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México: “Aquí ya no entra ningún cartel, ni extorsionadores del gobierno”

Más que una alternativa armada, es una respuesta directa al exterminio de los guerrerenses

Por la mañana del 31 de mayo se viralizó en los medios de comunicación de Guerrero un video en el que se observa a pobladores de Mezcala que tienen retenidos e hincados a dos hombres, respondiendo estos con cierto aspecto de bribonería a pesar de los gritos de la gente y las cámaras en sus rostros que los convertirían en trending topic. Uno es agente ministerial de la Procuraduría General de la República (PGR) y el otro era su compinche en el negocio de ultrajar y “cobrar piso” a los negociantes que tienen sus locales de comida y abarrotes en la vía federal Iguala-Chilpancingo.

La señora que fue extorsionada por 5 mil pesos en esa ocasión ya había sido víctima de estos individuos, por lo que prontamente y con todos los nervios encima, tomó el teléfono y marcó sin titubear el número de la reciente formada Policía Comunitaria de los Pueblos de Eduardo Neri que al toparse con los agresores los comenzaron a interrogar. En efecto; eran culpables y no por una sola fechoría, varios trabajadores los ubicaban por incurrir en otras agresiones en contra suya.

Siendo trasladados a Mezcala los desarmaron. En su poder tenían un fusil R-15 y una Glock 9mm, 7 celulares con los que operaban las extorsiones, además de un bonche de documentos referentes a la PGR. ¡Qué fantasioso resulta que los “encargados de la justicia” sean los nuevos sicarios de la injusticia!… (y que hasta lleven sus cosas de trabajo allí donde sus contradicciones se vuelven crimen).

Ya en la explanada central del pueblo, nadie les puso un dedo encima, ni siquiera fueron humillados como deberían. La justicia comunitaria decidió nombrarlos personas non-gratas. Ahora, cada que algún agente ministerial tiene que entrar a estos poblados, lo hace con una caravana de patrullas. La gente se ha ganado el respeto que merecen.

Este es el primer acto de muchos que, sin temor a equivocarme, comprueban que la conformación de estos proyectos de seguridad autónoma es una respuesta directa, lógica y contundente ante el exterminio cotidiano que se vive en Guerrero, por tanto, un acto de supervivencia biológica. ¿Qué termina haciendo un pueblo con tanta injuria y violencia?: defenderse o desaparecer.

Los pueblos van despertando y con la experiencia periódica de su labor, se darán cuenta de que no es nada correcto estrecharle la mano a un sistema -y sus empresas- que, como actor mediterráneo experto en usar varias máscaras para su espectáculo, puede aparentar soluciones en una situación cuando en realidad crea múltiples problemáticas por otros lados.


“Aquí ya no entran ningún cártel ni extorsionadores del gobierno, ahora todos nos cuidamos como uno solo”

I: Nuestra fiesta, nuestras reglas

-Háganse a un lado, Toro 01, ¡qué se hagan a un lado!- exclama por su radio a sus camaradas uno de los comandantes mientras hacíamos unas tomas al retén que han instalado en el pueblo de Plan de Liebres sobre la carretera. Evidentemente, el pueblo ha tomado la seguridad en sus manos y sin pedirle permiso a nadie.

Iniciemos la historia oral.

La Policía Comunitaria de los Pueblos de Eduardo Neri se formó tras el levantamiento armado de unas 3,000 personas en la mañana del 15 de mayo de 2017, aunque ya existía un precedente de afianzamiento por las distintas problemáticas de violencia que azotaban al municipio. El movimiento está fundado sobre el principio federativo, la horizontalidad y la libre asociación de 10 comunidades (Mezcala, Plan de Liebres, Carrizalillo, Balsas Sur, Tepehuaje, San Miguel, Tenantla, Amatitán, Mazapa y Mancillas) residiendo la elección de sus integrantes –hombres y mujeres- en el corazón de cada uno de sus poblados, siempre y cuando éstos decidan alistarse en la PC de manera libre y conociendo que no es un trabajo sencillo.

La PC tiene un código de ética y un reglamento interno que es maleable según las circunstancias, dejando el poder-hacer siempre al arbitraje de la población, por lo que la PC puede entenderse como un órgano descentralizado y en permanente comunicación con su gente. “Ellos deciden, nosotros sólo hacemos”. Los comunitarios no tienen sueldo, “es el apoyo de la gente que nos empuja pa’ delante en este trabajo, también se coopera para darnos de comer, un día unos y otro día otros”, comenta uno de sus voluntarios de unos 55 años, mientras sostiene el bote con las donaciones y esperamos con él a que llegue la merienda.

Tons… ¿a qué se debió que de un momento a otro se optará por tomar las armas?: una criminalidad salvaje.

“Te levantaban y te desaparecían si llegabas a decir algo”, inicia la conversación el comandante de la PC de Mezcala cuando charlamos sobre la incidencia de los tres cárteles primarios y más sanguinarios que han hecho de Guerrero su “mula de trabajo” (por no enunciar otra expresión de talante sexista).

Desde 2012, se acrecentaron los enfrentamientos armados y extorsiones entre Los Guerreros Unidos, La Familia Michoacana y Los Rojos, dejando a la población vulnerable y sin protección alguna, como sin una sombrilla durante la tormenta se tratara.

 Por el distanciamiento geográfico y “al ser una zona fronteriza entre las dos ciudades más importantes –Iguala y Chilpancingo- y donde casi no hay comunicación con nadie, se daban mucho los secuestros y el robo de vehículos –de entre 5 a 6 por semana- en las noches.”

 Los pobladores nos narran que “a veces hasta balaceaban los vehículos para robárselos, sin importarles que ahí iban mujeres, niños (…) ya sólo veíamos a la gente cabizbaja caminando en la madrugada por la carretera para llegar a su comunidad”.


