente de este tipo de productos ilícitos en el país norteamericano.El informe desclasificado de la administración para el control de Drogas (DEA) confirma que el consumo de cocaína en los Estados Unidos para el 2016 sería el más alto presentado desde el 2007, constatando que Colombia sigue siendo la principal fuente de este tipo de productos ilícitos en el país norteamericano.
Adicionalmente, el informe recalca el porcentaje del 92% que representa la cantidad de estupefacientes que ingresó al país norteamericano en el 2016 y compara el registro de caída del 53% de la producción entre el 2007 y 2012, estando como mandatario el expresidente Álvaro Uribe y utilizando la aspersión aérea como principal mecanismo de control.
Hacia mayo de este año, el periódico The Washington Post, denunciaba el boom de cocaína que ha ingresado a Estados Unidos como efecto de la “Paz” del gobierno Santos.Incluso se resalta que Colombia es el principal productor de la región superando a países como Bolivia o Perú. Hacia mayo de este año, el periódico The Washington Post, denunciaba el boom de cocaína que ha ingresado a Estados Unidos como efecto de la “Paz” del gobierno Santos.
De acuerdo a estimaciones gubernamentales del país norteamericano, Colombia, produjo en el 2016 un total de 710 toneladas métricas de cocaína; una cifra bastante preocupante teniendo en cuenta que tuvo un crecimiento de casi el 200% de acuerdo a la cifra de toneladas métricas producidas para el 2013, el cual sería de 235.
Sin embargo, estas preocupantes cifras pueden aumentarse si cuenta con las permisivas políticas gubernamentales para el control de cultivos ilícitos en Colombia; la falta de herramientas claras para acabar con el crecimiento e los mismos, y el no uso de la fumigación aérea, la cual tuvo resultados positivos en anteriores administraciones.
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