El 20 de marzo, cayó en combate la camarada Medine Özmez (nombre de guerra: Roza Rênas), guerrillera integrante del Partido Marxista Leninista Comunista (MLKP).
Tras su inmortalidad, su Partido hizo publica la siguiente declaración:
“El 20 de marzo de 2017, durante las preparaciones para la lucha revolucionaria, la camarada Roza Rênas, miembro de nuestro Partido, de la Organización de Mujeres Comunistas (KKÖ) y de la Organización Juvenil Comunista (KGÖ), se volvió inmortal.
Esta guerrillera kurda de 21 años, nacida en la ciudad de Amed, dejó su vida a pocos días del Newroz [Un día festivo kurdo asociado con su lucha independista].
Nos despedimos hasta siempre de nuestra camarada.
Previamente a su martirio, la camarada Roza luchó determinadamente para superarse y adquirir cualidades superiores y adecuadas para la vida guerrillera.
Siguiendo los pasos de las camaradas Sarya Özgür, Ivana Hoffmann, Berçem Renas, Ekin Su, Arjin Selçuk y Raperin Dicle, la guerrillera participó activamente en la lucha contra el colonialismo, el fascismo, el capitalismo y el patriarcado, inspirándose en la lucha de sus camaradas caídas y dejando su propia huella en la historia revolucionaria.
Desde pequeña, Roza había sufrido bajo la opresión y la explotación, debido a su nacionalidad, su genero y su pertenencia a la clase oprimida.
Tras la masacre de Pirsus (Suruç), perpetuada por el Estado fascista turco y el Estado Islámico, que nos tomó a 33 de nuestros camaradas, Roza tomó la decisión de seguir la llamada del Partido de participar en la lucha armada. Como parte del frente político-armado de nuestro Partido se encargó de ejecutar distintas tareas hasta trasladarse a Rojava para defender la revolución popular de su habitantes.
Aquí se unió a la lucha contra las fuerzas del Daesh [Estado Islámico].
Aquí, sus sueños, sus aspiraciones y sus metas fueron creciendo con la ayuda de su esperanza, su resistencia y su amor, volviéndose una camarada y una persona ejemplar.
Cada tarea con la que le encargaba el Partido, ella las ejecutaba todas de una forma eficaz y con confianza en si misma.
Y en cada situación, sin importar cual fuera la tarea y con un descomunal autosacrificio, Roza siempre se destacó por su camaradería comunista y su alegría revolucionaria.
Y con ese mismo espíritu de sacrificio que la había caracterizado siempre, Roza Rênas, soldado alegre y esperanzada de su generación, se volvió inmortal.
Realizar sus sueños y hacer que la risa de la camarada Roza se vuelva la de su pueblo, esta es nuestra misión y nuestra tarea.
Plantar la bandera roja sobre los escombros del fascismo, vencer al colonialismo opresor, destruir el capitalismo y aplastar al patriarcado – esta es la promesa que les hacemos a nuestros mártires.”
¡Roza Rênas es inmortal!
¡Que viva el Partido Marxista Leninista Comunista!
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