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El ejército sirio decreta la enésima ‘pausa’ en el asalto de Alepo


En la madrugada de hoy el ejército regular sirio ha vuelto a anunciar una “pausa” en la Batalla de Alepo. No es ninguna novedad que, de nuevo, se justifica por razones humanitarias, para que los civiles puedan abandonar los barrios que aún permanecen ocupados por los yihadistas.

Expresado de esa manera parece que no es ninguna noticia ni novedad y que ya la hemos leído muchas veces. Ahora la diferencia es que no se trata de una tregua entre dos partes, sino sólo una declaración unilateral de ejército sirio.

También nos parece evidente que la “pausa” ha sido solicitada por los rusos desde Ginebra, que a su vez han actuado a petición de los estadounidenses.

Otra obviedad es que en la Guerra de Siria, y sobre todo en Alepo, está habiendo más preocupaciones humanitarias que en ninguna otra a lo largo de la historia, lo cual nos enternece a nosotros mucho más que a las ONG. 

Pero a pocos kilómetros de Alepo, en Mosul, hay otra batalla que no conoce ni pausas ni treguas, ni debe tener civiles encerrados en sus casas, ni víctimas inocentes de los bombardeos y la metralla.

Como “el mundo entero” está muy preocupado por la salud y la vida de los civiles de Alepo y nada por los de de Mosul, habrá que preguntarse por los motivos de ello.

El imperialismo y los yihadistas a su servicio han venido utilizando a la población civil de las ciudades ocupadas de Siria como escudos humanos, instrumento de chantaje contra el gobierno de Damasco y medio de presión diplomática, para lo cual han contado con un arma que en las guerras modernas está alcanzando una enorme eficacia: los medios de comunicación y las ONG.

En particular, la complicidad de las ONG con el imperialismo huele tanto a podrido que hace unas semanas el semanario The Nation preguntaba en un reportaje: “La ONG Human Rights Watch está demasiado alineada con la política exterior de Estados Unidos?” (1).

Recurriendo a la población civil, los imperialistas han logrado darle la vuelta al nudo de la Guerra, haciendo que las víctimas aparezcan como victimarios en un relato que está escrito desde el primer día: el gobierno de Damasco ataca implacablemente “a la población civil”.

Junto a ello aparece también otro aspecto, que esta vez vuelve a poner de manifiesto la agencia de prensa Al-Hadas: las negociaciones de Ginebra tienen por objeto ayudar a los espías estadounidenses que dirigen los combates de los yihadistas a salir de Alepo (2), así como a un “informador”, al que identifica como Balal Abdel Karim.

Dicho “informador” es un supuesto periodista neoyorkino que ha hecho la guerra al lado de los yihadistas. 

Sus reportajes han aparecido en cadenas como CNN (junto a nuestra querida amiga Clarissa Ward) o Sky News y tiene un canal en Youtube llamado “Face the Truth” (De cara a la verdad). Entre sus reportajes nunca mencionó esos cadáveres que los yihadistas dejaban tirados en la calle después de cortarles la cabeza.


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