“A pesar de las trampas, las respuesta de López Obrador fueron admirables. La agilidad mental, el manejo de las ideas y la perfecta congruencia emocional”.
Así como “proyectar sinceridad y de manejar un vocabulario adecuado para sus audiencias”, reconoció Cueva.
Así como “proyectar sinceridad y de manejar un vocabulario adecuado para sus audiencias”, reconoció Cueva.
El periodista Álvaro Cueva, en su columna “El pozo de los deseos reprimidos” en Milenio, criticó la entrevista que le hicieron a Andrés Manuel López Obrador en el programa Despierta de Televisa conducido por Carlos Loret de Mola.
Para Cueva, “Televisa necesitaba una gran entrevista con un personaje de oposición” para reivindicar un poco de credibilidad después de la cancelación de los programas de Víctor Trujillo, Joaquín López-Doriga y Adela Micha
La decisión de invitar al dirigente de Morena, parecía acertada para un recomienzo y “enviar un mensaje de pluralidad”.
Lograron sentar a López Obrador en la mesa con Carlos Loret de Mola, Ana Francisca Vega y Enrique Campos Suárez; y comenzar el “linchamiento”.
Con gestos de “soberbia, ironía, agresividad, burla y desprecio” trataron de meter en “problemas con el INE” al político tabasqueño.
“Eso se llama hacer trampa, buscar la manera de que el “entrevistado” cometa un error. No es periodismo”, indicó el especialista en medios.
“Mire, el problema de las noticias en esa frecuencia no es que no inviten a la gente, es que cuando la invitan, no la tratan igual.
Quiero ver que el día de mañana, cuando vaya algún otro personaje que aspire a ser candidato presidencial en 2018, le hagan lo mismo, que le avienten esas miradas, que no lo dejen hablar por presentar notas tan trascendentales”, mencionó Cueva.
Pero, a pesar de las trampas, las respuesta de Andrés Manuel López Obrador fueron admirables.
“La agilidad mental, el manejo de las ideas y la perfecta congruencia emocional”.
Así como “proyectar sinceridad y de manejar un vocabulario adecuado para sus audiencias.
Lo que parecía que iba a ser el principio de su fin, fue absolutamente todo lo contrario.
Aquello fue un éxito, una cátedra de manejo de entrevista, una lección de comunicación política”, alabó el columnista de Milenio.