El líder del Partido Laborista, Isaac Herzog, advirtió que los ciudadanos israelíes pagarán un alto precio por la intervención del régimen de Tel Aviv en las elecciones de Estados Unidos.
Herzog, en declaraciones recogidas por la agencia local JTA, denunció que el premier israelí, Benjamín Netayahu, apoyó a Mit Romney en 2012, y avisó que el enfrentamiento con el presidente estadounidense, Barack Obama, puso en peligro una regla estratégica de Israel: el apoyo por igual a los dos grandes partidos de su principal aliado.
También alertó a Netanyahu que se asegure que ninguno de sus asociados tanto en los territorios palestinos ocupados como en EE.UU. se entrometan en las elecciones norteamericanas, ya que estas medidas perjudicarán a los ciudadanos israelíes.
Horas antes de las declaraciones de Herzog, el primer ministro israelí manifestó que los lazos de Israel con EE.UU. permanecerán fuertes, no importa cuál sea el resultado de las elecciones.
A juicio de expertos, a un día para que los estadounidenses acudan a las urnas para elegir a su nuevo presidente entre la aspirante demócrata, Hillary Clinton, y el candidato republicano, Donald Trump, los israelíes y palestinos esperan vigilantes el desenlace de este proceso que les afecta como a pocos.
Para el liderazgo palestino, la pregunta gira en torno a ¿Quién será el menos malo?, dado los rotundos manifiestos proisraelíes de los dos candidatos.
Clinton siempre ha mostrado su apoyo a Israel al tiempo que defiende la creación de un Estado palestino, y Trump prometió reconocer a Jerusalén como capital indivisible de Israel.
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