Que mueran niños de hambre en La Guajira no es malo, es bueno para la economía colombiana que no se gasta un dólar en eliminarlos pagando a cualquier paramilitar capaz de hacerlo tras probar (suponemos) el elixir que el narcopresidente Santos huele arriba.
Todo ello conduce a una Colombia que resulta ser, por lo que nos dicen, una balsa de aceite en comparación con Venezuela.
Pacífica policía colombiana en plena acción
http://jmalvarezblog.blogspot.com/2017/04/venezuela-es-un-infierno-colombia-un.html