Pablo Gonzalez

Declaraciones del comandante Carlos Fonseca amador, cuando estuvo preso en Costa Rica - 1969


Mis hermanos –dijo—son los que se mantienen en la lucha

Unos gruesos espejuelos colaboran con el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Asisten en su lucha a los miopes y azules ojos (herencia paterna) del hombre que más apasiona a Nicaragua: Carlos Fonseca Amador.

Por fin, frente a la prensa nicaragüense el “principal responsable” del Frente Sandinista satisfacía la inquietud de la ciudadanía por conocer de su propia voz, lo que pensaba, sentía y quería, quien ha dejado atrás todo sentimiento personal y familiar por abrazar con fervor una causa por él considerada como santa.

LA TERCERA COMPAÑÍA

El nombre de la Tercera Compañía asocia trágicos recuerdos para los nicaragüenses. Fue en un lugar con ese nombre donde pereció asesinado David Tejada Peralta. Compañía en Costa Rica es la antítesis del recuerdo aterrador. Allí se respira democracia y respeto por los Derechos Humanos. Por una extraña coincidencia, los periodistas nicaragüenses encontramos a Carlos Fonseca Amador en ese lugar.

En su primera confrontación con Espinoza y Montalbán de EXTRA, Fonseca Amador estaba esposado y rendía declaración en un departamento militar anexo a Casa Presidencial. La Tercer Compañía está muy distante de ese lugar.

Con la misma energía y valor con que actuó en el Juzgado Primero para lo Criminal de Managua, Fonseca asaltó los micrófonos para dejar escuchar su voz. Lanzó el primer grito de que estaba siendo víctima de una conjura de Somoza y señaló a su hermano como traidor y cobarde. Más tarde sin utilizar estos términos analizaría con mayor profundidad, la actitud de Fausto Amador Arrieta.

Cuando los periodistas llegaron a la Tercera Compañía, principal destacamento militar de Costa Rica, las autoridades de ese cuartel se esforzaron en primer término por mostrar a los representantes de la prensa nicaragüense todo lo que representaba su mayor reducto bélico. Unas cuantas ametralladoras antiguas, dos morteros, varias decenas de rifles Browning y unos cuantos revólveres de reglamento. La intención de los ticos era ostensible. Querían que los nicaragüenses, apreciando el desprecio que en ese país se tiene por las armas, justipreciaran los sentimientos que los animan frente al hombre que más abiertamente ha desafiado el poderío militar del régimen nicaragüense.

LA BUROCRACIA TICA

Los periodistas nicaragüenses no tuvieron que hacer mucho esfuerzo. Todo fue cuestión de tiempo. El Ministro de Seguridad Diego Trejos, hijo del presidente y su oficial Mayor, Carlos Corea originario de Estelí, Nicaragua, se comprometieron a la entrevista para las dos de la tarde del martes. Ese día y a esa hora, Carlos Fonseca salía de su celda para convertirse en el principal personaje del dramático encuentro con la prensa nicaragüense y esta vez también costarricense.

Cmdte. Carlos Fonseca y su hermano Fausto Amador Arrieta

Los periodistas ticos, aguijoneados tal vez por el interés de los nicaragüenses, abandonaron la apatía con que cubrieron las primeras noticias y acudieron a la cita de la persona que en 48 horas había alcanzado trascendencia periodística que ellos no imaginaron.

La actitud de los periodistas costarricenses era fiel reflejo de la forma como el pueblo había recibido la noticia. Para ser más exactos una inmensa cantidad ni siquiera había reparado en ella.

FRIALDAD EN LA UNIVERSIDAD TICA

La captura de Fonseca solo era discutida por círculos reducidos. Los políticos, los militares y algunos núcleos de intelectuales. En la universidad nada alteró el ritmo normal de las clases y la Federación de Estudiantes ni siquiera había tomado en consideración la suerte de Fonseca Amador.

