La Corte Penal Internacional (CPI) está preparada para abrir una investigación sobre posibles crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Afganistán, informa la revista 'Foreign Policy' citando sus fuentes.
"La oficina del fiscal de la CPI está lista para abrir una investigación completa sobre posibles crímenes de guerra y contra la humanidad en Afganistán, incluidos los cometidos por fuerzas estadounidenses", escribe la revista.
La decisión de la Corte significa que, por primera vez en el curso de su investigación formal, estudiará cuidadosamente las acciones de Estados Unidos, lo que podría conducir a "una posible colisión con Washington".
Según la revista, la fiscal jefa de la CPI, Fatou Bensouda, "tratará de poner en marcha una investigación en las próximas semanas, más probablemente después de las elecciones presidenciales de EE.UU., aunque antes de fin de año".
Asimismo, el medio indica que "funcionarios estadounidenses visitaron recientemente La Haya [donde se encuentra la sede de la CPI] para discutir una posible investigación y expresaron su preocupación sobre este problema".
Baz RatnerReuters
En un informe del año pasado la oficina del fiscal de la CPI señaló que "los crímenes fueron presuntamente cometidos con particular crueldad y de una forma que degradó la dignidad humana básica de las víctimas".
Asimismo, Bensouda podría investigar el ataque de las fuerzas estadounidenses contra una instalación de Médicos Sin Fronteras en la ciudad afgana de Kunduz que costó la vida de decenas de personas.
Dificultades para la CPI en la investigación
Incluso si arranca la investigación, no está claro que la fiscal pueda presentar cargos contra EE .UU., ya que su oficina requeriría "significativamente" más evidencias de las que posee ahora.
Además, la CPI no suele entrevistar a testigos, ni recoger pruebas forenses durante sus exámenes preliminares, lo que significa que ese trabajo sería sólo el comienzo de la investigación de crímenes de guerra de EE.UU. en Afganistán.
Para acusar a los estadounidenses de crímenes de guerra, Bensouda también tendría que demostrar la existencia de un vínculo entre el conflicto en Afganistán y las políticas de detención de EE.UU., lo que puede resultar difícil, según la publicación.
A ello se une el hecho "más controvertido", como lo define la revista, ya que la Fiscalía tendría que determinar que Estados Unidos falló a la hora de presentar denuncias de tortura a través de sus propios juicios, investigaciones y revisiones internas.
El comienzo de la guerra de Afganistán se remonta al 7 de octubre de 2001, cuando se puso en marcha la operación Libertad Duradera del Ejército estadounidense y la operación Herrick de las tropas británicas, lanzadas para invadir y ocupar el país asiático.
La invasión fue una respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. El objetivo declarado de la invasión era encontrar a Osama bin Laden y otros dirigentes del grupo terrorista de Al Qaeda para llevarlos a juicio, así como derrocar el régimen encabezado por el emir mulá Omar en Afganistán, que, según las potencias occidentales, apoyaba y daba refugio y cobertura a los miembros de Al Qaeda.