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España: Sacrificio de peón, ¿alguien esperaba otro resultado?

España, país de paga(in)fantas. Si es que tenemos una familia real que no nos la merecemos. Repito: no nos la merecemos.


La justicia "igual para todos" del reino "lewiscarrolliano" de España ha dictaminado que la infanta Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia nunca supo de dónde venían los millones que gastaba al por mayor, que su firma en contratos como el autoalquiler del palacio donde vivía no la compromete en modo alguno y que todo el dinero gastado en su educación no la ha sacado de su colosal ignorancia de la realidad: ni lee lo que firma ni se entera de nada ni recuerda lo que hace. 

Parece que el precio por evitarle una condena judicial es el de presentarla como una lerda, o, por usar la expresión del juez instructor, "un florero" que, como tal, se va de rositas porque para pagar el pato ya está su marido, un plebeyo que participaba con ella al 50 % de la sociedad pantalla creada para lucrarse, pero que ante el tribunal es responsable al 100 %.



Ectoplasma que profetizó que "a la infanta le iría bien"

El esperpento de sentencia viene a dar la razón a la revista "El Jueves" cuando señalaba que la Infanta era un cero a la izquierda en su matrimonio pero se beneficiaba de los ceros de la derecha.

Lo que los medios minimizan al hablar de absolución es que ésta se produce respecto a las acusaciones de delito fiscal y malversación, pero no de la responsabilidad civil contraída, por lo que, al amparo del artículo 122 del Código Penal, se le ha impuesto una multa de 265.088´42 €. 

Es decir, la sentencia arroja una mancha a su inmaculada imagen, aunque se salde con una multa y no con prisión como pedía la acusación popular.


Encabezamiento del folio 741 de la sentencia: el tirón de orejas a la
chiquilla enamorada a la que el amor -y un complaciente tribunal-
absuelven justo en la semana de San Valentín.

Eso sí, a partir de esta sentencia -que nadie piense que ha sido pactada, ¡conspiranoicos!- nace una curiosa jurisprudencia: la de la impunidad de la parienta-mente-en Babia, para la que toda prueba indiciaria queda sin efecto ante la mágica combinación de 189 "No lo se", 7 "No me consta", 58 "Lo desconozco" y 59 "No me acuerdo", fórmula utilizada por la infanta en su declaración ante el juez. Discriminación "positiva" en vez de ejemplaridad. 

¿Alguien esperaba otra cosa?

Parece que la última vez que atrasamos los relojes volvimos al absolutismo.

(posesodegerasa)


Publicado por posesodegerasa

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