Paradójicamente, la búsqueda de reacciones en la Universidad, nos llevó a conocer que el marxismo está más difundido en la ciudad universitaria del barrio San Pedro de la capital costarricense que en las universidades de la convulsionada Nicaragua. Librerías con literatura exclusivamente marxista, banderines con la efigie de Che Guevara y hasta una soda bautizada con el nombre del legendario guerrillero argentino, rodean los amplios y pintorescos callejones de la Universidad de Costa Rica.

El Presidente de la Federación de Estudiantes se llama Mario Tristán y vive con su padre Fidel Tristán, cuñado del expresidente Francisco Orlich. Lo visitamos buscando a Bayardo Quintanilla, protegido de la universidad por su calidad de estudiante y nos quedamos deslumbrados por la impresionante biblioteca saturada de libros izquierdistas que llena una buena parte de la casa, dicho sea de paso, casa de la alta burguesía y rebosante de prosperidad económica.

CARLOS FONSECA A LA VISTA

Caminando pausadamente Carlos Fonseca Amador fue sacado del interior de la Tercera Compañía y trasladado a una pequeña celda transitoria a la entrevista que se realizaría en un pequeño despacho, parecido a un aula y que posiblemente está destinada a clases de instrucción militar.

Allí platicamos rápidamente con Carlos. El consabido que tal, la presentación para los que no conocía (eran la mayoría) y la inmediata intervención de oficiales rogando que se apartaran ya que la entrevista tenía que ser colectiva. Un intento de fotografía a Carlos con la puerta de la celda cerrada, fue impedida por el Jefe de Detectives Licenciado Víctor Rafael Herrera. Fonseca reacciona y da el nombre del funcionario tico a los periodistas para que lo conozcan, nos damos cuenta que es el mismo Carlos Fonseca que se arrancó la camisa frente al Juez Morales Ocón para mostrarle las huellas de las balas del Chaparral.

LA ENTREVISTA

El exordio que preside a todas las conferencias de prensa en Nicaragua, incluyendo la del Presidente de la República, no faltó en la Tercera Compañía y se le dieron cinco minutos a Carlos Fonseca Amador, para que explicara su situación y dijera con libertad todo cuanto quisiera.

El guerrillero nicaragüense amplió lo que ya había esbozado para EXTRA. Estaba siendo víctima dijo de una gran conjura en la que colaboraban autoridades costarricenses, para perjudicar al movimiento revolucionario nicaragüense el cual estaba necesitando del calor y estímulo de los pueblos hermanos. Señaló que Somoza había hecho de su propiedad El Murciélago en suelo costarricense, una base militar que más tarde le diera pretexto de “protección a los nicaragüenses” e invadir Costa Rica, en sus afanes expansionistas. Atribuía pues sin mencionarlo el entrevistado, la misma táctica en Somoza, que utilizó Hitler para invadir la Renania, Austria, los Sudetes y Danzing en 1939.

Calificó como la mentira más grande que se ha dicho en Costa Rica, la versión de que él había dirigido el asalto a la Sucursal de la Urruca y más tarde en las preguntas exoneró también a Humberto Ortega Saavedra, negando que hubiera participado en asalto alguno cometido en tierra costarricense.

UNA MUJER CONFUNDIDA

Refiriéndose a la doméstica que lo había identificado como la persona a quien alistaba ropa en una casa de San José y quien huyó junto con sus compañeros el día del asalto, expresó que esa misma mujer había identificado como uno de sus ocupantes a un miembro de la seguridad costarricense a quien habían introducido en su celda para someter a un prueba de veracidad a la testigo. “O esta mujer es parte de la conjura o el Frente Sandinista tiene agentes dentro de la Seguridad de Costa Rica” apuntó el entrevistado.

Más tarde también rebatió la coincidencia de su cambio de residencia con la fecha del asalto, diciendo que en Costa Rica a pesar de que no eran perseguidos como en Nicaragua, se mantenían entrenados en el cambio de domicilio para cuando ingresaran a nuestro país y que uno de esos movimientos había coincidido con el asalto, lo que no podía considerarse una prueba en su contra, más bien los respaldaba, ya que no iban precisamente a movilizarse sospechosamente el día que habían cometido un delito, cuando perfectamente lo podían haber hecho antes.

