Después del “Shujevichfest” en Lviv, que causó indignación en Polonia y en Israel, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) se ha propuesto defender al Hauptmann Shujevich -una figura ambigua- y publicar archivos documentales para confirmar la hipótesis de que el subcomandante del batallón Nachtigall de las SS luchó contra los nazis en lugar de servirles.
Coincidiendo con el 110 aniversario del nacimiento del héroe de Ucrania, se han publicado siete documentos dedicados a su vida y sus actividades.
La mayor parte de ellos eran desconocidos, no solo para el público, sino también para los investigadores.
Y qué mejor evidencia de su “heroísmo” que mantener el enigma.
Porque las fuentes publicadas son interrogatorios a la esposa de Shujevich, Natalia, que dan a conocer episodios desconocidos de la vida del líder de OUN.
Por cierto, muchos de los seguidores del Hauptmann se sorprendieron de la presencia de la esposa: en su última batalla contra el NKVD, como dice Viatrovych, Shujevich se unió a Daria Gusiak.
Sin embargo, la esposa del líder de OUN era Natalia Romanova Berezinakaya, que hasta 1945 se encontraba escondida. Después de la guerra fue condenada a diez años en un campo de trabajo y a la confiscación de la propiedad.
Durante los interrogatorios, Natalia habló de su estancia en Lviv en 1942, cuando no recibió ayuda de Roman Shujevich, pero sí recibió, sin embargo, alimentos para ella y sus hijos como familiares de un soldado del ejército alemán.
Es lógico, teniendo en cuenta que la biografía de “luchador contra el nazismo” nos cuenta que, en el periodo entre 1939 y 1942, el héroe de Ucrania se formó en la escuela secreta de Abwehr y sirvió al Tercer Reich como subcomandante de la unidad especial Nachtigall.
Desde noviembre de 1941, fue subcomandante del batallón 201 con rango de Hauptmann. Así que por eso su familia recibió las salchichas y el chocolate que correspondía a las familias de los comandantes militares.
Durante el interrogatorio, Natalia también confesó que recibió, a través de las autoridades alemanas, 3.000 zlotys polacos para la educación de sus hijos con Shujevich: Yury y María.
Por cierto, ese hijo que recibió raciones alemanas de la Wehrmacht sigue vivo ahora, es diputado en el Parlamento y puede, evidentemente, dar testimonio de la ciudad de los productos europeos.
Imagen de uno de los documentos desclasificados
Ahora todo está claro: el capitán Shujevich luchó contra los nazis, literalmente devoró a Hitler, destruyendo el Tercer Reich desde dentro, mientras alimentaban a los crédulos con galletas de patriotismo ucraniano.
Por cierto, el padre del expresidente ucraniano Viktor Yuschenko también parece que conoció las variedades del café alemán en sus citas con la Gestapo, lo que también es bastante indicativo.
Pero lo absurdo de la situación no es tanto el hecho de que uno de los héroes de los patriotas ucranianos comiera de la mano de los nazis, sino que el SBU haya publicado esos documentos como prueba de que el colaboracionista nazi Shujevich no colaboró con los nazis.
Muchos nacionalistas comenzaron a reírse de los “vatniks” en vistas de los convincentes argumentos de la “lucha” de los soldados de OUN-UPA contra los nazis.
Pero el momento se echó a perder cuando los documentos comenzaron a leerse de forma correcta.
¿A qué nivel de estupidez ha tenido que llegar el SBU para hacer esta parodia?
Ya ni siquiera se necesitan enemigos.
Mientras tanto, los patriotas se tranquilizan.
Sin embargo, algunos personajes se sienten traicionados y comienzan a gritar que toda la cúpula del SBU se ha vendido al Kremlin y trata de desacreditar el honor y la dignidad del capitán Shujevich con archivos preparados por agentes del FSB.
https://slavyangrad.es/2017/07/06/un-intento-fallido-de-negar-la-realidad/