Pablo Gonzalez

Ucrania: Tiempos de oportunismo

Acompañado de algunos de los senadores estadounidenses que con más vigor se han manifestado contra Rusia en los últimos meses, el presidente ucraniano Petro Poroshenko se presentó por sorpresa en el frente de Mariupol para felicitar el Año Nuevo a las tropas ucranianas. La mayor tranquilidad en el frente ha permitido a Poroshenko llegar hasta el comando ucraniano en la zona de Shirokino, la pequeña localidad costera por la que se luchó durante meses hasta la retirada de las milicias en el verano de 2015.



Pero esta no ha sido una visita protocolaria más. 

Las autoridades ucranianas han querido utilizarla para tratar de situar de nuevo a Ucrania en los titulares de la prensa internacional y revertir la tendencia a presentar el país de una forma más negativa a la habitual en los últimos meses.

 La semana pasada, por ejemplo, diversos medios informaban de que solo fue necesaria una llamada del aún vicepresidente Joe Biden para conseguir el apoyo de Ucrania a la resolución contra los asentamientos israelíes en Cisjordania, recientemente aprobada en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidad.

Las represalias israelíes han golpeado de pleno a Ucrania que vio cómo Tel Aviv cancelaba inmediatamente la visita del primer ministro ucraniano Volodymyr Groisman, prevista para estos días. 

Las acusaciones de corrupción contra Petro Poroshenko, o las crecientes dudas mostradas en relevantes medios occidentales como The New York Times sobre los beneficios para la economía ucraniana de la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, han privado a Kiev de los favores mediáticos a los que se había acostumbrado.

Kiev tampoco ha tenido gran éxito en su intento de vender la ofensiva en el arco de Svetlodarsk, y especialmente la “captura” de Novoluganskoye.

Pero Ucrania ha conseguido aprovecharse de la coyuntura internacional para relanzar la idea de su papel clave como defensa europea frente a la expansionista Rusia.

 Tras meses de acusaciones, el presidente de Estados Unidos Barack Obama anunciaba el viernes nuevas sanciones contra Rusia, a la que acusa de intervenir en favor de Donald Trump a lo largo de la campaña electoral.

Tras su paso por Estonia, Letonia y Lituania, los senadores estadounidenses John McCain, Lindsey Graham y Amy Klobuchar, de visita oficial en Kiev, comentaron las acusaciones, las sanciones e intentaron ligar las acusaciones contra Rusia con la situación ucraniana.

“Nos hemos enterado en este viaje visitando Estonia y Lituania y hemos oído sobre esos ciberataques en Ucrania – viene ocurriendo desde hace años y años y años. 

Y es una técnica que se puede utilizar en las elecciones francesas o alemanas”, advirtió la senadora demócrata Amy Klobuchar. Más duros que Klobuchar, los senadores republicanos criticaron la tardanza y exigieron más firmeza en las sanciones por una actuación, la supuesta intervención rusa en la campaña electoral estadounidense, que John McCain calificó de “acto de guerra”.

Con la atención mundial puesta en la reacción del presidente electo Trump ante las acusaciones y las sanciones contra Rusia, los senadores insistieron en que no es posible ningún acuerdo de su país con el presidente ruso Vladimir Putin, ya que según McCain “interferiría y socavaría la libertad y las democracias que existen hoy en día”. 

En lugar de eso, los senadores, con Lindsey Graham a la cabeza, exigieron nuevas sanciones contra los sectores bancario y energético además de ampliar el castigo al “círculo de Putin”.

 Para regocijo de las autoridades ucranianas, Lindsey Graham insistió en que el Congreso de Estados Unidos no permitiría en ningún caso al futuro presidente Trump reconocer la península de Crimea como parte de Rusia. 

“El presidente no puede hacerlo por su cuenta. Y la razón por la que el Congreso rechazará tal noción es que es contraria al imperio de la ley”, explicó el senador republicano.


En búsqueda de una fotografía con la que reafirmar su imagen, el presidente ucraniano trató también de utilizar la visita de los senadores para reafirmar el incondicional apoyo estadounidense a Ucrania. 

Un apoyo más necesario que nunca, ahora que la llegada de la nueva administración ha causado ciertas dudas ya que Donald Trump no ha mostrado el abierto apoyo a Ucrania frente a la “amenaza rusa” que siempre mostró Hillary Clinton. En Shirokino, 

Poroshenko afirmó que “es bueno que los defensores de Ucrania hayan podido escuchar de nuestros amigos americanos que estamos defendiendo, no solo nuestra independencia, sino los valores del mundo democrático”.

“Traigo un mensaje del pueblo Americano: estamos con vosotros. Vuestra batalla es nuestra batalla y venceremos juntos”, afirmó McCain. Es un mensaje que recuerda a aquel “vuestra lucha es nuestra lucha”, que el entonces presidente Reagan pronunció ante Yaroslav Stetsko al recibirle en la Casa Blanca cuando el nacionalismo ucraniano se situaba en la primera línea del frente contra la Unión Soviética y contra el comunismo. 

Veterano también de esa lucha contra el comunismo y contra Rusia que dominó el siglo XX, en especial en los tiempos en que la WACL de Jack Singlaub agredía a Nicaragua y apoyaba al yihadismo en Afganistán, McCain nunca ha escondido su apoyo a la nueva Ucrania nacionalista. 

Desde el escenario de la plaza central de Kiev, en febrero de 2014, promulgó su apoyo a Maidan acompañado por Arseniy Yatseniuk y el líder de la ultranacionalista Svoboda Oleh Tyahnybok.

 Y desde su cargo como senador ha defendido desde entonces la necesidad de apoyar al Ejército Ucraniano suministrando armas estadounidenses, incluidas las letales, para su lucha contra Rusia.

Pese al escaso éxito de estas iniciativas –Estados Unidos sigue sin entregar armamento letal a Ucrania y no son pocas las quejas ucranianas sobre el material que, como los drones de reconocimiento “de la edad de piedra”, sí ha entregado–, Poroshenko ha querido obsequiar a los senadores estadounidenses con diversas condecoraciones. 

Entre ellas destaca la medalla al Orden de la Libertad, la condecoración civil más importante que un ciudadano extranjero puede recibir en Ucrania, concedida a John McCain por su “significativa contribución al aumento de las relaciones entre Ucrania y Estados Unidos”. 

“Es crucial para nuestro pueblo, Parlamento y Gobierno seguir codo con codo con el pueblo americano en esta lucha. Sentimos ese apoyo y asistencia. 

Eso es extremadamente importante en estos días tan difíciles para mi país”, sentenció el presidente ucraniano en la ceremonia.

Antes de su partida hacia Georgia, Poroshenko quiso contar en otro acto más con los senadores estadounidenses.

 En Shirokino, el presidente ucraniano presentó nuevo material para las tropas en la frontera de Donetsk y obsequió con un fusil de asalto de fabricación ucraniana al senador McCain que, ante las tropas, reafirmó su confianza en que Ucrania será capaz de liberar su territorio.

Pero, sin la suerte a su favor en los últimos meses, Poroshenko no consiguió terminar la gira de los senadores estadounidenses sin incidentes. 

Vestido de militar y rodeado por sus tropas, el presidente ucraniano, al tratar de denunciar la “ocupación rusa” anunció, por error, el pronto final de la “ocupación ucraniana de Donbass”.

slavyangrad.es


Publicado por JM Álvarez

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