En el final de su introducción apelo al civismo del pueblo costarricense, de quien dijo no podía tragarse esa patraña y acusó al Jefe de Detectives Licenciado Víctor Rafael Herrera de haberlo amenazado con enviarlo a la muerte a Nicaragua si no se confesaba autor del asalto y de haber pretendido que estampar sus huellas digitales en formularios que llevaban el membrete de la guarnición militar de la Zona del Canal de Panamá. “Tuve que llenarme de mucha entereza para rechazar tales cosas” dijo Fonseca Amador.

Más tarde el licenciado Herrera admitió los dos cargos, que la amenaza era la única forma que encontró para interrogar a un hombre endurecido en la lucha revolucionaria como Carlos Fonseca Amador y que los formularios eran un obsequio del gobierno norteamericano que así colaboraba con los pueblos de escasos recursos económicos.

SUS ÚLTIMAS ACTIVIDADES

Sobre su permanencia en Costa Rica manifestó, que la dirigencia de su movimiento le había ordenado preparar una serie de documentos y estudios de factibilidad sobre la situación de Nicaragua y que se encontraba en esas labores cuando lo detuvieron.

Los documentos capturados a Fonseca Amador no han sido hechos públicos, pero el Ministro de Seguridad adelantó que en breve serían dados a conocer reservándose los que consideraban estrictamente personales del detenido. El arquitecto minimizó la importancia de tales documentos, pero fuentes extraoficiales revelaron que entre ellos había mapas y planos, que sólo podían haber sido elaborados en el departamento de cartografía de la Geodesia.

Por un momento los periodistas creímos que Carlos Fonseca iba a renegar de su parentesco sanguíneo con su hermano Fausto, aunque sus ojos azules y el extraordinario parecido en la voz y ademanes, no podían dejarlo hacer. Pero no. Carlos Fonseca iba a limitarse a una figura de ribetes líricos revolucionarios: “Mis hermanos son los que luchan conmigo, los que no han abandonado la causa del pueblo nicaragüense”.

Agregó luego que sí su hermano quería luchar por Nicaragua debía volver al Frente y aludiendo sobre los fracasos de que habló Fausto en su entrevista de prensa, expresó con vehemencia y levantando la voz, que los fracasos eran la premonición del triunfo, se remontó a la lucha del cristianismo en los albores de la civilización que inspiró el nazareno, a las luchas de América por su independencia y las gestas nicaragüenses contra la intervención americana que culminaron con Sandino y el retiro de las tropas de la marina norteamericana. Exaltó la figura de Julio Buitrago de quien dijo había luchado solo contra 400 guardias nacionales, dos tanques y una avioneta, manifestando que por cada miembro del Frente que caía surgían diez que lo reponía y que la conciencia revolucionaria en Nicaragua estaba llegando a tal grado que las mujeres se enfrentaban en las calles a los guardia con metralletas, aludiendo indiscutiblemente de la joven universitaria que lanzó su zapato contra un militar en León.

“Hemos sufrido muchos golpes” admitió Carlos Fonseca, “pero no hay golpes más grandes que otros y al final venceremos” explicando sobre una pregunta que cuál había sido el golpe más grande que había sufrido el Frente Sandinista.

Cerró esta parte de su entrevista con otra frase de efecto: “No hay fracasos definitivos en la lucha de los pueblos, sólo victorias definitivas”.

LAS CONSIGNAS

Insistiendo los periodistas sobre las declaraciones de su hermano, le trasmitieron lo afirmado por Fausto de que eran deshonestos los que seguían consignas internacionales. En este momento Carlos Fonseca quería interrumpir la pregunta dominado por el deseo de contestarla con animación. “Si” dijo, “obedecemos consignas internacionales, la consigna internacional que lanzan las cenizas del comandante Ernesto Che Guevara desde la cordillera de los Andes y la consigna que nos legó Sandino de las montañas segovianas de luchar hasta el morir por la liberación de nuestra patria.”