Ya dentro, los criminales “iban bien drogados y tomados”, teniendo como una práctica común el extorsionar a quien se les cruzara por el camino, incluso golpeaban a sus familiares y allanaban sus domicilios en caso de que se negaran a “dar la cuota”.

Desde la fundación de la CRAC-PC en 1995 o el reciente movimiento de autodefensas de Michoacán en 2013, una de las lamentaciones que más se recalca en estos fenómenos armados es la del acoso, hostigamiento sexual y en la cúspide de la violencia, el secuestro intencionado a mujeres. “No’más veían a una mujer que se les ‘hacía buena’ y se la subían a sus carros o camionetas, una chica iba a la tienda y ya se sentía una inseguridad bien grande tan sólo al caminar por la calles en las noches”.

He dedicado –sin atemorizarme- gran cantidad de páginas y ensayos a las cuestiones del narcotráfico y el denominado “Narco-Estado” (que prefiero resumir en que el narcotráfico y las mafias son extensiones históricas del Estado moderno) por lo que ya podía predecir que en este contexto habían más ramas del árbol genealógico de la criminalidad además de los cárteles.

Comunitarios bloquean con trailers la carretera Iguala-Chilpancingo.

Y sí. Eran policías ministeriales –ajá, de los mismos que fueron retenidos el 31 de mayo- y federales quienes también formaban parte de esta genealogía delincuencial.

“A los restauranteros venían y los obligaban a pagar una cuota de entre 2 mil a 5 mil pesos quincenales” nos comenta el comandante de la PC de Plan de Liebres mientras recorremos la vía federal.

Los policías federales, por su parte, “pedían constantemente para su refresco y a veces de 200 a 300 pesos cuando se paraban en los locales”.

– “¿Sólo por 200 pesos tanto alboroto?”-, dirán muchos… ¡pero no es cuestión de si es una moneda o un fajo de billetes, estamos hablando de dignidad y el respeto al fruto de trabajo!


Y es que hay que hacer una lectura territorial-económica para entender la gravedad del asunto.

Estos cobros muchas veces eran imposibles de pagar, ¿por qué? La principal economía en esta geografía son los pequeños negocios, el comercio de materiales de construcción, la agricultura y hay algunos pescadores que trabajan en las afluencias de los ríos de la Cañada del Zopilote, Huiziltepec y en el emblemático Balsas –de ahí que el símbolo del escudo de la PC sea un hombre remando sobre este último-. En menor medida, la Minera Gold Corp ha dado trabajos de segundo –y hasta tercer- nivel como transportistas o mineros.

“Estamos muy pobres en esta zona, se trabaja día y noche para que nos alcance”, afirma un integrante de la PC de unos 65 años mientras sostiene su calibre .22 y camina al calor de la tarde con sus humildes huaraches. “Estamos más acá que pa’ allá”, remata.

¿Queda claro que el exterminio del Narco-Estado en Guerrero no es sólo contra la seguridad de sus habitantes, sino también contra su sustento material más básico?

Iniciar el movimiento no fue una predicción en vano, en otros territorios de México y el mundo el aire de tranquilidad retorna cuando los pueblos se rebelan. “Ahora ya hay fiestas, XV años, más reuniones familiares que antes y la gente anda bien tranquila. Así seguiremos con este proyecto. Si esa gente quiere venir, pues que se dejen venir, no nos vamos a dejar”.

La primera regla de la nueva fiesta en los pueblos de Eduardo Neri es que los cárteles y los extorsionadores del Estado mexicano no están invitados.


II: Mantener el equilibrio en el río, después conquistar el océano

Podemos emitir, para el escaso mes y medio de este proyecto, pocas conclusiones y directrices a futuro. Pero sí, las hay. Veamos.

1) La permanencia y fortalecimiento de la Policía Comunitaria de los Pueblos de Eduardo Neri. La defensa de un pueblo no es un juego, por lo que día y noche se vigilan las entradas al municipio con dos principales retenes, uno en Plan de Liebres sobre la carretera y otro en el entronque de esta con Mezcala.

Al momento de escribir estas líneas, hay barricadas permanentes con costales y pequeñas lonas improvisadas.

Para fortalecer estos espacios, los pobladores están erigiendo autogestivamente varios nodos de vigilancia de concreto, nos cuentan que “el señor de la arena dio el cemento, la piedra se fue cargando del barranco, la mano de obra se dio entre todos, por eso le andamos echando ganas pa’ que queden los más antes posible”.


En los retenes hay de entre 2 a 3 personas de cada pueblo, sumando en total de unos 25 a 30 comunitarios en cada retén. Esto muestra una participación equitativa por pueblo que proviene desde lo más innato del principio federativo.

2) “Aquí nunca va haber un líder, quien va a mandar ahora y siempre va a ser la autonomía del pueblo”. Debido a que el gobierno nunca brindó un apoyo a pesar de una serie de denuncias constantes de los delitos y achaques cometidos, algunos integrantes de la PC comentan que “no se quiere elegir a nadie”, haciendo referencia en que se busca continuar fortaleciendo la relación entre los comisarios locales y las necesidades populares, teniendo la mínima intromisión del gobierno mexicano.

En cuanto a la estructura interna, los núcleos de la PC cuentan con un comandante que más bien juega el papel de ser-vocero en reuniones de enlace con las autoridades internas y externas, así como en conflictos de gravedad tal cual ocurrió el 31 de mayo. “Todos somos iguales aquí dentro y ante la gente”.

Una última consideración: el siguiente paso de los compañeros tal vez no sólo sea hacia la reconstrucción de sus pueblos, sino hacia la historia…

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