El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha calificado de "robo a plena luz del día" la situación en torno a dos inmuebles propiedad de la Embajada rusa en EE.UU. que fueron precintados por la Administración de Barack Obama a finales de 2016.
El canciller ruso se ha referido así a los informes que citan a altos funcionarios de la Casa Blanca de que EE.UU. no tiene intención de devolver los inmuebles propiedad de la Embajada rusa en los estados de Nueva York y Maryland sin conseguir "algo a cambio".
"En cuanto a lo que acaban de citar, si esto es así, es un robo a plena luz del día", ha afirmado el canciller ruso a los periodistas agregando que solo unos "bandidos" podrían haberse referido de esta forma a la situación, ya que "la gente decente y educada no se comporta así".
"La rusofobia en EE.UU. no desaparece"
El jefe de la diplomacia rusa ha expresado la esperanza de que "la rusofobia en el Congreso [de EE.UU.] empiece a disminuir".
Lavrov se ha mostrado convencido de que en el Gobierno de Trump "hay gente razonable" que es "muy consciente" de que la decisión de precintar las propiedades, así como de expulsar a 35 diplomáticos y sus familias, fue tomada por la Administración Obama "ya en un estado de agonía", cuando "no sabía cómo destruir nuestra relación con Washington de manera que la Administración Trump no pudiera restaurarla".
El canciller ha constatado que, "muy a su pesar", la actitud "de búsqueda celosa de unos canales encubiertos de influencia rusa en lo que sucede en EE.UU. no desaparece", y esto no mejora la confianza en que "seremos capaces de establecer una cooperación normal en las relaciones internacionales, que es de interés para todos los países".
A finales de diciembre de 2016 la Administración de Barack Obama impuso nuevas sanciones a Rusia y declaró a 35 diplomáticos rusos personas no gratas en relación con supuestos ciberataques rusos durante las elecciones estadounidenses. Además precintó dos casas de campo propiedad de la Embajada rusa en los estados de Nueva York y Maryland.
Por su parte, Moscú rechaza las acusaciones según las cuales intentó influir en las pasadas presidenciales en EE.UU. mediante ataques cibernéticos, y no está de acuerdo con la decisión de la anterior Administración de precintar edificios propiedad de Rusia.
rt