Sobre la salvedad que hizo Fausto en el sentido de que su hermano estaba siendo presionado y que en un comienzo afirmó en el juzgado no ser comunista y que hasta quizo formar un Partido Sandinista legal, dijo que era absurdo que se dijera tal cosa y que la persona que lo instara a dejar las filas revolucionarias, refiriéndose lógicamente a su hermano, debía ser considerado como un agente del enemigo. Admitió sí que efectivamente en 1965 quizo llevar la lucha por el camino de la legalidad, pero que rápidamente se convención de que esto no era posible.

PELEÓ EN PANCASÁN

La incógnita de que sí Carlos Fonseca Amador estuvo en Pancasán, quedó despejada. Cuando a Carlos se le dijo qué pensaba de lo afirmado por el Coronel Samuel Genie, de que nunca daba la cara y mandaba a la muerte a sus compañeros, repitió lo que expresara a Morales Ocón del plomo que tiene en sus pulmones cuando cayó en primera fila en El Chaparral y agregó que también estaba en primera fila y combatiendo contra el enemigo de las montañas de Matagalpa, en los sucesos conocidos como de Pancasán.

Por razones de seguridad se negó a contestar todas las preguntas que se le hicieron sobre su itinerario en los últimos años y meses, incluyendo sobre sí estaba en Nicaragua cuando las refriegas de Las Delicias y Santo Domingo.

De la muerte del Sargento Gonzalo Lacayo y la pretendida vacilación que le atribuye la seguridad para tomar la decisión, contestó en una forma ambigua, pero recalcando que era solidario y responsable de todas las acciones que tomaron sus compañeros.



LA IDEOLOGÍA DEL FRENTE

¿El Frente es eminentemente marxista? A esta pregunta contestó también con ambigüedad, diciendo que el Frente era una organización que luchaba por la liberación de Nicaragua, que a la cabeza estaban los obreros y campesinos, pero que admitía a todos los que lucharan sinceramente por Nicaragua incluyendo a cristianos que siguieran el ejemplo de Camilo Torres Retrepo. Agregó sin embargo que hasta el momento eran los marxistas los que verdaderamente habían demostrado ese ardor revolucionario y por eso ocupaban los principales cargos de la dirigencia del Frente.

DURO CON LOS PERIODISTAS TICOS

A los periodistas costarricenses les contestó en forma dura. A uno lo llamó temerario por insinuar su posible extradición A otro le negó a contestarle sobre las personas que lo acompañaban en la casa que habitó en San José y al representante de La Nación le protestó airadamente por la palabra atraco que incluía en su pregunta cuando se refería a los asaltos de Bancos en Nicaragua, manifestando que eran acciones de recuperación económica.

Otro periodista tico le preguntó si peligraba su vida en Nicaragua y contestó: “En Nicaragua nadie está seguro, ni el mismo obispo quien recientemente fue agredido en las calles de Managua”. Con esta respuesta y muchas otras, sobre todo lo referente a la censura radial en Nicaragua, dio muestras Fonseca Amador de encontrarse bien informado de lo que pasa en Nicaragua.

AGÜERO Y CHAMORRO

Preguntado sobre los dirigentes de la oposición tradicional y más concretamente sobre el Doctor Pedro Joaquín Chamorro y el Doctor Fernando Agüero, dijo refiriéndose al primero que hacía una oposición legal que era la que le gustaba a Somoza y que toda su buena voluntad no servía para nada, ya que el camino al infierno estaba empedrado de buenas voluntades. De Agüero… Con gran desprecio dijo, eleven a la millonésima parte los defectos del Doctor Chamorro y ahí encontrarán a Agüero.

NACIDO PARA LA INSURRECCIÓN. Por: Manuel Espinosa Enríquez. En: Extra, No. 57. 7 de septiembre de 1969.

Visto en . https://www.facebook.com/santiago009/posts/1466215840065017

Related Posts

Subscribe Our Newsletter