A la MUD no le dan los tiempos y los centros su consulta ilegal, que mal llama plebiscito.
En el mejor de los casos, la participación no podría pasar de los 2,6 millones de votos.
Es decir, a capacidad máxima y cumpliendo con las 9 horas de operaciones, desde las 7 de la mañana.
Y la razón es muy sencilla: sus puntos para el anómalo proceso equivalen al 13 por ciento de los centros de votación del CNE y a menos del 5 por ciento de las mesas. Un centro de votación tiene como promedio cerca de 3 mesas.
En cifras absolutas, el organismo electoral cuenta con 14 mil 515 centros que reúnen 40 mil 601 mesas para una población de cerca de 19 millones y medio de votantes. La MUD, por su parte, sólo tendrá mil 933 puntos y no está claro que tenga más de un espacio de atención.
Esto significa que hay muchos electores por cada punto, lo que multiplica los tiempos de atención. Mientras los electores por centro del CNE son 1.343, los de cada punto de la MUD, en promedio nacional, son más de 10 mil.
Al CNE le correspondería atender un promedio de 149 por hora, pero a la MUD 1.121, considerando el horario de 7 a 4.
Para que eso ocurra, los opositores tendrían que votar a una velocidad de 19 personas por minuto en cada punto, cosa que evidentemente es imposible.
Pero, incluso, una proyección más modesta presentada ayer por el experto electoral de Copei, Enrique Naime, es absolutamente inalcanzable. Él asegura que llegarán a recibir los “votos” de unas 12 millones de personas.
Para hacer esto, en las 9 horas de operación dominical, tendrían que recibir a unas 12 personas por minuto, o lo que es lo mismo, uno cada 5 segundos. Igualmente absurdo.
También, si se ve desde otra perspectiva, y se mantienen los tiempos del CNE, equivalentes a 52 segundos por elector, se necesitarían 92 horas en cada punto. Los 12 millones de votantes esperados se convierten en promedio en 6 mil 258 por cada punto decidiendo a un ritmo de 149 por hora.
En concreto, con los recursos que dicen que esperan desplegar, el resultado más favorable llegaría a 2 millones 592 mil participantes. La física y las matemáticas no permiten meter más votos.
Sin embargo, ese panorama aún se complica y se hace más adverso, si se considera que en entidades con población electoral muy densa la cobertura es muy baja.
En el caso del Distrito Capital es muy llamativo que la cantidad de puntos apenas llega a 35, mientras que los centros de votación del CNE son 891. Eso es menos del 4 por ciento y coloca la carga de cada espacio en más de 46 mil electores.
Algo similar, aunque en menor proporción ocurre con los estados Carabobo y Zulia, que ocupan el cuarto y el primer lugar, respectivamente, de electores.
Una hipótesis inicial pudiera apuntar a que la idea es simplemente exhibir centros con muchos electores y grandes colas que den cuenta de una participación supuestamente masiva. Es decir, puro teatro.
En todo caso ya han anunciado que el asunto no tendrá ningún control. Todo el que quiera puede votar donde quiera, aunque no esté inscrito en el registro electoral.
La fiesta en realidad es para la foto.
https://www.aporrea.org/oposicion/n311534.html