“Quien es feminista y no es de izquierdas carece de estrategia, quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad”.
Una huelga mundial de las mujeres de media hora de duración se prepara para el próximo 8 de marzo ”Día Internacional de la Mujer”… añado, sin permiso de nadie, trabajadora.
En unos medios se afirma que la inspiración de esta huelga proviene del “lunes negro”: paro y manifestación llevado a cabo por las mujeres en Polonia el 3 de octubre del año pasado contra la restrictiva ley del aborto que pretendía aprobar el Parlamento de ese país.
Pocos meses después, en Argentina, el asesinato de una menor movilizó a miles de personas convocadas por el colectivo “ni una menos”.
A la experiencia de estos paros se unió la Women’s March estadounidense, punto de inflexión y base del discurso de esta convocatoria mundial, durante la movilización de más de 500.000 personas en la manifestación de protesta contra Trump: “un nuevo movimiento feminista internacional con una agenda expandida: anti-racista, anti-imperialista, anti-heteronormativo y anti-neoliberal” en respuesta a las declaraciones ofensivas hacia el colectivo femenino que este mandatario pronunció en 2005 (filtradas por el Washington Post durante su campaña), así como las políticas discriminatorias que éste amenazaba con llevar adelante.
También nos encontramos en el discurso la insistente referencia desde una de las convocantes Polacas: Klementyna Suchanow a la “amenaza” Rusa con las siguientes declaraciones sobre la deriva ultraconservadora del vecino país: “La muestra más reciente de esta deriva ha sido la despenalización en Rusia de la violencia física en el ámbito doméstico (conviene leer en qué consiste realmente esa modificación insuficiente por desgracia con esa elevadísima tasa de violencia de género, pero tal vez más efectiva en un país como el nuestro donde sí está penalizada, pero no presupuestada ni dotada de medios, abandonada totalmente).
Así, de Washington a Breslavia, a un lado y otro del mundo hay mujeres que se echan a la calle frente a dos mandatarios poderosos que se apoyan mutuamente: unas salen más por Trump, otras por Putin”, dice Klemetyna.
¿No resulta como mínimo curiosa esta convocatoria mundial-globalista bajo estos criterios, denuncias y opiniones?
Este es el escenario de las convocatorias. Actores y actrices. En vista de ello y del principio de incertidumbre que me asiste como persona, obrera y mujer me pregunto: ¿Dónde estaba esta convocatoria mundial cuando el presidente de una potencia imperialista, negro y nobel de la paz lanzaba proclamas feministas (que tan bien quedaban hasta el punto de ser felicitado por intelectuales feministas diversas) con la misma frescura con la que lanzaba bombas y enviaba mercenarios a asesinar mujeres, niñas, niños y ancianos provocando un auténtico genocidio contra Oriente medio en Libia y Siria? Me pregunto también como mujer, obrera y feminista ¿Dónde está el concepto de clase que en toda lucha por la transformación ha de darse?
¿Dónde está nuestra firme oposición a las guerras imperialistas? ¿Dónde está el internacionalismo ligado tan íntimamente a cualquier lucha obrera y que supone mi solidaridad con mis hermanas de clase también en lucha?.
Por qué esta convocatoria es globalista y no internacionalista. Por que en ese caso y en este territorio que habito habré de apoyar a las mas de 400 compañeras estibadoras en huelga a día de hoy, en el mismo “paquete” que el resto de huelguistas, ante una lucha laboral me da igual el género.
¿Donde está contenido el antiimperialismo en este discurso? ¿esta lucha no la habremos de librar junto a nuestras y nuestros compañeros de clase, estudiantes, obreras, paradas, etc.? ¿Soy igual que otra mujer, cualquier mujer por el mero hecho de serlo?.
Porque mi respuesta es NO. Porque mujeres con poder adquisitivo suficiente no necesitaran guardería en sus centros de trabajo, tampoco una asistencia sanitaria pública, gratuita y despenalizada en caso de tener que abortar, tampoco habrán de dedicarse al cuidado de sus mayores ya que contarán con alguien que se ocupe de forma remunerada.
¿Queremos esta transformación o solamente pretendemos reformar este sistema?.
El trabajo no remunerado de las mujeres ha supuesto la plusvalía más grande de la historia desde los albores del Capitalismo en concepto de cuidados y reproducción traducidos en más abundante mano de obra para la explotación.
Y nuestra incorporación al mundo laboral sigue suponiendo un salario inferior al de los hombres en casi un 30%, así como una precariedad mucho más acentuada ligada a la obligada discriminación sistémica, a la reproducción, crianza, etc.
Una “huelga” mundial de las mujeres de media hora o una hora nunca irá mas allá de algo meramente testimonial, nos harán creer esos mismos medios que difunden ampliamente la convocatoria de que éste habrá sido un logro social-feminista.
El objetivo será que se calmen los ánimos, no darle vuelta a las posibles variantes fórmulas de lucha y crear un estado de opinión abstraído totalmente del que debería ser nuestro objetivo final: la igualdad de condiciones sociales y laborales, igualdad entre clase y género.
Y esto será una gran mentira por que lo que realmente teme el patrón y el propio sistema es la huelga colectiva, la fuerza de trabajo de brazos caídos y el legítimo boicot que paraliza la producción en la fábrica, el colegio, el hospital, el astillero, o en el centro de trabajo en general.
Dividir, sectorizar, gremializar ha sido su labor a fin de dispersar y neutralizar las luchas por parte del patrón y de sus indispensables agentes, los sindicatos de servicios (CC.OO y UGT ante todo, además de los corporativos) esos que mantienen una Secretaría de la Mujer porque queda feo no hacerlo, pero firman en las mesas de negociación todos los retrocesos en derechos laborales y sociales y ni se plantean las verdaderas necesidades de las mujeres trabajadoras en su lugar de trabajo porque nunca se han creído esta lucha.
La existencia de las mujeres en libertad en su interacción con el mundo es un grave peligro para el patriarcado y el capital. Desde ahí se dirime esa gigantesca plusvalía de los cuidados, el aumento o no de una población-mano de obra y la libre identidad como seres humanos.
Por estos motivos el control y tutelaje por parte del Estado e iglesia y la pedagogía del machismo junto a la información subliminal lanzada a diario por todos los medios que somos capaces de percibir, alientan desde el aparato del Estado por acción de estas variantes y omisión de la protección de los derechos fundamentales por parte de este están provocando la matanza de decenas de mujeres en lo que va de año, en el Estado español.
No son individuos salvajes sueltos del género masculino, eso sólo es la mano ejecutora, sino una entidad amoral creada por el poder del Estado que da permiso a diario para traspasar la línea roja del derecho a la vid.
En mi opinión hay que retomar los instrumentos de lucha que a las nadies nos vinieron dados desde antiguo, como clase y género, este último siempre se quedó por implementar tanto en el tajo como en la casa y urge un esfuerzo en la conciencia colectiva porque nos va la vida en ello.
Hemos de tomar parte activa en un sistema sindical nuevo, es lo primero que tenemos que cambiar derogando la LOLS (ley orgánica de libertad sindical) priorizando como eje de la lucha sindical esa unión clase/género.
Esta es más necesaria que nunca y en medio de esta crisis global somos elementos sumativos para la transformación. Así que ante todo hay que parar el crimen como tal, no permitirlo, dar respuesta. Pero sólo será posible desde ese modo de ternura llamado solidaridad, sin distinción de sexo, organicémonos, cooperemos pidiendo al mismo tiempo apoyo incondicional. Como dicen los/las compañeras Andaluzas en lucha: “hoy somos las de la extrema necesidad, porque nos matan y nos queremos vivas y así nos necesitáis”.
No olvidemos el verdadero origen de esta fecha, ante todo para que la agenda de la rebeldía la marquemos nosotras y no unas consignas ambiguas que vienen de una más que dudosa procedencia, demasiado ánimo de reformar que no revertirá en transformación alguna.
Es nuestra hora, pero hemos de elaborarla nosotras y nosotros, desde nuestra propia y real iniciativa e identidad, por que las convocatorias globalistas ya huelen mal, es agenda marcada con discurso impuesto, eso sí medios de difusión todos, el quinto poder al servicio de los movimientos sociales ¿Desde cuándo?
El 8 de marzo de 1910 se proclamó como Día Internacional de la Mujer Trabajadora a petición de Clara Zetkin en la II Internacional de Mujeres Socialistas. Un año después morían 140 trabajadoras de una fábrica de camisas en EE.UU en unas condiciones laborales inhumanas.
Unas y otras lucharon por liberar/se/nos de las cadenas del patriarcado desde la conciencia de clase. Parece que hay enormes intereses en que no retomemos esa conciencia.
Para ello nos “ofrecen” escenario, guión y dirección a nivel mundial… a ver si nos creemos el discurso y además nos quedamos en la media hora de película y con la satisfacción del deber cumplido y el logro conseguido.
Ya hemos vivido experiencias de espontaneísmo y comprobamos ahora los resultados en forma de calma chicha.
¡A la huelga ya, pero por la transformación social!
8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Sobre la autora: Isabel Cervera es Activista País Valenciá y miembro de LoQueSomos
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=223810